Ni la segunda posición da la paz a un Barça demasiado inestable (0-2)
Dos goles de Fermín permiten ganar en Almería, jugando mal, en una jornada marcada por los rumores sobre el futuro de Xavi
BarcelonaEl Barça se sostiene con pinzas. Busca terminar la temporada como sea, intentando no romperse de por medio en dos partes, luchando por no ahogarse. La que iba a ser la temporada para iniciar una nueva era se ha convertido en un trance en el que cada partido se vive con una emotividad exagerada. En condiciones normales, jugar en el campo del peor equipo de la categoría, el Almería, sería un trámite. Con el Barça actual, esto no ocurre. Ni ganando las aguas se calman, puesto que contra uno de los equipos más goleados de Europa el juego fue flojo. Había que ganar y se ganó gracias a un Fermin brillante. Había que acabar segundo y seguramente se acabará segundo, pero dedicar un jueves por la noche a ver cómo el Barça se limita a ganar haciendo lo que puede no deja de ser un acto de fe. Había que ganar, pero ni así se evita que se hable del futuro de Xavi, que parece colgar de un hilo de nuevo apenas tres semanas después de anunciar que seguía.
Es una olla de grillos, este club donde algunos directivos no saben del todo cómo se han pagado los avales para entrar en la junta, con dudas sobre si se cumple el código ético cuando se firman contratos, con fichajes que nadie entiende como el de Vitor Roque y un entrenador que cada día cambia de discurso. De hecho, sus palabras antes de viajar a Almería, cuando explicó al mundo lo que todo el mundo sabe sobre un club con más deudas que dinero, no agradaron a una directiva donde el bando contrario a Xavi alzó la voz con fuerza. Y Joan Laporta, que no estuvo en Almería, duda.
El triunfo en el campo de los andaluces sirvió para ganar tiempo. Para evitar que las llamas ardan más fuertes, ya que los incendios siguen en el ámbito institucional, económico y social. En Almería, el Barça dejó casi terminada la segunda posición, en un día en el que los teléfonos hervían, con conversaciones sobre avales, sobre vender jugadores y el futuro de Xavi. Lo que parecía imposible no hace tanto vuelve a ser factible: que el técnico egarense no se siente en el banquillo la próxima temporada. Un serial con más giros de guión que las mejores series de televisión caribeñas en las que dos enamorados se casan y se separan cada tres días.
Por eso era importante ganar en el Power House Stadium, porque el Barça es tan frágil que se desangra con un solo arañazo. Era importante ganar para acabar segundos y, de paso, reservar billetes para la Supercopa de España en tierras saudíes para asegurarse un dinerillo y, de paso, evitar acabar por detrás de un rival catalán como el Girona. Había que ganar para unir a todo el mundo aunque sea durante unas horas, alabando las virtudes de los jugadores de La Masia. Porque en Almería quienes abrieron el camino del triunfo fueron jugadores que han crecido en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, con un centro de Héctor Fort y un remate de Fermín López, un chico que nunca se esconde. Ya pueden cambiar todas las cosas en el Barça, que La Masia sigue como siempre, fiable. En la segunda parte, el segundo tanto sería similar.
Suerte de Fermín
Tras la derrota del Girona, el Barça sabía que ganando ultimaba el trabajo en la lucha por ser segundo. Sin Araujo, que se quedó en Barcelona con molestias mientras todo el mundo habla de su futuro, ni Gündogan, Xavi salió sin los Joãos, como si fuera una forma de decir que no los ve vistiendo de azulgrana, la próxima temporada. Y de hecho, es fácil olvidar que no juegan, especialmente en el caso de João Félix. El problema es que Pedri o Ferran Torres, que sí eran titulares, tampoco parecían estar ahí. No era el único problema, ya que por lo general tampoco fue un buen partido. Lo mejor, el resultado.
El Almería, que intenta acabar la temporada ganando al menos un partido en casa, gozó de algunas ocasiones ganando la espalda de Kounde dos o tres veces, pero le faltó efectividad. Y el Barça se limitó a ganar haciendo servicios mínimos, confiando en los arranques eléctricos de Lamine Yamal y la garra de Fermín. Poco más. De hecho, algunas de las ocasiones más claras fueron de un Almería que dejó bien claro por qué vuelve a Segunda División, perdonando en dos ocasiones cuando Ter Stegen ya parecía superado. Iñigo Martínez y Cubarsí no impusieron su autoridad y el centro del campo cedía balones fácilmente, especialmente un Pedri que no parecía la misma persona que hace meses, cuando convertía el fútbol en arte. Ahora hace sufrir un poco, siempre con la cabeza baja, como triste.
Suerte de Fermín López, que había marcado el primero y haría el segundo en una jugada donde, de nuevo, Héctor Fort hizo de las suyas. Un gol clave para acabar con la lucha del Almería y dar cierto control del encuentro al equipo de Xavi, que envió al banquillo a un Lewandowski con cara de enfado y dio 15 minutos a uno de los nombres de la semana, Vitor Roque. El polaco, que quería seguir jugando para aspirar a ser pichichi, no había hecho nada bueno. El brasileño, consciente de que todo el mundo le mira, tampoco pudo destacar. Y el partido acabó con cierta calma gracias a Fermín, pero sin paz en los pasillos y despachos. Ni acabar segundo asegura la paz en el Barça de hoy en día.
- Almería: Luis Maximiano, Marco Pubill (Pozo, 82'), César Montes, Chumi, Bruno Langa, Jonathan Vieira (Melero, 69'), Marcos Peña, Robertone, Léo Baptist (Luka Romero, 60'), Choco Lozano (Luis Suárez, 60') y Embarba (Centelles, 80').
- FC Barcelona: Ter Stegen, Kounde, Cubarsí, Iñigo Martínez, Fuerte (Cancelo, 72'), Pedri (Romeo, 82'), Sergi Roberto (Christensen, 68'), Fermín López, Lamine Yamal, Lewandowski (João Félix, 68 ') y Ferran Torres (Vitor Roque, 72').
- Goles: 0-1 Fermín (14') y 0-2 Fermín (68').
- Árbitro: Javier Alberola Rojas (Comité Castellanomanchego).
- Tarjetas amarillas: Vitor Roque (85').
- Tarjetas rojas: ninguna
- Estadio: Power House Stadium, 15.000 espectadores.