Iñigo Martínez: cuando España deja de ser una prioridad
El central vasco, indiscutible para Flick, ha necesitado parar antes de afrontar el tramo decisivo de la temporada


BarcelonaAjeno al golpe moral que suponía el 2-0 marcado por Alexander Sorloth en el minuto setenta de el último Atlético de Madrid - Barça, Iñigo Martínez se plantó en campo contrario a trancas y barrancas. Convencido de que su equipo –que, pese a ir perdiendo, había creado bastantes oportunidades para batir a Jan Oblak– podía revertir el marcador en sólo veinte minutos, pidió con los brazos abiertos apoyo a los compañeros para entregarles el balón. Pero ninguno de ellos le ofreció una mejor solución a lo que acabaría haciendo: centrar con precisión para que Robert Lewandowski, un hombre de área, iniciara la remontada. La jugada puede valer un campeonato. En ese momento, Iñigo ya notaba molestias en la rodilla derecha. Sin embargo, completó los noventa minutos y –lo más importante– celebró un triunfo (2-4) que le acerca a ganar su primera Liga después de casi tres lustros disputándola.
En los vestuarios del Metropolitano, el defensa de Ondarroa comunicó los problemas a la articulación, que tras los exámenes médicos pertinentes recibió como diagnóstico una parameniscitis interna, es decir, una inflamación de los tejidos que rodean el menisco. Nada importante, pero sí suficiente para que el seleccionador absoluto español, Luis de la Fuente, tuviera que desconvocarlo de los cuartos de final de Liga de las Naciones frente a Países Bajos. Horas después de que se confirmara oficialmente la baja, algunos medios citaron fuentes federativas para explicar que desde el seno de la selección se sospechaba que detrás de esa pequeña lesión había, en realidad, una supuesta falta de motivación del jugador vizcaíno para ir con la roja, que le había reclamado después de muchos meses sin tenerlo en cuenta.
El rumor llegó al vestuario del equipo estatal y Unai Simón, encargado de atender a la prensa el martes, no tardó en desmentirle. "Me parece mal que se dude de un jugador como Iñigo Martínez. Si el Barça ha publicado un comunicado diciendo que está lesionado, es una falta de respeto no hacerle caso. Estoy seguro de que Iñigo tenía muchas ganas de venir aquí y no ha podido venir por la lesión que tiene", sentenció el guardameta del Athletic, ex. Fuentes de la entidad reafirman al ARA que la lesión existe y ponen el acento en que Iñigo no solo no podrá jugar con España estos días, sino que también se perderá seguro el partido aplazado contra Osasuna –en principio, el jueves 27 de marzo– y posiblemente la visita del Girona a Montjuïc prevista para el próximo domingo.
La tesis de la invención, alimentada desde algunos sectores de la capital española, hace aguas desde el punto de que la lesión en cuestión le apartará al menos de uno de los dos próximos compromisos de Liga. Además, desde Sant Joan Despí se recuerda igualmente que Iñigo fue intervenido del menisco en 2012, cuando jugaba en la Real Sociedad y que, por tanto, hay que tratar la parameniscitis con especial cuidado.
Una llamada que habla del trabajo bien hecho
Sin embargo, todo ello no esconde que el central azulgrana, que en mayo cumplirá 34 años y se encuentra en la recta final de su carrera, relativice más que hace un tiempo una lesión que le impide ir a una concentración con la selección absoluta. Desde su entorno, se afirma que lo que antes habría significado una gran decepción ahora sencillamente es un pequeño disgusto compensado con dos lecturas positivas. La primera es simple: haber vuelto a los planes de De la Fuente cuando él no estuvo entre los citados que ganaron la última Eurocopa. Porque pese a no poder competir contra los Países Bajos, Iñigo sabe que, especialmente en su caso, que le llamen para ir con España es sinónimo de haber hecho muy bien su trabajo esta temporada.
La segunda lectura positiva también es bastante obvia. Puede desconectar con su mujer y sus tres hijos –el último de todos recién nacido– durante el paro y ponerse en manos de los médicos y recuperadores del Barça para poner a punto su rodilla antes de iniciar el tramo definitivo de una campaña en la que se ha convertido en imprescindible para Hansi Flick. Renovado hasta el 2026 gracias a su rendimiento, no quiere que las lesiones le aparten de las semanas decisivas que vienen por delante. Cada vez más querido por la afición azulgrana, Iñigo ha dejado de priorizar a España. Pero esto no quiere decir que rechace representarla más en un campo de fútbol. Hablar euskera en casa y escribir tuits en catalán no es incompatible con aspirar a jugar un Mundial con 35 años.