Sí, Jan, ahora sí lo has conseguido: los apuntes en caliente del Barça-Bayern
Goleada azulgrana contra los bávaros en una noche memorable de Raphinha
BarcelonaGoleada de inflexión para el Barça en la Liga de Campeones. Con Raphinha Dias como brazo ejecutor, los de Hansi Flick pasaron por encima del Bayern de Múnic en una velada que marca un antes y un después en Europa y que consolida todas las grandes sensaciones recogidas en este inicio de temporada. A continuación, unos apuntes en caliente.
Un eslogan hecho realidad. En 2021 Joan Laporta repitió decenas de veces en campaña electoral que, con él de nuevo en la presidencia, volvería "la ilusión al barcelonismo". Junto a otras dos promesas concretas como la renovación de Messi o la recuperación económica de la entidad, este eslogan flotaba en el ambiente sin saber muy bien lo que significaba. Ya en el palco el dirigente le sacó a pasear con la Liga de Xavi –recordada por los 1-0– y también en algunos picos de alegría en la Champions, pero parecía más forzado y pueril que real porque el primer equipo masculino de fútbol, motor de las pasiones culés, seguía haciendo higo a las grandes noches europeas. En cambio, ahora esto ha cambiado. Golear al Bayern, el ogro del 2-8 y de más veladas de oscuridad, es muy grande. Ya puede decirse bien alto: este Barça es capaz de todo.
Metamorfosis completada. ¿Qué más puede decirse de Raphinha? El jugador más importante en los estertores del Barça de Xavi es el pimiento rojo del delicioso sofrito que ha patentado Flick en este ilusionante inicio de temporada. Alejado definitivamente de la banda derecha (donde él pensaba que actuaba mejor que en ninguna parte), y liberado de la necesidad de tocar la bola para sentirse útil, batalla con el madridista Vinícius por ser el brasileño más decisivo del momento. Es el ejemplo contrario al talento innato que encarna Lamine Yamal. Como la dinamo de una bicicleta, no negocia la cantidad de kilómetros –ni la velocidad para realizarlos– a la hora de iluminar el camino. Piensa corriendo, espera corriendo, descansa corriendo y, corriendo, se zampa todo un Bayern con un hat trick.
Ahora sí, Robert. Pese a ir hacia los 37, Lewandowski aún tiene rock por repartir. Ahora bien, ha necesitado la llegada de un técnico que le comprenda por completo para hacer lo que muchos le pedíamos para justificar un salario millonario y cuatro años de contrato: ser decisivo también contra bestias tan pardas como el Bayern. Quizás porque conoce bien la receta de los bávaros, el nuevo azulgrana no solo brilló para hacer el 2-1 en una acción de pícaro de Fermín. Aparte del gol, fue muy valioso que se hiciera un harto de descargar balones y de arrastrar a oponentes para que sus compañeros emboscaran. No, no ha venido a Barcelona a jubilarse ni a alimentar al Instagram de su mujer. Larga vida al mejor ariete de la década.
Cuando la réplica se zampa el original. Hablamos de Casadó y Kimmich. Debido a que el mediocentro vallesano es comparado dentro y fuera del vestuario con el termómetro del Bayern, el duelo de este miércoles era un día fantástico para evaluar si la presunta réplica quedaba oscurecida ante el supuesto original. Pues bien, el fallo no puede ser más claro. Desde ahora es necesario que abandonemos todos la similitud. Hay que empezar a valorar a Casadó como una pieza única. Su actuación frente al Bayern fue brutal. Defensivamente voraz (12,66 kilómetros) y ofensivamente clarividente –qué asistencia al 3-1–, este fruto de La Masia ya está para confitura en bote pequeño. A su lado, Kimmich, que salió en la foto del 1-0, pareció marca blanca.