Barça

Jaume Roures al rescate: Orpheus Media comprará un 25% de Barça Studios

La cuarta palanca se adjudica finalmente al propietario de Mediapro y no a Luma, como estaba previsto

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Jaume Roures, socio fundador del grupo Mediapro.

BarcelonaGiro contundente en la concesión de la cuarta palanca del Barça, imprescindible para que el club pueda hacer las inscripciones de las siete fichas pendientes de registro en la Liga. Todo estaba apalabrado para que el fondo de inversión GDA Luma se quedara con un 24,5% de Barça Studios a cambio de 100 millones de euros. Pero los problemas legales y burocráticos, con cambios de condiciones por el medio, para acabar de hacer la venta han frustrado la operación, que finalmente se cerrará con Orpheus Media, empresa propiedad del empresario catalán Jaume Roures (Mediapro).

"Este acuerdo complementa el que ya se firmó el 29 de julio pasado con Socios.com y servirá para acelerar el crecimiento de la estrategia digital, NFT y Web.3 del club", ha comunicado el Barça a través de sus canales oficiales. Es decir, el metaverso, como ya adelantó el ARA hace dos semanas, aparece para ayudar a la entidad a aportar valor a Barça Studios, que hasta ahora era un negocio deficitario, y para registrar jugadores a tiempo para el inicio de la temporada oficial. La inyección es de 200 millones de euros, cuatro veces más de lo que se dijo que se percibiría a cambio de la mitad de la productora en la asamblea del octubre pasado. Ahora bien, justo es decir que la directiva y el entonces CEO Ferran Reverter, a la hora de pedir el sí de los compromisarios, no hablaron de NFT ni de blockchain. De hecho, en el seno del mismo club hay voces en estos momentos que rezan por que ningún socio crítico con la actual gestión impugne la palanca por no ceñirse a lo que la asamblea aprobó.

Sea como fuere, a través un nuevo giro puramente laportiano, el Barça ha conseguido cerrar un acuerdo con un empresario de confianza y ha enviado todo el papeleo a Madrid para que la Liga lo pueda revisar y validar antes del primer partido oficial, que es este sábado en el Camp Nou contra el Rayo Vallecano (21 h). Pero esta cuarta palanca es solo una parte vital porque hay siete jugadores pendientes de inscribir (Sergi Roberto, Dembélé, Lewandowski, Raphinha, Kounde, Kessie y Christensen). El otro paso necesario para proceder al registro completo pasa por dos posibilidades. Una es la reinterpretación por parte de la Liga de las dos primeras palancas, las del 25% de los derechos televisivos, que el Barça reconoce con una plusvalía de 150 millones en contra del criterio de la patronal. Y la otra, paralela a la primera, es la aceleración de un acuerdo para la rebaja o diferimiento salarial de Gerard Piqué o Sergio Busquets. La épica está servida.

Con el central, que tiene pautados 52 millones de euros brutos a percibir este curso entre sueldo y diferimientos, el pacto sería muy a la baja y con una renuncia de dinero, mientras que el mediocentro estudia con sus asesores una propuesta para diferir cantidades a partir de una renovación por uno o dos años con cláusula de escape al final de cada ejercicio para marchar a Estados Unidos. De las dos vías, la más adelantada es la de Piqué, que perderá protagonismo en los planes de Xavi Hernández después de la llegada de Koundé y Christensen. Con Busquets es "muy complicado", dicen desde su entorno, que se pueda llegar a un acuerdo a corto plazo. Por lo tanto, otra vez el defensa catalán centra las miradas para ayudar al club a inscribir jugadores. El curso pasado su gesto salarial sirvió para el registro de Memphis y Eric Garcia. Este año tiene a mano otro motivo para ganarse la ovación de la gente.

El precedente del aval

No es la primera vez que Jaume Roures rescata al Barça y a Laporta sobre la bocina con Orpheus Media. De hecho, la toma de posesión del actual presidente necesitó el impulso económico de esta sociedad para evitar que se repitiera el escenario electoral al club azulgrana. Fueron 30 millones los que Roures contraavaló para que la directiva llegara a la cifra que se ajustaba la entrada en el gobierno de Eduard Romeu en calidad de vicepresidente económico. Cogió el relevo de Jaume Giró, que cayó de la junta de Laporta antes de la toma de posesión por profundas discrepancias.

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