Joan Laporta: luces y sombras después de 24 meses en la centrifugadora

BarcelonaJoan Laporta volvió a la silla presidencial del Barça hace apenas dos años. En unas elecciones celebradas en plena pandemia, el abogado acumuló el 54,28% de los más de 55.000 votos de los socios. Superó a Víctor Font (29,99%) y Toni Freixa (8,58%), los otros dos candidatos para gobernar, y tomó posesión del cargo unos días más tarde, después de un arduo camino para conseguir los avales que acabó con Jaume Giró fuera de la junta, cuatro directivos sumados a última hora y la ayuda de los empresarios Jaume Roures y José Elías.

La carrera para reunir el 15% del presupuesto del club, un requisito que hoy ya no es imprescindible, fue el primer episodio de un segundo mandato en el que Laporta ha extremado el presidencialismo que ya dejó ver en los últimos años del primero. En un contexto marcado por la urgencia económica, el dirigente ha defendido una gestión de "empresa familiar", más rica en lealtad que en profesionalidad, de la que hacemos balance en el ARA con los mensajes que difundió en campaña.

"Le traeremos de vuelta la alegría al barcelonismo"

Laporta apeló al componente emocional. Asesorado por el publicista Lluís Carrasco, ideólogo de la célebre lona a escasos metros del Bernabéu, el actual dirigente priorizó la oratoria optimista a las propuestas concretas. Entendió que el socio, harto de las goleadas europeas, de la oscuridad de los últimos meses de Bartomeu y de las restricciones pandémicas, necesitaba una gran alegría asociada a su figura.

24 meses después, y a pesar de las turbulencias de su gobierno, el abogado conserva buena parte de la popularidad que le hizo presidente. Fue el primer interesado en reforzar el primer equipo de fútbol para que el Camp Nou volviera a llenarse de ilusión y, con los datos en la mano, lo ha conseguido. Los casi 90.000 aficionados que llenaron el estadio el domingo ante el Valencia son una prueba de que la alegría que Laporta quería "traer de vuelta" ha resurgido.

"Volverán las noches mágicas de nuestro imaginario colectivo"

Pese a que no creyera en él por su falta de experiencia (y por su vinculación a Font), Laporta acabó fichando a Xavi para sustituir a Koeman. En su primer curso completo, el egarense ha construido un equipo muy sólido que es líder de la Liga con nueve puntos de ventaja sobre el Real Madrid; semifinalista de Copa y campeón de la Supercopa. Los fichajes de Lewandowski, Kounde o Christensen han servido para subir el nivel en los torneos estatales, pero se queda corto en Europa, donde el equipo ha caído dos veces seguidas en la liguilla de la Champions y tampoco ha hecho buena la consolación de la Europa League.

"Volverán las noches mágicas de nuestro imaginario colectivo: Wembley, París, Roma, Berlín...", decía Laporta. ¿Se cumplirá el vaticinio después de dos temporadas de decepción continental? Costará por dos motivos: la enorme competencia que suponen los clubes-estado y los equipos ingleses y la guerra abierta con Javier Tebas y la Liga por el fair play financiero. Tampoco está claro si la Superliga, el proyecto que defiende con Florentino y que avanzará o no en función de lo que diga el Tribunal de Luxemburgo, solucionará la sequía.

"Si ganan los otros candidatos, será mucho más difícil que Messi se quede"

Uno de los temas más recurrentes de las elecciones fue la continuidad de Leo Messi. El argentino, que meses atrás había enviado un burofax a Bartomeu para abandonar el Camp Nou, acababa contrato y todos los candidatos lo abordaban. Laporta hizo valer su relación personal con el astro para prometer que lo renovaría con un proyecto deportivo que le sedujera.

Pero meses más tarde Messi se despediría, solo y entre lágrimas, del club de su vida. Cuando parecía que firmaría el nuevo contrato, todo saltó por los aires después de que el Barça rechazara la operación financiera con el fondo CVC y que Laporta y Yuste discutieran amargamente con el padre y agente del futbolista, que tardó muy pocos días en cerrar un acuerdo con el PSG. Ahora, con un Mundial a la espalda, el 10 vuelve a quedar libre el 30 de junio y Laporta, siempre optimista, todavía no descarta recuperarlo. Mientras tanto, Mateu Alemany y el área deportiva, más realistas, se preparan para un mercado con más movimientos de salida que no de entrada.

"Aplicaremos los preceptos de la economía clásica"

En el último debate electoral, Laporta detalló un plan de choque con cinco erres: refinanciar la deuda, reducir los gastos, recuperar ingresos, restablecer la tesorería y revisar el presupuesto.

El balance de su gestión económica, que ha llevado a cabo mayoritariamente sin la figura de director general (Ferran Reverter dimitió hace un año) y con Eduard Romeu en vez de Jaume Giró, revela que el plan de choque todavía está en marcha.

• Refinanciar la deuda. En su primera asamblea, Laporta obtuvo luz verde para una operación de casi 600 millones con Goldman Sachs (a devolver en 10 años con un interés medio del 1,8%) para alargar los compromisos heredados de la gestión de Bartomeu.
• Reducir los gastos. El Barça paga menos salarios deportivos que en 2019. No obstante, la nueva junta ha aprobado contratos deportivos largos y crecientes como el de Lewandowski, que acabará en 2026 con casi 38 años. Laporta tuvo la opción de ordenar un ERTE para controlar el exceso en los sueldos deportivos, pero lo descartó por impopular. Mientras tanto, en los despachos, ha aumentado varias partidas, muchas de ellas sepultadas en gastos de gestión y otros, que se suman a un gasto total en el curso presente de 1.065 millones de euros.
• Recuperar ingresos. A pesar de la entrada de Spotify como patrocinador principal y al regreso del público en el Camp Nou, el Barça sigue teniendo un problema con los ingresos. Tanto, que el curso pasado tuvo que activar las famosas palancas para cerrar el ejercicio con números verdes y poder fichar. Este año, avanzar ingresos futuros a cambio de intereses ya no funcionará a ojos de la Liga.
• Restablecer la tesorería. En 2021 fue Goldman Sachs, en 2022 Sixth Street, y en 2023 se estudian operaciones para cubrir el agujero operativo del Barça, uno de los motivos de la falta de tesorería a medida que se acerca el cierre económico. Vender parte de Barça TV y del museo, así como la celebración de amistosos, son opciones encima la mesa.
• Revisar el presupuesto. Sin el corsé de Reverter, Laporta ha ordenado un cambio de nombres en las oficinas que ha provocado más de 100 salidas entre pactos y despidos que han supuesto más de cinco millones de euros a las cuentas del club. Otros departamentos internos, como por ejemplo el de seguridad, han multiplicado las cantidades que dedicaba la junta anterior.

"Somos partidarios de seguir en el estadio durante las obras del Camp Nou"

Antes de entrar a gobernar, Laporta se manifestaba partidario de iniciar la reforma del Camp Nou, plato fuerte del Espai Barça, sin tener que abandonarlo.

Dos años después, los hechos tumban estas intenciones, puesto que el Barça tiene previsto jugar en Montjuic durante como mínimo una temporada y un tercio mientras Limak, la empresa turca ganadora del concurso, se apresura con los trabajos en la calle Arístides Maillol. El exilio provocará un agujero en los ingresos de unos 100 millones y, según las previsiones del club, alejará al socio de los partidos del primer equipo. Todo esto sin licencia definitiva de obras, con la financiación todavía por cerrar en un marco de subida de tipo de interés y la reputación azulgrana afectada por el caso Negreira, del cual Laporta todavía no ha dicho gran cosa.

Colocarse 1.500 millones de deuda para hacer un nuevo estadio sobre el esqueleto del viejo Camp Nou sin discutir el modelo de propiedad del Barça es todo un reto a corto plazo. Pero Laporta, tan amante del arrebato que a veces es temerario, sigue decidido a salirse con la suya. Si lo consigue, no sería la primera vez.