Barça

La guerra por el relato del adiós de Messi del Barça

El club acusa al padre del jugador de poner condiciones de última hora, mientras que el entorno del 10 insiste en que el acuerdo estaba cerrado

Joan Laporta, Leo Messi y Jorge Messi.
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BarcelonaLeo Messi y su familia numerosa buscan casa en París. Una semana después de volver de vacaciones de Ibiza pensando que firmaría su nuevo contrato con el Barça y que participaría en la presentación del equipo el día del Gamper, el argentino ya ha empezado a entrenarse con el PSG, el club que, aprovechando las penurias que hay en el Camp Nou, rápidamente le ha abierto las puertas para que siga aspirando a ganar títulos. Ya se abraza con su amigo Neymar Jr., que llevaba años intentando volver a Barcelona, o con su sempiterno oponente Sergio Ramos, que igual que él abandona la Liga libre de traspaso para reforzar al gigante francocatariano de Nasser al-Khelaifi.

Messi y los suyos digieren el cambio de aires desde el lujoso hotel Royal Monceau, situado en el centro de la capital gala. El pasado viernes por la mañana, el astro rosarino y su mujer, Antonela, explicaban a sus hijos que tenían que irse de Barcelona. Así lo detalló el principal implicado en una breve entrevista con la BBC justo después de ser presentado en Parc des Princes. Thiago, Mateo y Ciro recibieron la noticia 24 horas después de que su padre lo hubiera conocido por boca del abuelo Jorge, que entre miércoles por la noche y jueves por la mañana supo por el Barça que el nuevo contrato de su hijo no se podría inscribir en la Liga, por motivos económicos, tal y como estaba pactado. El mismo miércoles, por cierto, mientras el Barça jugaba un partido en Stuttgart, Messi volvía a Catalunya después de anular el barco que tenía alquilado en Ibiza hasta viernes. El motivo: ir a la notaría al día siguiente en Barcelona a las cuatro de la tarde para rubricar el acuerdo más esperado por el barcelonismo.

Messi, al llegar a París.

No hubo firma, la entidad anunció que el contrato no se pudo formalizar y el presidente azulgrana, Joan Laporta, argumentó el día siguiente que la herencia "calamitosa" de Bartomeu y la normativa de la Liga en el tema de los salarios hacían imposible la continuidad de Messi en el Barça. "Estábamos dispuestos a hacer un esfuerzo por encima de nuestras posibilidades", dijo el máximo mandatario, que públicamente liberó al argentino y a su padre del frustrante desenlace y puso palabras a la cordura que le reclamaban tres figuras clave en la gestión de la crisis del club: el vicepresidente (y gran avalador) Eduard Romeu, el CEO Ferran Reverter (hombre fuerte en temas de Superliga) y Mateu Alemany, que antes de las elecciones, sin necesidad de ver ninguna auditoría, ya le alertaba de la dificultad de mantener al 10 en una plantilla sobredimensionada.

Mientras trabajadores, directivos, aficionados e incluso el protagonista mismo se preguntaban qué había pasado para que todo se fuera a pique, las dos partes de la negociación y una tercera implicada, la Liga, inauguraron la batalla para imponer su relato de los hechos. La patronal de los clubes tuvo en el Twitter de su presidente el principal motor para comunicar su versión. En resumen, Javier Tebas explicó que Laporta había aprobado al acuerdo con el fondo CVC para inscribir a Messi y que fue "un ejecutivo" –en referencia a Reverter– quien le disuadió en el último momento para no comprometer el proyecto de la Superliga que defiende también el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

El papel de Cristian Romero

Más subterfugios ha habido en la guerra de mensajes que han protagonizado los entornos de Laporta y Messi para añadir más motivos a la quebradiza que quedó retratada con el frío saludo de los dos afectados y con la ausencia de Jorge y Rodrigo Messi en el evento de despedida de domingo en el Camp Nou. Fuentes de la entidad insinúan que, además de la rigidez de Tebas y la nefasta gestión de Bartomeu, si el entendimiento no se rubricó fue también porque el padre del 10 pidió "alguna cosa más" de última hora antes de firmar. Entre otras cosas, la contratación de Cristian Romero, del Atalanta. La parte del jugador confirma que el nombre del central apareció en la negociación, pero puntualiza que fue cuando Laporta le incluyó en una lista de posibles altas que le "vendió" para que viera que la plantilla se mejoraría. En la relación de nombres estaba Romero, pero también Haaland, Kanté y Wijnaldum. "Laporta no ha tenido una visión realista de cómo está el Barça", dicen desde el entorno de Messi, donde se añade que el mandatario decía en privado que podría hacer una inversión millonaria por Romero. También apuntan que el acuerdo estaba listo para la firma, que no hubo ninguna modificación de última hora.

Tampoco hay consenso en la interpretación de las últimas horas previas al vuelo de los Messi a Francia para firmar con el PSG. La madrugada de lunes a martes trascendió un último intento para rehacer los puentes con Reverter, al frente de las conversas, un extremo que el entorno del futbolista no compra y que desde el club se reformuló. Martes por la mañana fuentes de la entidad explicaron que el tesorero Ferran Oliver contactó de nuevo con Jorge Messi y que recibió por respuesta que el acuerdo con el PSG ya estaba cerrado a pesar de que el jugador habría preferido esperar una nueva oferta para intentar quedarse. "Todo ello recuerda a Figo", añadieron desde el Camp Nou, en referencia al preacuerdo que el portugués firmó en 2000 con el Madrid a pesar de su voluntad de seguir en el Barça.

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