Oporto-Barza de Champions

Así trabaja Jorge Mendes, el proveedor estrella del Barça de Laporta

El conjunto azulgrana visita Oporto, la ciudad donde el superagente y hombre de confianza del presidente azulgrana empezó su imperio

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Jorge Mendes en una imagen de archivo

Oporto (Enviado especial)Jorge Paulo Agostinho Mendes nació en Lisboa el 7 de enero de 1966. Creció en el seno de una familia humilde y su sueño, como el de muchos niños y niñas, era ser futbolista. Lo probó, pero después de una trayectoria sin pena ni gloria, pronto empezó a exprimir sus virtudes por otras vías, sin dejar de pensar en el fútbol. No tardó en explotar sus dotes de emprendedor y una capacidad especial para persuadir y convencer a partir de un trato simpático, inteligente y cercano. "No es el típico payaset que se pasa de tuerca, él sabe qué palabras utilizar y en qué momento utilizarlas. Una persona que cae bien. Y eso, en este oficio, es muy importante. Si tienes una buena cartera de futbolistas y buenas relaciones con los clubs, es la tormenta perfecta", explica al ARA Òscar Tena, agente FIFA y que en los últimos seis años ha trabajado para la empresa Tactic Grup, que representa, entre otros, a Sergio Busquets o Sergi Roberto.

Antes de ser agente, Mendes se trasladó con su familia al norte de Portugal, donde firmó su primer acuerdo marca de la casa, su primero win-win vinculado a un club de fútbol. Propuso al presidente del modesto Lanheses no cobrar su sueldo como futbolista a cambio de anunciar sus negocios en la publicidad estática del campo. La semilla ya estaba plantada. Abrió un videoclub. Luego, también una discoteca. Y fue en el sector del ocio nocturno donde empezaría a formarse su leyenda como agente. Una noche conoció —y convencer— al portero Nuno Espírito Santo para representarle. A base de mucha insistencia, logró que el expresidente del Deportivo de A Coruña, Augusto César Lendoiro, el fichaje para el conjunto gallego, donde Nuno no tendría demasiada fortuna, pero Mendes ya había logrado hacer su primer movimiento. Las visitas constantes a Lendoiro y llevárselo a cenar habían acabado con premio. El portero y primer cliente de aquel agente iniciático cambió el Vitoria de Guimarães por el Depor.

Era 1997 y en Oporto nacía Gestifute, su empresa de representación. Unos años después, el agente portugués le llegaría a ofrecer a Lendoiro —o eso explica el histórico expresidente del Depor— un jovencísimo Cristiano Ronaldo, pero ya en ese momento era inasumible para la entidad gallega. "Las relaciones de Mendes trascienden de ser sólo un agente o un amigo de los jugadores, él también controla clubs y sus propietarios, con los que teje complicidades. Te hace creer que te conseguirá lo que quieres y, muchas veces, lo consigue. Sólo así se explica el éxito y el poder que tiene", explica en el ARA el periodista Gonzalo Cabeza, autor del podcast El móvil de Mendes, que es el resultado de casi un año investigando al superagente. Cristiano, entonces un jovencito y espigado extremo portugués de 18 años que despuntaba en el Sporting de Lisboa, fue fichado en el 2003 por el Manchester United a cambio de 17 millones de euros. Seis años después, el Real Madrid pagaría 94 millones por él. Mendes empezaba a ganarse el apelativo de superagente. Una marca personal que ha ido alimentado vistiendo siempre cuidadamente, cuidando mucho la estética e, incluso, hay quien explica que presume de desayuno, almuerzo y cena en hasta tres ciudades distintas en un mismo día. Todo, sin separarse de sus tres teléfonos móviles.

Jorge Mendes y Cristiano Ronaldo, en una foto de archivo

Cristiano fue el salto definitivo en su meteórica carrera como representante, ya que suponía tratar con los clubs más poderosos del mundo del fútbol, ​​pero para entender cómo llegó hasta aquí, es necesario pasar antes por Portugal. "Es un país pequeño, donde se trabaja mucho la cantera, y también es un primer foco de llegada de futbolistas procedentes de África o Sudamérica", dice Cabeza. En el caso de Mendes, Di María, Falcao o Diego Costa, como destacados ejemplos. "No hay suficiente lugar en Portugal para que haya más de un agente. Él se cargó a José Veiga [que había sido el representante de Figo y Zidane]. O más bien Veiga se inmoló, porque empezó a tener muchos problemas con Jorge Nuno Pinto da Costa, el presidente del Oporto".

Cómo consiguió Mendes apoderarse del negocio de la representación en el fútbol portugués en poco más de cinco años es la etapa de su carrera que oculta más sombras. Sus tentáculos se extendieron primero al Oporto, rival este miércoles del Barça (21 h, Movistar Liga de Campeones), y después al Benfica, los dos grandes colosos del país. Hoy en día, la huella de Mendes en Portugal es tan evidente que más de la mitad de los jugadores de la selección lusa en el último Mundial están bajo su control. Y todo ello, en un contexto en el que la normativa FIFA limita a dos años de duración máxima los contratos entre representante y jugador. "Él siempre se jacta de que no firma contratos con sus futbolistas. Algo que, personalmente, me parece un poco loca. Son acuerdos comerciales, deberían estar regulados. No es el único, sin embargo. Mino Raiola también en presumía", dice Cabeza.

Jorge Mendes: el poder a la sombra de muchos grandes clubs

Tras convertirse en el rey en Portugal —fue condecorado con la Orden al Mérito Deportivo—, Mendes ha sido el poder en la sombra de muchos grandes clubs, entre ellos, del Real Madrid. Un artículo del The Wall Street Journal le llegó a definir como el dueño del club blanco, una sentencia que a Florentino Pérez le costó digerir. Su influencia también se extiende al Valencia de Peter Lim, donde ha llevado en los últimos años jugadores de dudoso rendimiento, como el central Mangala, por cifras superiores a los 20 millones de euros, al igual que logró convertir a André Gomes en una "oportunidad de mercado" en la que picó al Barça de Bartomeu.

¿Se acuerdan de Nuno Espírito Santo, con quien empezó todo? Pues cuando el guardameta se retiró y quiso convertirse en entrenador, Mendes le colocó en el banquillo del Rio Ave portugués, un club humilde donde el agente hacía y deshacía colocando a representados suyos. Dos temporadas después, Nuno tomaba las riendas del vestuario del Valencia. Posteriormente, aterrizaría en el banquillo del Wolverhampton inglés, un club bajo la tutela de Mendes. Básicamente, porque es propiedad del conglomerado chino Fosun, con el que el superagente se había juntado para realizar negocios con Guo Guangchang, uno de sus fundadores. "Mendas tiene un olfato especial para detectar dónde hay dinero. Es mucho más que un representante de futbolistas, es casi un representante de clubs", apunta Cabeza. Si antes el dinero estaba en China, ahora está en Arabia Saudí. ¿Saben en qué país entrena actualmente a Nuno? Aciertan: en el Al-Ittihad saudí.

Los tentáculos de Jorge Mendes en el Barça y su relación con Joan Laporta

Actualmente, el Barça es también uno de los clubes donde Mendes tiene varios representados: João Félix, Cancelo, Balde, Ansu (cedido al Brighton) y el recién renovado Lamine Yamal son algunos de los nombres más destacados. Otros, como Iñaki Peña, no les representa directamente, pero sí mantiene acuerdos con sus agentes. Nico González, rival este miércoles del Barça, también está representado por Mendes. Además, es sabido que el agente tiene una estrecha relación con Joan Laporta. "Es cierto que últimamente Mendes está colocando a muchos jugadores en el Barça, pero eso también había pasado antes con otros representantes. Cuando hace tiempo que haces negocios con una persona se puede construir una amistad. No hace falta ver lado oscuro en todo, pese a las comisiones que hay de por medio. Si tienes un agente de confianza y tiene una buena cartera de jugadores, es un tema de oferta y demanda y parece que Mendes logra satisfacer a todas las partes", razona Òscar Tena.

Mendas presente en el acto de renovación de Alejandro Balde

Cabeza, sin embargo, ve más peligrosa esta relación entre el Barça y Mendes. "Hay muchos matices, pero creo que no es del todo beneficiosa la relación que Laporta tiene con algunos agentes. No sólo con Mendes [Laporta, por ejemplo, fue hace unos meses a la fiesta de cumpleaños de Pini Zahavi, agente de Lewandowski] Laporta es un representante del Barça, el club no es suyo.Diferente es en el caso del Atlético de Madrid, que quien responde por el club es su propietario, Gil Marín.Si Gil Marín se la juega, repercutirá en su bolsillo. Y no olvidemos que a Mendes, al final, el futuro de los clubs le da igual. Si un club se hunde, él encontrará otro donde hacer negocio".

Mientras, la normativa de la FIFA ha vuelto a cambiar desde este octubre, con una medida hecha para evitar, precisamente, que agentes como Mendes puedan lucrarse en las tres bandas que participan en las transacciones del fútbol. A partir de ahora, los agentes sólo podrán recibir comisiones en nombre del jugador y club comprador, pero no del vendedor. Una casuística que se había dado, por ejemplo, cuando Mendes participó, en el verano del 2020, en la venta del lateral Matt Doherty del Wolverhampton en el Tottenham, en una operación que levantó polvareda en Inglaterra. Sin embargo, un cambio de normativa que no parece que pueda hacer tambalear demasiado el imperio particular del superagente. En Oporto y en Portugal lo saben bien.

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