Los árbitros catalanes podrán silbar por primera vez al Barça en partido oficial

SabadellEl derbi madrileño de hace unos días ha pasado a la historia por ser el primer partido donde se designa a un árbitro de la misma ciudad que los equipos implicados. La sala VOR estuvo liderada por Carlos del Cerro Grande, nacido en Madrid, que compartió labor con Valentín Pizarro, también residente en la capital. Una situación hasta ahora insólita que se verá cada vez con más frecuencia.

El Comité Técnico de Árbitros (CTA) decidió romper el criterio de territorialidad a petición de la Liga y la Federación Española, en el marco del proceso de renovación profunda del estamento arbitral que impulsa Rafael Louzán, presidente de la RFEF. El primer banco de pruebas llegó a la jornada 3, cuando dos asistentes asturianos –Israel Bárcena, de Gijón, y Judith Romano, de Llanes– fueron designados a Carlos Tartiere para dirigir un Oviedo - Real Sociedad. Su buena actuación reforzó la convicción de sus dirigentes.

Con todo, habrá que estudiar qué acogida tiene la medida entre los clubs y si las designaciones generan recelo antes del partido o comentarios sobre el origen del árbitro en declaraciones posteriores. La Liga se alinea con un modelo que ya se aplica en la Premier inglesa, la Ligue 1 francesa y la liga portuguesa.

El criterio deportivo es prioritario

Primero fueron los asistentes, después los árbitros VAR, y los siguientes en silbar cerca de casa serán los principales colegiados. El comité designador, integrado por Fran Soto (presidente del CTA), el exárbitro Fernando Teixeira Vitienes y el entrenador Gregorio Manzano, ha decidido implantar esta "nueva normalidad" de forma progresiva. Antes de que acabe la temporada, la intención es que un árbitro debute en condición de local. La idea es elegir un partido con poco seguimiento mediático o entre dos equipos de la misma comunidad, como ha ocurrido en el reciente Atlético de Madrid – Real Madrid.

De cara al futuro, se espera que los responsables de las designaciones puedan escoger a los árbitros priorizando criterios deportivos, al margen de la procedencia geográfica. Asimismo, se resolverían los problemas que generan las tripletas arbitrales integradas por colegiados de diferentes comunidades, que a menudo deben separarse para evitar coincidir con clubs de su zona.

Los árbitros, contrarios a la medida

Los colegiados saben que el CTA ha adoptado esta medida a raíz de las presiones recibidas y no por convicción. La neutralidad arbitral es una norma no escrita que siempre se había respetado para evitar suspicacias y garantizar la seguridad de los árbitros. Por eso no ven con buenos ojos la nueva directriz y consideran que silbar cerca de casa puede generar problemas que acaben trasladándose a su vida personal.

Además, los colegiados se sienten menospreciados por el hecho de que los dirigentes hayan impulsado el cambio sin consensuarlo con ellos. La plantilla arbitral se ha enterado del nuevo criterio del CTA a través de la prensa y de las designaciones oficiales, y considera que una decisión que les afecta tan directamente debería haber sido debatida con ellos, los primeros implicados.