Guerra interna entre los árbitros tras el "escándalo mundial" denunciado por el Madrid

SabadellLa polémica arbitral de el Espanyol-Madrid del pasado sábado todavía colea. La entrada del españolista Carlos Romero en Kylian Mbappé se resolvió con una escueta amonestación que ha desatado un alud de reacciones de consecuencias impredecibles.

El primero en encender el fuego fue Carlo Ancelotti en la rueda de prensa pospartido en Cornellà-El Prat. El entrenador italiano declaró sin tapujos que "la decisión del árbitro y del VAR" de no expulsar al jugador era "inexplicable". Posteriormente, los periodistas de Real Madrid Televisión endureció aún más el discurso y calificaron la actuación de Muñiz Ruiz como un "escándalo mundial", tildando la competición de "Liga ensuciada por los herederos de Negreira".

Parecía que la polémica no iría a más, pero el presidente madridista, Florentino Pérez, decidió apretar el acelerador. Dio un volantazo inédito al suyo modus operandi, emitiendo un comunicado oficial donde denunciaba que "el sistema arbitral es fraudulento y corrupto", entre otras graves acusaciones. El Madrid puso toda la carne en la parrilla contra el estamento arbitral, declarando la guerra a cara descubierta y apuntando con bala.

El presidente de los árbitros se sacude la responsabilidad

Este cóctel explosivo exigía una respuesta contundente y los colegiados de Primera División esperaban a que su presidente, Luis Medina Cantalejo, adoptara una posición firme ante el ataque del Madrid. La realidad fue otra bien distinta y el dirigente sevillano decidió sacudirse la responsabilidad y filtrar a los medios de comunicación que Muñiz Ruiz e Iglesias Villanueva, árbitro y VAR en el partido de Cornellà, entrarían en la nevera con efecto inmediato. El objetivo era calmar los ánimos del mundo del fútbol, ​​pero de rebote ha puesto a sus propios árbitros a los pies de los caballos ante la opinión pública. La tensión fue en aumento cuando Medina convocó una reunión telemática de urgencia para criticar con dureza las actuaciones del fin de semana definiéndolas como "vergonzosas".

La tibia respuesta de la Federación Española de Fútbol (RFEF), el ente bajo el que se organizan los árbitros, en el comunicado del Madrid también generó frustración y decepción entre los colegiados al comprobar que se encuentran en una situación de máxima vulnerabilidad.

Neveras a diestro y siniestro y Muñiz Ruiz en el centro de la diana

Los dirigentes arbitrales han decidido aplicar una política intervencionista y han desatado una lluvia de neveras. El más perjudicado es Muñiz Ruiz, el árbitro del Espanyol-Madrid. El gallego no sólo descansará en las próximas jornadas de Liga, sino que también le han quitado de las manos el partido de Copa del Rey entre Atlético de Madrid y Getafe que ya tenía designado. Una decisión sin precedentes que deja al internacional en una posición muy delicada.

Los otros partidos donde se han detectado errores insalvables son el Leganés-Rayo y el Atlético de Madrid-Mallorca y eso ha propiciado que hasta ocho árbitros sufran sanciones durante las próximas jornadas. La particularidad de estas neveras reside en que se alargarán hasta que el propio CTA lo considere oportuno. La mano dura aplicada por la cúpula directiva atiza la guerra interna del colectivo arbitral, que afronta el tramo decisivo de la temporada sin margen de error.