Futbol

Las personas de confianza de Abramóvich continúan gobernando el Chelsea

Los nuevos propietarios, que llegarán en las semanas próximas, tendrán que decidir si mantienen la herencia del oligarca ruso

Jordi Cardero
4 min
Marina Granovskaia junto a Peter Cech, ex jugador  del Chelsea

BarcelonaEl gobierno británico inhabilitó y congeló, después de la invasión rusa de Ucrania, todos los bienes de Roman Abramóvich, hasta entonces propietario del Chelsea, porque ha mantenido "una relación próxima con Vladímir Putin durante décadas". Bajo una licencia especial otorgada por el Reino Unido, los londinenses continúan compitiendo bajo mínimos. Sin embargo, la rusa Marina Granóvskaya, mano derecha del oligarca y descrita por el diario The Times como "la mujer más poderosa dentro del mundo del fútbol", es actualmente la máxima autoridad del club. Lo acompaña en la dirección Eugene Tenenbaum, que renunció como alto cargo de Evraz cuando el gobierno británico acusó la empresa de "proporcionar material para la construcción de tanques rusos". Ya en la recta final para saber quién serán los nuevos propietarios del Chelsea, las personas de confianza de Abramóvich todavía gobiernan el club y desde Inglaterra no se descarta su continuidad. Pero el fútbol no para, y los blues reciben este miércoles el Real Madrid (21 h, Movistar Liga de Campeones) en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions.

El noviembre pasado el diario italiano Tuttosport entregó a Granóvskaya el premio a mejor director del fútbol europeo del 2021, el año en el que el Chelsea levantó su segunda Liga de Campeones. Su relación con Abramóvich se remonta al 1997. Granóvskaya acababa de graduarse en lenguas extranjeras a la prestigiosa Universidad Estatal de Moscú. Al acabar, empezó a trabajar como secretaria del oligarca en Sibneft, empresa petrolera que el ruso vendió a Gazprom, cosa que lo convertía en uno de los hombres más ricos del mundo. Granóvskaya, que tiene pasaporte canadiense, continuó desarrollando el mismo rol cuando en 2003 Abramóvich compró el Chelsea: se encargaba de su agenda.

Antes de comprarse un apartamento en el centro de Londres, estuvo viviendo en Stamford Bridge mismo, el estadio de los blues. Poco a poco, empezó a escalar posiciones. Abramóvich visitaba Londres puntualmente y en 2013 se convirtió en la responsable de los traspasos de jugadores, un papel fundamental, porque desde la llegada del oligarca ningún club al mundo ha gastado más en fichajes (2.300 millones de euros). Además, también Granóvskaya potenció el departamento de estadística avanzada. En 2018, cuando a Abramóvich le caducó el pasaporte y el Reino Unido decidió no renovarlo por las tensiones con Rusia, la ex secretaria pasó de ser su portavoz a ser la encargada de dirigir el día a día del club. No ha dado nunca ninguna entrevista y siempre ha vivido a la sombra.

Granóvskaya ha vivido las dos etapas de José Mourinho como entrenador del Chelsea

Granóvskaya fue una de las grandes responsables de que el Chelsea levantara su primera Champions. En 2009 Andrés Iniesta desmenuzó los sueños londinenses llevando el Barça de Guardiola a la final de Roma con un gol en el último minuto de la eliminatoria. La UEFA sancionó con seis partidos, que acabó rebajando a tres, Didier Drogba por haber insultado el árbitro. Al delantero solo le quedaba un año de contrato y tenía un pie fuera del club. Pero Granóvskaya decidió renovarlo, asumiendo la polvareda que pudiera levantar aquella decisión. En 2012 el marfileño marcó el gol que llevaría el equipo a la final de Champions contra el Bayern a la prórroga, y después convertiría el penalti decisivo. Más allá de los fichajes, Granóvskaya también cerró un importante contrato de patrocinio con Nike, a cambio de 70 millones de euros por temporada. La empresa americana, a diferencia de otros, no rompió el acuerdo con el Chelsea después de la sanción a Abramóvich.

Hacer favores a Abramóvich no es sancionable

Eugene Tenenbaum, un gestor importante de los blues, abandonó la cúpula de Evraz cuando el gobierno británico vinculó esta empresa con la construcción de tanques rusos. Nacido en Ucrania, siempre ha sido "uno de los socios más cercanos a Abramóvich", dice el Chelsea en su sitio web. "Espero que las medidas injustas impuestas a Abramóvich sean revaluadas. Desgraciadamente, como ciudadano británico y debido a las nuevas regulaciones, no podré continuar trabajando con él", dijo Tenenbaum. El ex propietario del Chelsea le vendió la empresa Ervington Investment, con sede en Chipre, el 24 de febrero, el día que empezó la invasión rusa, según publicó Reuters. El gobierno británico no ha sancionado a Tenenbaum, que coincidió con Abramóvich en Sibneft y no quiso revelar el coste de la transacción de Ervington. Aquel mismo día, según el Wall Street Journal, el oligarca replicó el movimiento trasladando todos sus activos de Norma Investments a David Davidovich, calificado por Forbes de "mano derecha de Abramóvich".

El proceso de venta del Chelsea, que gestiona el banco norteamericano Raine Group, ya ha elegido a los candidatos finales. Desde Inglaterra apuntan que de la veintena de propuestas iniciales solo quedan unas cinco. Encabezan la carrera para comprar el Chelsea la familia Ricketts y un consorcio dirigido por el estatunidense Todd Boehly. Los primeros son propietarios de los Chicago Cubs, un equipo de béisbol, y su patriarca, Joe Ricketts, fue descubierto en 2019 enviando correos electrónicos en los que describía a los musulmanes como "enemigos" y hacía bromas racistas sobre Barack Obama. En el exterior de Stamford Bridge, antes del último partido liguero, decenas de seguidores protestaron contra la posible compra por parte de la familia norteamericana . Por otro lado, Boehly, la cara de un consorcio favorito para adquirir el club londinense, es copropietario de Los Angeles Lakers (baloncesto) y Los Angeles Dodgers (béisbol). El empresario suizo Hansjorg Wyss, que forma parte del equipo de Boehly, reconoció semanas atrás el interés para comprar el Chelsea.

En Inglaterra no descartan que Granóvskaya continúe trabajando en el Chelsea una vez aterricen en Londres los nuevos propietarios de la entidad. Aun así, la relación con Abramóvich y el hecho de no haberse pronunciado sobre la situación podrían propiciar que "la mujer más poderosa en el mundo del fútbol" pierda su trono. De los recién llegados dependerá que se prolongue la herencia del oligarca en Stamford Bridge. La incertidumbre sobre cuál será el futuro del club se ha trasladado al terreno de juego. El fin de semana pasado el Chelsea perdió 1-4 contra el Brentford, que este año ha vuelto a la primera división 74 años después de la última vez. Contra el Madrid, el Chelsea defenderá el trono europeo que consiguió la temporada pasada derrotando al Manchester City.

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