El Bernabéu se acaba burlando de un Girona asustado

MADRID (Enviado Especial)¿Quién es capaz de decirle a un aficionado del Girona que hoy ha perdido? Sí, el marcador explica que el Madrid ha ganado con facilidad por 4 a 0 en un partido ventilado pasada la media hora y que permite que los de Ancelotti escapen a cinco puntos en el liderato. Pero si hubiera visto las caras de los más de medio millar de gerundenses que paseaban por los lugares más emblemáticos de la capital en las horas previas... Se han pasado la semana haciéndose ilusiones, porque su equipo, lo que está enamorando porque en toda la historia del club no ha habido otro mejor, se ha jugado la primera posición de Primera en el Santiago Bernabéu. Para todos, la gran victoria es ésta, sin debate: ser capaces de haber llegado a presenciar un día como éste. Un hito inimaginable y un éxito, se mire como se mire.

El crecimiento incontrolado de este Girona le ha llevado a jugar una final antes de tiempo. Una final para la que, no nos engañemos, no está preparado. Porque es fantástico imaginarse que todo sale bien, pero lo normal en un Madrid-Girona en el 2024 es que gane el Madrid. Y así fue. Por historia, presupuesto, contexto, potencial de plantilla, prestigio y factores externos. Por todo. En absoluto pueden negarse los méritos de los de Míchel, que también son un equipazo pero que han sido invisibles la tarde en la que podían conseguir la mayor tontería de todas. La final anticipada le ha venido gorda al Girona, y se ha asustado cuando era lo único que no podía hacer. Los gerundenses han resbalado recientemente en los dos partidos más importantes que han jugado, en Mallorca por un puesto en las semis de Copa, y en el Bernabéu. Pero si el adiós a la Copa hizo daño, el batacazo en la Liga debe analizarse de una manera más reflexiva, porque hay que poner el foco en la clasificación europea, el objetivo real del vestuario ahora, aunque estaba diseñado para conseguir sólo la permanencia. Y está bien encaminado. Los reproches hoy no tocan.

Los argumentos eran humo

Esto no quita que era una fecha señalada en mayúsculas en el calendario. Quien sabe si irrepetible, también. Y había que vivirla sin miedo, tal y como ha advertido Míchel con su alineación, valiente y fiel a los principios que les han llevado al Paseo de la Castellana a mirar a los ojos de un gigante con la confianza de tumbarle. Parecía que había argumentos futbolísticos: recuperado Dovbyk, Míchel también ha mantenido a Portu. Y parecía que también había sentimentales, tal y como decía uno de los carteles que ha colocado a Puma por las calles: "Hay estadios con techo, hay equipos sin él". O la lona de Marlex, junto a la Plaza Mayor: "Cuando el currículo no lo es todo". A motivación y deseo, el Girona no podía perderse. Pero a la hora de la verdad humo. El Girona prácticamente no ha competido y ha sido borrado sin poder decir ni haba.

Porque venir al Bernabéu no es ninguna broma. Y menos si te esperan. Ya en el calentamiento se ha podido percibir una mística especial. Aunque desde fuera se parezca más a un centro comercial que a un estadio, cuando entras impone. No todo tiene que ver con el fútbol en un partido de fútbol. Aunque no tenga centrales, como ha sido el caso, el Madrid es mucho Madrid y Vini tan sólo ha necesitado seis minutos para inventarse un golazo de la nada. Los blancos son muy buenos.

El Girona se ha intentado obligar a hacer un esfuerzo deprisa por entender que iba perdiendo contra el único equipo que les ha ganado este año en la Liga. Dos veces, por ser más exactas. Pero no lo ha logrado. Fue un equipo totalmente inofensivo y roto que acabó goleado y con la cola entre las piernas. La afición local también ha tenido tiempo de dedicarle un "Así, así, así gana el Madrid", mirando desafiando a la grada visitante, recordándoles el cántico que se hizo en Montilivi la semana pasada cuando un arbitraje nefasto impidió que el Girona ganara a la Real Sociedad. En el fondo es un elogio, porque significa que lo han hecho bien todo este tiempo para que se los tomen en serio, pero qué pesadilla. También han pedido una manivela, pero Joselu ha fallado un penalti en el último segundo. la Liga, ha regateado a Gazzaniga para hacer el segundo.

El inglés se ha marchado ovacionado. Le han cantado el famoso "Hey Jude" tras hacer el tercero rematando a portería vacía un rechace del portero argentino a disparo de Vini. El brasileño ha asistido a Rodrygo en el cuarto, en un tramo en el que a los gerundenses les habría valido más desaparecer. Por supuesto, claro, porque del campo ya lo estaban. Aunque hubieran caído dos docenas, sin embargo, nada mancha la inmensa temporada de un Girona que todavía tiene motivos para soñar.