El cambio de voz en el grito de guerra en el vestuario del Girona
Jota, que se jubila a final de año, le pasará el testigo al delegado Javier Galiano hasta final de curso
Gerona"Me hago mayor, me hago mayor", suele responder Javier Galiano, delegado del Girona, mirando la pantalla de su portátil con las gafas puestas cerca de la punta de la nariz, haciendo cualquiera de las incontables gestiones que tiene entre manos, desde uno de los despachos de la Girona Football Academy by Puma, ubicada en Vilablareix. Por allí todavía corre también Josep Maria Luis, Jota, el responsable de material y la voz del grito de guerra viralizado en el vestuario antes de los partidos, que cojea mientras carga cajas arriba y abajo porque la rodilla y las caderas ya no le funcionan como en los viejos tiempos. Deberían operarlo, pero nunca ha encontrado el momento.
Pronto dispondrá de todo el tiempo que quiera, porque se jubila a final de año. Si todavía no lo ha hecho, es porque el gestor le recomendó que acortara unos meses más, aunque eso significara empezar la temporada, un plan que no estaba previsto. "Si no tuviera a Laura, mi pareja, seguiría por ahí, porque no sabría qué hacer. Pero ella me espera", reconocía hace unos días. Jota ya no asume tantas responsabilidades como antes, consciente de que su trayectoria en el club está llegando a su fin. De hecho, hace meses que le encontraron sustituto: Pere Vilardell es el encargado de asumir casi todas sus tareas.
Hay una que no. La de llamar "Girooooooooona" en el centro del corro que hacen los jugadores y el cuerpo técnico, desde la intimidad últimamente invadida por las cámaras de televisión. Una de las funciones de las que se ha liberado a Jota es el hecho de viajar a todos los desplazamientos y sólo irá a algunos. En Vigo, por ejemplo, no estuvo, y el grito lo dio Galiano. Trajo suerte, porque ese día los de Míchel sumaron el primer punto del curso.
Pero aquí hay otro problema, porque el delegado cerrará el tenderete a final de temporada, porque también le toca jubilarse. Su voz solo será provisional hasta mayo del 2026. Se desconoce quién le sustituirá, y también quién será el encargado de cerrar filas con los jugadores, lo que se ha convertido en una tradición intocable.
Dos mitos rojiblancos
Jota y Galiano son inseparables. Tienen cientos de historias escondidas de tantos años trabajando juntos. "¿Que quien me escucha a mí cuando no tengo un buen día? Jota, ¿quién quieres que sea! En los desplazamientos para cenar comemos dos veces; en el hotel con la plantilla y luego nos escapamos nosotros. Cuando quería hacerlo Machín siempre decía que esa noche haría una Galianada", explicaba el delegado en un reportaje al ARA.
Jota entró en el club en el 2003; en Galiano, en 2008. Han vivido crisis e impagos, pero también rúas y noches de fantasía. Dejarán un Girona mayor de lo que conocieron, pero también un Girona más triste, porque sin ellos se irá una parte del escudo. Y la voz de un grito que ha ido de Tercera División a Europa.