CHAMPEONS LEAGUE

Los daños colaterales de vestir a Montilivi para la Champions

Con el aforo reducido y las gradas retráctiles vacías, un montón de socios no vivirán el histórico estreno europeo

Montilivi, en el último derbi catalán ante el Barça
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01/10/2024
3 min

GIRONAEl Girona protagonizará el miércoles el histórico debut en la Champions en Montilivi frente al Feyenoord (18.45 h, Movistar). Pero ni mucho menos todos los abonados rojiblancos podrán asistir a un estadio poco preparado para este tipo de eventos. De hecho, la UEFA le prohíbe utilizar las gradas retráctiles, con lo que el aforo queda reducido hasta las 9.721 personas, unas 5.000 menos de lo habitual. Éste es el gran motivo por el que el club se planteó competir en Europa en otro lugar, algo que indignó a la mayor parte de la masa social, molesta porque considera que no se ha actuado con suficiente agilidad para evitar el problema.

Inaugurado en 1970, Montilivi apenas se ha reformado a gran escala, más allá de las actuaciones obligadas por reglamento que ha tenido que afrontar con el paso del tiempo o de los parches que ha ido colocando cuando no ha tenido más remedio. El estadio es municipal y el Girona firmó una concesión hasta el 2068, pero en la sombra planea la posibilidad de construir un nuevo estadio. A principios de año también se tanteó la posibilidad de invertir unos 20 millones y realizar obra nueva, una opción descartada entre palabras confusas.

El escenario, por tanto, ha obligado al club a sortear qué abonados entran en cada partido de Champions, porque todos no pueden hacerlo. Aproximadamente, el Girona cuenta con 9.700 abonados y 16.000 socios; y de éstos sólo 6.000 sentirán el himno en directo. Entre los privilegiados, los 1.000 primeros abonados son los únicos que pueden decidir, en exclusiva, si asisten a los cuatro partidos que se van a jugar en la ciudad. Un guiño a la fidelidad. Pero de 1.001 al último socio de este mes de julio tienen los mismos derechos. Y eso algunos no acaban de considerarlo justo. El ARA ha podido conversar con el abonado 1.001, Martí Sala: "Tengo el carné desde el 2008, con el ascenso a Segunda. Sé que con cualquier decisión la situación es complicada, pero no tengo ninguna ventaja respecto a quien se va apuntar hace cuatro días. Y eso se me cayó un poco mal".

Si profundizamos un poco más, ese 2008 se produjo un boom en Girona con el regreso al fútbol profesional casi 50 años después. ¿Y qué significa esto? Que hay abonados de esa época que sí pueden ir a todos los partidos, y otros que no, habiéndose dado de alta con pocos días de diferencia; porque el corte lo marca el número de abonado y no la temporada en la que se abonaron. "Conozco a gente que se hizo socio como yo, y está alrededor del número 700, o que tiene un número más elevado, y se mueve cerca del 1.200", confirma Sala, quien indica que la solución buena para todos sería la de "construir un estadio nuevo": "Porque cada año nos suben la cuota, pero no vemos beneficios: los asientos están sucios, hay un montón de cola en los bares... Entiendo que en un proyecto así las instituciones deberían 'involucrar un poco, pero necesitamos un campo con una capacidad para 20.000 personas. Esto sería ideal".

"He estado en años en los que regalaban entradas para que la gente fuera al estadio. Pensaba que tendría preferencia, pero ahora tengo que espabilarme para ver cómo entro. Creo que este reparto perjudica al socio. Y la verdad es que los días previos, entre los amigos, ya comentábamos que alguna harían. No cuesta tanto adecuar a Montilivi. Pero no arreglan nada”, dice Sala, que también cree que los organismos miran demasiado delgado “con las gradas retráctiles”: pasa, que en la Liga no pueden caer y en la Champions sí? Tampoco tiene sentido que no se pongan de acuerdo".

Sidral en la tribuna principal

Tampoco está contenta la gente que se sienta en tribuna y que se ve desplazada porque el Girona los ha distribuido por otras zonas del estadio. Ningún socio mantiene su localidad, pero algunos al menos pueden estar en su sector. Los de tribuna, con un perfil de edad avanzada, ni eso: sus sillas serán para compromisos (1.300 de la UEFA y 1.500 del club). Las 700 entradas restantes son para la afición visitante.

"Soy el abonado 156 y he visto al Girona a preferente. Hoy esto es un negocio y no pintamos nada", dice Francesc Fitó. "Montilivi es indigno para un equipo ya no de Champions, sino de Primera. Lo han pensado deprisa y corriendo, porque les ha enganchado con los meados en el vientre". Fitó se sentará en el gol norte, sin los amigos que le acompañan normalmente.

Por último, no se han tenido en cuenta las características personales de los abonados. "No lo han gestionado bien; porque incluso la reestructuración que ha habido en tribuna para albergar la prensa todo el año es horrible. Antes había espacio, pero ahora, para pasar, nos pisamos unos a otros. El compañero de la fila de enfrente, por ejemplo, tiene incontinencia urinaria, y cada 20 minutos se levanta para ir al baño, el pobre es horrible. ."Nos deberían escuchar más", finaliza.

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