Un par de chispas desactivan el gran papel del Girona en el Bernabéu

GIRONAEl ejercicio de fe del Girona en Madrid no se vio recompensado con puntos. Dos goles de Modric y Vinícius en el tramo final de cada parte borraron las opciones del equipo de Míchel (2-0), que dejó una gran imagen con la que alimentar la autoestima para futuras jornadas. Ésta es la séptima derrota en los últimos ocho partidos de un vestuario que sólo ha sumado tres puntos de los dieciocho en juego en la segunda vuelta. El Madrid, sin embargo, vuelve a ser segundo en la clasificación y está empatado a 54 puntos con el Barça.

El planteamiento de Míchel ha sido inteligente y ha ido de algo que no haya salido bien. Cedió el balón, consciente de la superioridad de los blancos, y propuso ir en largo siempre que tuvo ocasión. La temporada pasada, también a estas alturas del campeonato, los gerundenses se plantaron en el Bernabéu con la Liga en juego, sabiendo que una victoria les situaba líderes. Aquel súper Girona ideó un duelo a tumba abierta que acabó como el rosario de la aurora: el Madrid marcó en su primer disparo y media hora después había sentenciado el partido. Finalmente, le puso en su sitio con el 4-0 final, con la grada haciendo la ola y el público pidiendo la manita. Esta vez, con la lección aprendida, ha plantado cara de verdad.

De hecho, si hubieran tenido más puntería hoy el duelo habría sido muy distinto. El Girona ha gozado de tres ocasiones clarísimas con el empate todavía en el marcador, dos salvadas por Courtois a disparos de Arnau y Van de Beek, y la otra de Tsygankov, enviada al cielo. Los de Ancelotti, al ver los intentos de su rival, también han intentado hacer daño por delante, aprovechando la velocidad de Vinícius y Mbappé. Sin embargo, en todo momento se han encontrado una seriedad insólita de los rojiblancos, que en las últimas jornadas habían enseñado las vergüenzas a la mínima dificultad. David López, Krejcí y Blind han evitado varios ataques que hacían muy mala pinta.

Entonces, ha aparecido Modric para detener el tiempo. El croata, a los 39 años, sigue dando lecciones de fútbol. En un pequeño desajuste a la salida de un saque de esquina, se ha encontrado solo en el umbral de la frontal del área, y ha enviado una obra de arte imposible de detener para Gazzaniga. Todo el gran trabajo de los catalanes ha quedado anulado con una simple acción.

Pero el Girona no se ha derrumbado. Si antes del partido daba por hecho que para rascar algo era necesario que se juntara su excelencia con un mal día del Madrid, se ha encontrado con que el escenario no era el infierno que se imaginaba, teniendo en cuenta la mala dinámica de juego y resultados en la que se encuentra. Con algo más de esfuerzo podían alinearse los astros. Danjuma, el punta escogido en el once, ha puesto a todo el mundo muy nervioso en un uno contra uno que ha enviado fuera. Pero, al menos, el equipo se ha dejado ver. Vinícius ha contrarrestado con un remate al larguero. Si los locales hacían el segundo, se acababa.

Sin referente arriba

Con la entrada de Arthur, las posesiones gerundenses ya eran más largas, y ambos equipos se han intercambiado los papeles. El Girona, valiente y con una personalidad reconocible, se ha ubicado en campo contrario, con intención de dominar. El Madrid corrió como un demonio enfurecido, pero siguió topándose sobre todo con Krejcí, que llevó a Mbappé por el camino de la amargura. Míchel se le ha jugado, ya sin nada que perder, buscando la rapidez de piezas como Bryan Gil y Asprilla. Por segunda semana consecutiva, durante un tramo de partido, el equipo ha jugado sin un delantero centro de referencia. Sintomático.

Con el Girona volcado y encomendándose a un golpe de suerte, ha llegado la redención de Vinícius. Pero ha sido un buen Girona, el que se ha visto en el Bernabéu. El mejor Gerona de las últimas semanas.

La gran contradicción del "orgullo" que pregona el Girona