Un grupo de investigadores catalanes presentan un manifiesto contra unos Juegos Olímpicos en el Pirineo
Los firmantes aportan 10 puntos en contra de la candidatura que aspira a organizar la cita de 2030
BarcelonaUn grupo de más de 150 investigadores catalanes de diferentes universidades y centros de investigación ha presentado un manifiesto en contra de la candidatura para llevar a los Pirineos unos Juegos Olímpicos de Invierno en 2030. En un acto realizado en la sede de Lafede.cat justo a la misma hora que, bien lejos de Barcelona, se celebran los Juegos de Invierno de este año en China, los firmantes del manifiesto han querido expresar su "preocupación por el impacto negativo y las pérdidas que estos grandes acontecimientos deportivos pueden tener sobre las economías locales, los paisajes rurales y los ecosistemas de los Pirineos".
El acto ha sido presentado por un grupo de representantes de los firmantes del manifiesto, formado por Andreu Ubach, del Museu de Ciències Naturals de Granollers; Ariadna Nieto Espinet, del grupo de investigación prehistórica de la Universitat de Lleida; Federica Ravera, del departamento de geografía de la Universitat de Girona; Ermengol Gassiot, del grupo de arqueología de alta montaña de la UAB, y Anna Pérez Català, experta en políticas climáticas. Nieto Espinet ha explicado que "los investigadores e investigadoras llevamos años trabajando en el Pirineo y queremos ir más allá de los Juegos, alertando sobre los riesgos que vive la zona en un contexto de cambio climático".
La candidatura, que incluye Barcelona como sede de los deportes de hielo y el Pirineo, tanto el catalán como el aragonés, para las pruebas de nieve, todavía no está definida del todo, pero los investigadores firmantes del manifiesto, todos a título individual, han querido hacer hincapié en el hecho de que "la propuesta se enmarca en la defensa de un modelo de desarrollo socioeconómico para las áreas de montaña basado en el turismo de masas. Los datos científicos demuestran que este modelo es incompatible con la crisis climática y los retos sociales y ambientales que afronta el territorio. A lo largo de las últimas décadas, en diferentes localidades del mundo, los Juegos de Invierno han comportado pérdidas de millones de euros públicos, así como el derroche de recursos escasos como el agua y la energía. Los datos de las ediciones anteriores de los Juegos de Invierno desde 1980 y las informaciones sobre el actual escenario en los Pirineos pronostican que estos Juegos de Invierno podrían ser otro caso fracaso", han defendido.
La candidatura, que se encuentra en el momento de acabar de definir el nombre del proyecto y las localizaciones exactas de cada sede, en pleno rifirrafe entre los gobiernos de Catalunya y Aragón, tiene previsto entregar su propuesta definitiva al Comité Olímpico Internacional este marzo. Después se tendría que hacer un referéndum en el Pirineo antes de quedar en manos del COI. Y precisamente en el COI defienden que no tiene sentido comparar esta posible cita con las anteriores, puesto que el organismo olímpico ya ha hecho autocrítica, apostando por un nuevo modelo de Juegos que sea sostenible, sin contaminar ni levantar estructuras sin sentido. "El movimiento olímpico está pidiendo no hacer grandes infraestructuras que no tengan sentido. Lo que se pide es tener detrás un proyecto de país, de ciudad, de región. Que nos expliquen y justifiquen el proyecto. Que quede bien claro que organizar durante 16 días unos Juegos y ofrecer el mejor entorno a los mejores deportistas tiene sentido una vez acaban los Juegos. Los Juegos tienen que formar parte de un proyecto de futuro. No construir por construir, sin saber qué pasará después", explicaba al ARA el director general del COI, Pere Miró.
Los firmantes del manifiesto, sin embargo, denuncian que "de acuerdo con los estudios científicos recopilados, cualquier propuesta de Juegos de Invierno que se presente como “sostenible” será un intento de mercados y gobiernos de apropiarse de etiquetas verdes. Nos encontraremos ante una información engañosa que oculta los datos sobre la viabilidad técnica, ambiental y económica del turismo de masa en el contexto actual de emergencia climática". Para defender su punto de vista, han expuesto diez puntos.
10 puntos en contra de la candidatura
En el primero, argumentan que "la propuesta de candidatura es poco transparente y no tiene un plan de implementación concreto acompañado por el documento pertinente de evaluación ambiental". Y en el segundo recuerdan que "las últimas publicaciones indican que la mayoría de las estaciones de esquí en los Pirineos serán inviables a finales de siglo. La temperatura en los Pirineos ha aumentado 1,3 °C a lo largo de los últimos cincuenta años y el incremento de temperaturas máximas puede oscilar entre 1 y 2,7 °C en 2030 y 1,4 y 4 °C en 2050". Fuentes de la candidatura han explicado al ARA que la candidatura solo saldrá adelante si antes se dispone de un informe de una agencia internacional que demuestre que sería viable. Ricard Font, del departamento de Políticas Digitales y Territorio, y miembro de la comisión técnica de la candidatura, ha defendido en este sentido que "es posible que haya tranquilamente nieve en 2030, puesto que los estudios no indican lo contrario”. El movimiento olímpico pone como ejemplo lo que se ha vivido estos días en los Juegos de China: la primera semana las montañas estaban peladas, sin nieve, pero en la segunda cayó una tormenta de nieve. "Es difícil predecir qué pasará, pero pediremos un informe a una organización de prestigio internacional sobre cambio climático", ha dicho estos días el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. "Es cierto que para tener una demostración científica hay que esperar hasta el año 2030, pero sería cínico argumentar que no podemos decir que habrá nieve, cuando cualquier investigador te dirá que tenemos indicadores de que la temperatura no ha dejado de subir los últimos 20 años. Lo dicen las Naciones Unidas", ha replicado Gassiot.
Los más de 100 científicos que han firmado el documento afirman en el tercer punto que los Juegos, si se hacen, será "con un aumento del consumo de energía, de agua y con un aumento de la contaminación", y añaden en el punto cuatro que "el actual consumo de agua de las estaciones de esquí para la producción de nieve artificial disminuye la disponibilidad de agua para otros usos". Centrando el debate en el modelo de territorio, el manifiesto afirma en el punto cinco que "el turismo contribuye significativamente en los cinco factores principales que causan una presión directa sobre biodiversidad: pérdida de hábitat y fragmentación ecológica, sobreexplotación de recursos, contaminación, propagación de especies exóticas y cambio climático. La biodiversidad se ve negativamente afectada por el aumento de la frecuentación humana, la contaminación directa o las infraestructuras derivadas de los Juegos", y el punto seis recuerda que "las estaciones de esquí de los Pirineos no son rentables económicamente. La Generalitat de Catalunya ha rescatado siete estaciones de esquí de los Pirineos catalanes debido a problemas de rentabilidad económica. Hasta el 2017, estas acumularon un déficit de 74 millones de euros. Todas son deficitarias y La Molina, una de las posibles estaciones para acoger pruebas olímpicas, es la que presenta unas pérdidas más elevadas, de 2,6 millones de euros anuales".
En su punto 7 añaden que "los Juegos no aportarán riqueza en los Pirineos. Los estudios realizados sobre Juegos Olímpicos anteriores demuestran que estos acontecimientos no han tenido efectos positivos significativos en el PIB de las regiones donde se han celebrado. En cambio, sí que se ha observado un efecto negativo, con caídas del PIB de entre el 2,3% y el 2,7% en comparación con el PIB nacional durante el año de los Juegos y posteriormente". Por lo tanto, defienden que "la propuesta de Juegos de Invierno agravará el desequilibrio y la dependencia que sufren las comarcas pirenaicas" en el punto ocho. En el noveno, recuerdan que "los Pirineos han perdido su modelo de vida tradicional y unos Juegos de Invierno todavía lo enfocarían más al sector turístico masivo", y cierran el documento con un último punto donde defienden que "acoger unos Juegos Olímpicos de Invierno implicaría cambios y ampliaciones en las infraestructuras de unas determinadas pistas de esquí, lo que supondría poner en riesgo la preservación de numerosos yacimientos arqueológicos de la zona."