Barça

Messi desencalla a un Barça con poco fútbol (3-0)

Después de una primera parte para olvidar, el argentino lidera el triunfo contra el Elche con un doblete completado por una diana de Jordi Alba

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Albert Nadal
4 min
Messi celebra el primer gol contra el Elche

Mientras Messi siga en el Barça, por mal que vayan las cosas, el argentino seguirá marcando goles. Incluso encontrando a socios poco habituales, como Martin Braithwaite, que asistió con clase al argentino en la diana que desencalló un partido en el que los azulgranas no comparecieron hasta la segunda mitad. Con el marcador a favor, el conjunto de Ronald Koeman no jugó de nuevo con fuego como hizo contra el Cádiz y, después de una recuperación de Pedri y una gran carrera de De Jong, Messi remató el trabajo antes del tercer y definitivo gol de Jordi Alba (3-0). Soplo de aire fresco para un Barça con rotaciones (menos para Riqui Puig) que recupera más efectividad que fútbol antes de visitar el sábado al Sevilla.

Sin brillar, el equipo azulgrana recuperó sensaciones después de una semana que había golpeado la autoestima del vestuario con la derrota contra el PSG y la oportunidad desaprovechada de acortar distancias en la visita del Cádiz. Koeman había pedido en la previa a los más veteranos "sacar las castañas del fuego", y así lo hizo Messi, al ver el panorama desolador de los primeros 45 minutos contra el Elche. Veterano también lo es Miralem Pjanic, pero eso de sacar las castañas del fuego parece que le queda lejos. Nueva actuación para borrar del bosnio, que sigue muy alejado del nivel que mostró en su etapa en Italia como futbolista del Roma, primero, y del Juventus, después. Al técnico neerlandés se le ha agotado la paciencia con Pjanic y lo sustituyó en el descanso.

Después de 45 minutos de incomparecencia azulgrana, Koeman apostó por su práctica de acumular futbolistas en ataque y, en esta ocasión, le funcionó. Después de pasar por el túnel de vestuarios, el técnico recuperó el 4-2-3-1, con un doble pívot formado por De Jong y Pedri, una línea de tres con Trincão, Messi y Dembelé y, como referencia ofensiva, Braithwaite. A diferencia de Griezmann, que demostró que sigue desacertado cuando entró en el terreno de juego para disputar los últimos minutos, el atacante danés asistió Messi y Alba. Así, Braithwaite participó en el primer gol, que sirvió para desencallar un partido gris, y en el último, en el que Alba selló una goleada más tranquila de lo que se podía esperar viendo cómo se había desarrollado el duelo hasta el descanso.

Primer tiempo para olvidar

Durante el primer tiempo preocupó la falta de fútbol del Barça, y eso que, contra el Elche, los azulgranas se encontraron de inicio un equipo más atrevido y mucho menos cerrado que el Cádiz, con los espacios que esto suponía detrás de la defensa valenciana: campo para correr y para filtrar pases. Se lo olió temprano Trincão, titular en detrimento de Dembélé, señalado en la previa y en el once por Koeman, como su compatriota Griezmann. El joven extremo portugués intentó aprovechar su oportunidad y fue el protagonista de las primeras oportunidades del Barça, pero todo se diluyó muy pronto y apareció en escena un conjunto azulgrana inoperante. Lenglet, uno de los otros señalados en el duelo contra el Cádiz, también vio cómo su lugar en el equipo titular junto a Gerard Piqué lo ocupaba Samuel Umtiti en un once con rotaciones, como la entrada de un Pjanic que sigue inmerso en un eterno letargo. 

Con un Messi que empezó incisivo, reclamando la pelota desde el flanco central del ataque, el picante a los primeros compases se lo puso Trincão, que se encontró con dos buenas respuestas del portero catalán del Elche, Édgar Badia. En medio, a punto estuvo de funcionarle al conjunto valenciano la puesta en escena valiente de Fran Escribá, pero Lucas Boyé remató demasiado alto ante la mirada contemplativa de Umtiti. Superado el susto, el Barça siguió manteniendo la posesión de la pelota, pero sin encontrar tantas rendijas como en los primeros compases del partido, y se mostró como un equipo muy pobre en fútbol. 

Eso dibujó un escenario frío, aburrido, en el cual poco pasó más allá de un remate de De Jong invalidado por fuera de juego. “Un partido feo”, tal como definió Messi el fútbol sin público en su entrevista con Jordi Évole. Con este panorama, que habría generado un intenso run-run en el estadio camino del enfado propio del culé muy decepcionado con su equipo, hubo una falta de entendimiento entre Messi y Pjanic en el mediocampo que acabó con un contraataque del Elche que finalizó el leridano Pere Milla con un chut centrado a las manos de Ter Stegen. Así murió un primer tiempo para olvidar, a la espera de que Messi saliera al rescate.

La goleada sirve para recuperar impulso, para volver a saborear el triunfo, y, también, para dejar la portería a cero después de ocho partidos seguidos encajando gol. De hecho, la última vez que el equipo no recibió ningún gol fue, precisamente, contra el Elche, justo hace un mes. Contra el Sevilla, tanto el sábado en el Sánchez Pizjuán como en el retorno de las semifinales de Copa del miércoles, hará falta mucho más fútbol.

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