El manifiesto que refuta la cantinela histórica sobre el Espanyol
David González y Javier Robles investigan el origen del relato anticatalanista sobre el club blanquiazul
BarcelonaDe dónde viene la imagen del Espanyol como club anticatalanista? ¿En qué momento se avecina al españolismo político? ¿Esta narrativa tan arraigada tiene base histórica? ¿O sólo es un estereotipo? Éstas son algunas de las preguntas que se hicieron hace unos meses David González y Javier Robles, historiadores y aficionados blanquiazules, antes de iniciar su último estudio académico –Fútbol e identidades nacionales en Cataluña: el papel del RCD Espanyol ante la campaña autonomista de 1918-1919–, recientemente publicado en la revista Materiales para la Historia del Deporte.
Si ponen el foco en el Estatuto de Autonomía de 1918-1919, uno de los primeros movimientos catalanistas para la consecución del autogobierno, es porque aquel hecho "es uno de los ejes fundacionales" del relato sobre la vinculación histórica entre el Espanyol y el anticatalanismo. "La campaña trascendió el ámbito político y recibió apoyos sociales, culturales y deportivos; entre ellos, el del FC Barcelona, que fue el único club de fútbol que de forma explícita y documentada se adhirió", expone González. ¿Y qué hizo el Espanyol? "No mojarse. Lo mismo que el resto de equipos a excepción del Barça. Mantuvo una postura equidistante con mayúsculas, pero en ningún caso anticatalanista", añade Robles.
De todas formas, en una época en la que el fútbol se convirtió en un generador de identidades políticas y sociales en cuanto se había convertido en un fenómeno de masas, "algunos sectores periodísticos catalanistas afines al FC Barcelona" presentaron al Espanyol como contrario al movimiento autonomista. Se le identificó como "la antítesis del Barça" y estereotipar "de anticatalanista" porque entonces ya existía una fuerte rivalidad deportiva entre ambos clubs que acabó derivando en un "conflicto de identidades políticas".
El estudio científico de González y Robles pone de manifiesto que el principal instigador de esta campaña mediática fue el polémico y radicalizado –el club blanquiazul llegó a llevarlo ante la justicia– periodista de la Voz de Cataluña Daniel Carbó, conocido con el seudónimo de Correcuita, ferviente catalanista y socio del Barça, que "caricaturizó de forma tendenciosa al Espanyol": le acusó de vetar el debate político, de oponerse al catalán, de defender el unitarismo, de envolverse con la bandera española e, incluso, de ser.
El manifiesto de los socios catalanistas
A principios de 1919, un grupo de 125 socios del Espanyol hizo un manifiesto –publicado en dos diarios– para defender la compatibilidad entre su catalanismo y la pertenencia al Espanyol, reivindicando la neutralidad política y la pluralidad de su club –también había sectores más cercanos al españolismo–. Uno de los firmantes fue Josep M. Tallada Paulí, vicepresidente de la entidad y dirigente de las juventudes de la Liga Regionalista. "Es una reacción a la prensa cercana al Barça que posicionaba al Espanyol como contrario al catalanismo y un acto muy significativo porque demuestra lo agresivo que era el contexto de la época. Salieron públicamente a decir «escuchen, lo que se dice del Espanyol no es cierto; aquí cabemos todos y se nos respeta»", declara David González, historiador de la Universidad.
La respuesta de los socios pericos no cambió la imagen preconcebida sobre el Espanyol, que según Robles, del Centro de Estudios Históricos de Terrassa, "aún arrastra al club hoy en día". "Existe una carencia muy grande sobre historiografía vinculada al Espanyol porque todos los estudios que se han hecho sobre deporte y política en Catalunya tienen como sujeto al Barça. Nunca el Espanyol. Y la fuente primaria de estos estudios es la de Carbó, que se ha tomado como referencia pese a tratarse de una narrativa radical y subjetiva", apunta.
Es un ejemplo de ello la obra Barça, Barça, Barça (1972), de Joan Josep Artells, que presenta al Espanyol como club opuesto al autonomismo, y que es referencia e inspiración para buena parte de los estudios posteriores. "A pesar de ser una lectura cuestionable, nadie le ha revisado con rigor científico y metodológico, perpetuando una visión sesgada que ha trascendido hasta el día de hoy", concluye González, que a través de RCDE History Lab, un grupo de investigación en blanquiazul en el que también participa Robles, investiga elementos de la historia social y política del Espanyol para dar respuesta a cuestiones como el del relato de la vinculación entre el club y el anticatalanismo.