Los test para demostrar que eres una mujer llegan al deporte profesional
Antes de los próximos Mundiales de atletismo hay que pasar esta prueba, como ya han hecho las catalanas que aspiran a estar en Tokio
BarcelonaHace unos días, Tarragona acogía el Campeonato de España de atletismo. Parecía un campeonato normal, como los demás, pero la agenda de 20 mujeres que participaban fue algo distinta respecto a otras ediciones. Antes de debutar, tuvieron que pasar por una sala de las pistas Natalia Rodríguez del complejo de Campclar. Allí les esperaban médicos de la Real Federación Española de Atletismo para realizar un pequeño test: debían pasarse un palito por dentro de la boca durante unos segundos para obtener una muestra de saliva que era enviada a un laboratorio después. Más sencillo que las pruebas en tiempo de cóvid-19. ¿El motivo? Determinar si estas atletas pueden competir como mujeres.
Hace unos meses, el presidente de la Federación Internacional de Atletismo, el británico Sebastian Coe, anunció que World Athletics obligará a todas las atletas que quieran competir en la categoría femenina a someterse a una prueba que garantice que su cuerpo es el de una mujer. Es decir, comprobar si su sexo biológico coincide con su género. Las atletas deben someterse una sola vez durante su carrera a este test llamado SRY, que busca la presencia del cromosoma biológico masculino.
"Será un proceso muy claro. No es invasivo y es necesario de acuerdo con los estándares médicos tras consultar hasta a 70 expertos de diversas disciplinas. Preservar la integridad de la competición femenina es un principio fundamental del atletismo", defendió Coe hace unos meses. El británico, que perdió la carrera por ser elegido presidente del Comité Olímpico Internacional, quiere evitar más casos de mujeres que compiten como el de la sudafricana Caster Semenya, oro olímpico de los 800 metros en el 2012 y el 2016. Tras ser campeona mundial en el 2009, fue obligada a pasar un competir para determinar si todo se va a pasar un test por determinar. Las pruebas determinaron que Semenya tenía cromosomas XY, el patrón típico masculino, y era uno de varios "atletas biológicamente masculinos con identidades de género femeninas", por lo que debía bajar su nivel de testosterona para competir.
De Caster Semenya a Imane Khelif y Yu-ting
La cuestión del género de los deportistas ha marcado la agenda en el deporte en los últimos meses. El gobierno de Donald Trump, que estará en el poder cuando se hagan los Juegos de Verano de 2028 en Los Ángeles, ha insistido mucho en este asunto, y ha condicionado el discurso de la nueva presidenta del COI, Kirsty Coventry, que dijo que "sería injusto" que atletas transgénero pudieran competir con las mujeres. Hace pocos días Trump anunció que de cara a los próximos Juegos existe la posibilidad de que las atletas femeninas se sometan a pruebas de verificación de sexo. "Creo que habrá un tipo de prueba muy fuerte. Y si el resultado no es el adecuado, no van a participar en los Juegos Olímpicos", dijo. Su declaración llega después de casos que provocaron un fuerte debate en el boxeo olímpico, como el de la argelina Imane Khelif y la taiwanesa Lin Yu-ting.
En el atletismo, la nueva normativa se activa el primero de septiembre, justo antes de los Mundiales de Tokio, previstos para el día 13 del mismo mes. De ahí que en los campeonatos nacionales las atletas con opciones de clasificarse para la cita mundialista se hayan ido sometiendo a los test en los cinco continentes. Una vez que cada atleta recibe los resultados, ella misma se encarga de actualizarlo en una plataforma encriptada creada por World Athletics, donde los servicios médicos internacionales comprueban que ha superado la prueba.
Las burlas a María José Díaz
Si una mujer tiene un resultado negativo, puede pedir una segunda prueba que realizaría un laboratorio diferente. Y de continuar dando resultados contrarios a sus intereses, quedaría fuera de las competiciones, aunque podría ser readmitida en caso de recibir tratamientos hormonales. "Es un asunto complicado y no tengo toda la información al respecto. Pero si al final la naturaleza ha dotado a una atleta con esta singularidad en los genes, creo que no tiene la culpa", decía la velocista Maribel Pérez. "No tengo toda la información al respecto, es complejo. No sé por qué se ha hecho. Es la normativa del atletismo mundial y hay que cumplir, nada más", comentaba la catalana Esther Guerrero, campeona de los 1.500 metros. Algunas deportistas consultadas por el ARA admitían que podían entender las pruebas, pero les parecía muy intrusivo en su intimidad. La corredora de Soria Marta Pérez, por ejemplo, decía en el portal Runner's World que "es una prueba muy invasiva, porque no te lo harías en tu vida privada en otro caso".
Las pruebas de verificación de género no son nuevas en el atletismo internacional. Ya en los años 50 se hacían otros que consistían en exámenes físicos, cuando una mujer con aspecto masculino competía. Pero a finales del siglo XX se dejaron de realizar pruebas, hasta que después del caso Semenya se generó un fuerte debate. Tras los Juegos de París el debate ha ido a más hasta las actuales políticas, que pueden comportar un castigo psicológico o social para las atletas que sean mujeres pero queden apartadas de las competiciones por tener un organismo que produzca testosterona, aunque ésta no tenga efectos ni anabolizantes ni androgénicos, como le ocurrió en los años 80 al español. Una atleta nacida mujer, con cuerpo de mujer, que por tener un nivel de testosterona alto vio cómo la prensa la tildaba de hombre y tenía que sufrir burlas en una larga lucha por demostrar lo que ella ya sabía: que era una mujer.