Fiscalidad

Hasta 2025 y abierto a cambios: así queda el impuesto a bancos y energéticas

El gobierno español también prorroga el impuesto a las grandes fortunas a la espera de una reforma de la financiación autonómica

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El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

MADRID"Lo difícil no es sacar impuestos, sino poner otros nuevos. Y una vez aprobados, ¿por qué hay que volver atrás?" Así reflexionaba un directivo de la banca justo después de que el gobierno español anunciara la puesta en marcha de los impuestos temporales y extraordinarios sobre el sector financiero y energético. Sabiéndolo o no, aquello que aquel directivo olía era que el impuesto a bancos y energéticas quizás había llegado para quedarse.

De momento, el gobierno español prorroga un año más ambos tributos, tal y como anunció Pedro Sánchez ayer miércoles durante el balance del 2023, pero también plantea su "integración" en el sistema tributario, según se desprende de la letra pequeña del decreto con las medidas del escudo social publicado este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE). O sea, abre la puerta a hacerlos permanentes. De hecho, el acuerdo entre el PSOE y Sumar para reeditar el gobierno de coalición en el Estado ya incluía la "revisión" de ambas figuras y "readaptarlos y mantenerlos una vez expire su período de aplicación actual ". Sin embargo, la prórroga no sólo es distinta para las energéticas, sino que también deja algunas incógnitas de cara al futuro.

¿Qué pagarán bancos y energéticas este 2024?

De entrada, hay que tener en cuenta que estos impuestos se aprobaron en 2022 para que estuvieran en funcionamiento hasta este 2024. Esto significa que banca y energéticas debían liquidar o pagar en los años 2023 y 2024, pero sobre los ingresos obtenidos en 2022 y 2023 a año vencido. En el caso de la liquidación de 2023, las distintas compañías han pagado un total de 2.908 millones de euros. Ahora, con la prórroga, ambas actividades tendrán que afrontar un nuevo pago en 2025, pero sobre el ejercicio de 2024.

Estos impuestos se aprobaron fruto de las ganancias que las compañías estaban obteniendo en pleno incremento de los precios energéticos y con la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo.

¿Es una prórroga en las mismas condiciones?

Sí y no. Por el momento, el sector financiero deberá afrontar bajo las mismas condiciones el pago del impuesto. En el punto de mira estarán sus ingresos y no los beneficios obtenidos (es una de las principales críticas del sector). El tipo impositivo (de un 4,8%) se aplica sobre las comisiones e intereses netos cobrados a los clientes. .

En cambio, el sector energético, que también se ha mostrado beligerante contra el impuesto, no le afrontará de la misma manera. Si bien el gravamen se prorroga igual (también afecta a los ingresos y no a los beneficios), las empresas afectadas podrán deducir sus inversiones estratégicas vinculadas a la transición energética y la descarbonización que realicen a partir del 1 de enero de 2024. Este incentivo o bonificación se aprobará a través de los presupuestos generales del Estado para 2024 y, por tanto, será aquí donde se conocerá la letra pequeña.

¿Cómo serán una vez que se hagan permanentes?

Aquí es donde más trabajo tiene el ministerio de Hacienda, encargado del diseño de ambas figuras. En el decreto aprobado por el gobierno español sólo se apunta la "revisión de la configuración de ambos gravámenes para su integración en el sistema tributario en el mismo ejercicio fiscal de 2024". También se prevé su cesión al País Vasco.

En el caso de las energéticas, el ministerio de Hacienda ya ha apuntado en alguna ocasión al gravamen que quiere salir adelante a escala europea. También se señala los beneficios caídos del cielo de las compañías, pero no afecta a los ingresos, sino a los beneficios.

En cuanto a la banca, a nivel europeo no se ha tomado ninguna iniciativa de cara a tener un impuesto especial, aunque algunos países más allá de España sí que han aprobado o modificado tributos específicos que afectan al sector. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) se ha mostrado reacio a este tipo de medidas. El principal aliciente tras el impuesto a la banca ha sido la subida de los tipos de interés, que se prevé que empiecen a caer a partir de esta primavera.

Rechazo unánime de banca y energéticas

Desde el primer minuto, tanto banca como energéticas han rechazado estos impuestos. De hecho, compañías como Repsol han amenazado con congelar inversiones en España si el impuesto seguía igual. Este miércoles la patronal del sector bancario denunció que el gobierno español no "atiende a la obligación de revisar los impuestos a los dos años", tal y como se prevé en el decreto ley aprobado en 2022. También desde Aelec, la patronal de las eléctricas, hubo críticas. Sin embargo, la tensión también fue interna dentro del ejecutivo español: Sumar se mostró en contra de las bonificaciones a las energéticas. Todo apunta, pues, a que el camino a su permanencia no será fácil.

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