Aerolíneas

Las aerolíneas anticipan el "otoño caliente" de choques laborales

El sector ha vivido tres huelgas este verano coincidiendo con la recuperación de la actividad prepandemia

Dos aviones de Ryanair en una imagen de archivo.
Paula Solanas Alfaro / Blanca Orell
04/09/2022
4 min

Barcelona / PalmaHace semanas que los sindicatos avisan que estamos a las puertas de un “otoño caliente”. Han repetido por activa y por pasiva que si muchos de las subidas salariales paradas por la pandemia no se materializan, las protestas de los trabajadores serán cada vez más habituales. El sector aéreo se ha convertido en un primer aviso de este cuarto trimestre de relaciones laborales convulsas. Este verano han coincidido tres aerolíneas afectadas por una huelga y varias negociaciones sobre la mesa para desbloquear convenios, después de dos años duros para las plantillas y ahora que se ha recuperado buena parte de la actividad prepandemia.

“En general, se han producido dos situaciones. Por un lado, la finalización de convenios colectivos que no se pudieron renegociar por el covid porque no era el momento y que se han podido retomar con la recuperación. Y después hay Ryanair, que es una batalla por sí misma”, explica Ernesto Iglesias, representante de la sección del sector aéreo del sindicato USO. La de la aerolínea low cost irlandesa es una disputa enquistada y que ha ido subiendo de tono en los últimos años hasta el punto actual: una parada de los tripulantes de cabina (TCP) convocada durante cuatro días en la semana hasta enero de 2023, acusaciones de despidos de huelguistas y una larga lista de vuelos cancelados o retardados.

La principal reivindicación de USO es conseguir el primer convenio colectivo para los TCP de las bases españolas de Ryanair con un mínimo de condiciones. Por ejemplo, que los trabajadores puedan disfrutar de 22 días laborales de vacaciones al año y de los 14 festivos nacionales y volver a los niveles salariales previos a la pandemia. Por eso hacía ocho meses que negociaban con la dirección, pero la compañía ha roto las conversaciones con el sindicato y llegó en mayo a un acuerdo con CCOO, que ha generado tensiones entre las dos organizaciones. “Seguimos a la espera, esperamos que la empresa recapacite. En CCOO nadie le ha dado ni voz ni voto”, critica Lídia Arasanz, responsable de USO a Ryanair. Desde el sindicato que lidera Unai Sordo respetan la convocatoria de huelga, pero insisten en que su pacto ya está provocando mejoras. Por su parte, la aerolínea ha tildado la protesta de “pequeñas huelgas apenas secundadas” y ha remarcado que esta semana no ha provocado ninguna cancelación entre sus rutas. 

La actualización de los salarios también es el punto que mantiene bloqueadas las negociaciones para el convenio colectivo de los TCP entre Iberia Express y USO. La aerolínea considera que el personal que ya estaba en plantilla en 2015, cuando se firmó el último acuerdo, se ha beneficiado de un incremento salarial del 28%, superior al incremento del IPC. El sindicato, sin embargo, reclama que se aplique a sus nóminas un aumento del 6,5%, el dato con el que cerró la inflación el diciembre de 2021. “Los mismos trabajadores que cogemos los aviones vemos como los vuelos van llenos. Ahora toca repartir y compensar el esfuerzo que hemos hecho estos últimos dos años”, reclama Iglesias. Iberia Express ya lleva siete días de huelga –este sábado se ha saldado con cuatro cancelaciones–, que está convocada de momento hasta el martes 6 de septiembre.

Parada de los pilotos de EasyJet

Los pilotos de EasyJet también han convocado huelgas este verano, debido al bloqueo de las negociaciones del segundo convenio colectivo por parte de la empresa. La aerolínea británica, que tiene tres bases en el Estado –Barcelona, Palma y Málaga–, acordó con los trabajadores reducir un 8% el sueldo y suprimir algunos beneficios, como el alojamiento, para sufragar la crisis sobrevenida por la pandemia, pero ahora no quiere volver a hablar.

Las bases estacionales de la compañía operan los meses de temporada alta y paran la actividad durante cuatro meses en invierno. "La oferta no era atractiva", dice el representante sindical de Sepla en EasyJet, José Valle, y para conseguir captar más trabajadores, la empresa aceptó cubrir el alojamiento y una paga de invierno para los periodos sin actividad de vol. En época de crisis, sin embargo, se acordó suprimirlos y ahora el sindicato pide recuperar las condiciones laborales anteriores a la pandemia. La actividad turística ha superado los datos de hace tres años y "la base de Palma, que en 2019 era una de las más rentables, ahora lo podría volver a ser", remarca Valle.

Por ahora, solo han conseguido recuperar el 8% del sueldo que habían perdido. Pero, según explica el piloto, "hay un 20% de diferencia salarial de media" en comparación con 2019. El sindicato denuncia que las condiciones de los pilotos españoles siempre han sido muy inferiores a las de los otros países.

Por otro lado, la sección de Sepla en EasyJet ha impugnado ante la Audiencia Nacional los servicios mínimos decretados por el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, porque "ha sido excesivo así como los han aplicado", explica Valle. Los porcentajes de vuelos que se tendrían que proteger eran del 57% en Palma y del 61% en Barcelona y los pilotos están de acuerdo, pero no con su ejecución. En lugar de aplicar el porcentaje sobre el total de los vuelos que opera la aerolínea en cada base, se ha hecho en función de las rutas. Por lo tanto, "el efecto de la huelga solo ha estado de entre el 5% y el 10%, cuando podríamos haber conseguido un 40%" de los vuelos, denuncia.

Estas tres compañías, sin embargo, no son las únicas que abrirán el melón del incremento de salarios a lo largo del año. Jorge Gómez, responsable del sector aéreo en CCOO de Catalunya, avisa que casi todas las empresas –también las de servicios de handling y las compañías de vuelos chárter— tienen esta conversación pendiente y que las negociaciones serán duras. “Las posturas iniciales son poco dispuestas a aumentar sueldos y esto puede generar una situación de conflictividad”, concluye.

stats