El arma secreta de Salvador Illa para ampliar el aeropuerto de El Prat

BarcelonaEn su currículum no aparece en ninguna parte nada relacionado con la ingeniería aeronáutica, ni con los puertos y caminos. Tampoco ha liderado grandes obras aeroportuarias, ni infraestructuras equiparables. Su currículum está muy lejos de este mundo: durante 14 años fue director del Parque Natural dels Aiguamolls, en el Empordà, espacio que él mismo impulsó. Es coautor de una de las grandes biblias de la fauna avícola, el Handbook of the birds of the world. Dirigió durante una década la Fundación Territori i Paisatge de Caixa Catalunya. También presidió la Institución Catalana de Historia Natural y, puntualmente, fue el mediador entre el canal Segarra-Garrigues y las zonas de especial protección para las aves.

Estos son algunos de los aspectos destacados en el amplio currículum de Jordi Sargatal (Figueres, 1957). Fuentes conocedoras del ámbito aeroportuario aseguran que puede desempeñar un papel clave para desplomar el conflicto que rodea desde hace tres años la ampliación del aeropuerto de El Prat.

"Es ahora o nunca". En los entornos aeroportuarios, éste es el pensamiento imperante cuando hablan de la ampliación del aeropuerto de El Prat. El nuevo presidente de la Generalitat, el socialista Salvador Illa, anunció el lunes que darían prioridad a la cuestión para reactivar el proyecto que naufragó en 2021. Entonces, Aena, PSOE y Junts hicieron público un acuerdo que se encontró con la rotunda oposición del gobierno catalán, liderado por ERC, pero también de Sumar y los comunes, socios minoritarios del ejecutivo español y el Ayuntamiento de Barcelona .

Tres años más tarde, el socialismo lidera el gobierno central, el catalán y el Ayuntamiento de Barcelona. Aena aún está presidida por Mauricio Lucena, proveniente de la cantera del PSC, y, ahora sí, los principales actores implicados están alineados. Este consenso, explican fuentes aeroportuarias, es clave: desde el inicio del proyecto, el punto débil de la ampliación estaba en que el aeropuerto está rodeado de espacios naturales que cuentan con el máximo nivel de protección europea y están incluidos en la Red Natura 2000.

El consenso es la Generalitat

Para construir en un espacio con estas características (y existe el precedente del puerto de Ámsterdam) es necesario demostrar ante las autoridades europeas que existe un bien superior y de interés público que justifica la obra y, en segundo lugar, conviene hacerlo lo con un consenso territorial. Este consenso, en Catalunya, lo aglutina la Generalitat porque es quien tiene las competencias en materia de medio ambiente, y no es de prever que los ayuntamientos de los municipios afectados directamente por una ampliación (El Prat, Gavà, Viladecans, Sant Boi y Castelldefels ) tengan la intención o la fuerza para hacer descarrilar el proyecto.

El momento decisivo está en el informe que debe enviarse a Bruselas y en las “compensaciones” de las que ya habló Isla el lunes. Este concepto engloba un paquete de contrapartidas medioambientales para subsanar el daño que supondría el aeropuerto. Las fuentes consultadas recuerdan que siempre se ha hablado de una propuesta 1-10: diez nuevas hectáreas por cada una que se vea afectada con el nuevo aeropuerto. “A nadie le apetece tocar un parque natural, y por eso iremos a máximos”, explican fuentes conocedoras del proyecto.

Es por ello que este plan de compensaciones, en un parque natural con una importante biodiversidad y en un momento centrado en el debate sobre el turismo y la necesidad de rebajar emisiones contaminantes, será clave.

Y aquí es donde entra en escena el arma secreta de Isla: su flamante secretario de Transición Ecológica.

Éste es, en efecto, el último cargo que ha añadido Sargatal a su currículum. El hecho de que un ornitólogo reconocido a escala internacional sea quien plantee la alternativa puede ser clave a la hora de convencer a las autoridades europeas. Sargatal, que este septiembre está invitado a una cumbre organizada por Naciones Unidas, será el máximo responsable del plan y tendrá el plus de credibilidad que supone presentarlo con su bagaje como naturalista.

Desde el departamento de Territori apuntan que todavía es temprano para hablar de planes, dado que los técnicos todavía no han hecho pública su propuesta de ampliación, pero sí se asume que Sargatal ya trabaja. Y si bien tendrá que pensar en convencer a Bruselas, también tendrá que tratar de convencer a las entidades ecologistas que se oponen a la ampliación de El Prat.

Y, spoiler, no lo tendrá fácil.

Los ecologistas, críticos

“Hubo un momento en su carrera que dio un giro de 180 grados”, explica José García, vicepresidente de Depana, quien recuerda cómo Sargatal incluso apoyó la polémica ampliación del restaurante de Ferran Adrià, El Bulli, en la cala Montjoi, cuando todas las organizaciones ecologistas estaban en contra. Este activista va más atrás: "Sargatal ya estuvo implicado en la anterior ampliación de El Prat, hace 22 años, que acabó propiciando una queja de Bruselas porque las compensaciones no se llevaron a cabo", recuerda García. "De esta ampliación no hablamos porque primero queremos cerrar la anterior, pero no nos parece la persona más idónea", explica.

Desde la Asamblea de Barris por el Decrecimiento Turístico, son igualmente escépticos: “Es un lobo puesto a vigilar a las ovejas”, dice un portavoz, que recuerda que recientemente se ha dedicado “a la industria turística”. Lo dicen en referencia a uno de los últimos trabajos de este reconocido ornitólogo: era director general del Grupo Mascort, que gestionaba, entre otros, dos campings, un parque de atracciones y un restaurante.

De la capacidad de entenderse de unos y otros –y de cómo se lo mire todo Bruselas– dependerá el futuro de la principal infraestructura de Catalunya.