El campo colapsa el centro de Madrid y mantiene el pulso con el gobierno español

Madrid"O hacemos algo, o tendremos que plegar. No podemos aguantar más". Así de concisa se pronuncia Irene Gómez, productora de frutos secos del Baix Camp y una de las 500 personas de Unió de Pagesos (UP) que este miércoles se han sumado a la movilización convocada por el sindicato Unió de Unions d'Agricultors y Ganaderos –del que forma parte Unió de Pagesos, el sindicato mayoritario en Catalunya– en Madrid. Gómez, junto a otros campesinos catalanes, salió de Catalunya este martes por la noche en coche, para llegar a la capital española a primera hora de este miércoles. Una minoría (seis campesinos) acudieron con tractor. Los motivos por los que Gómez se ha movilizado son los que desde hace casi tres semanas, cuando empezaron las protestas del campo en todo el Estado, protagonizan las denuncias del sector agrario: "Ahora el problema más grave es la falta de agua", ha explicado Gómez a la prensa. Esto, sin embargo, sólo es la gota que ha colmado el vaso: "Cobramos las avellanas a precios de cuando era pequeña y la burocracia nos ahoga", ha añadido.

Junto a los campesinos catalanes se han añadido miles de agricultores y ganaderos, así como cientos de tractores provenientes de otros puntos del Estado (se han podido ver banderas del País Valenciano, Extremadura, Castilla y León o el País Vasco, también muchas de España) e incluso alguna vaca. Todos ellos han colapsado el centro de Madrid. De hecho, ha sido la movilización con mayor participación en la capital española desde que las protestas empezaron. Según datos de la Delegación del gobierno español en Madrid, hasta 4.000 personas participaron en la protesta; una cifra que la organización eleva a unas 10.000 personas. En cuanto a los tractores, la Delegación del gobierno español ha informado de que se había permitido la entrada en Madrid de 500 tractores, mientras que a más de un centenar se les ha prohibido porque "se excedía la cifra comunicada y autorizada ". Sea como fuere, el atasco en la ciudad ha sido un hecho.

Atasco en el centro de Madrid

La movilización ha obligado a detener el tráfico de uno de los puntos neurálgicos de la capital española: la Puerta de Alcalá. Desde aquí, agricultores y ganaderos se han dirigido hacia el ministerio de Agricultura, junto a la estación de Atocha, para hacer llegar su malestar. El único momento de tensión y cargas policiales de la jornada fue al mediodía, cuando la policía no permitió la entrada de todos los tractores en medio de la protesta (algunos se quedaron aparcados en las calles próximas a la manifestación) y algunos campesinos han intentado hacer camino fuera del tramo autorizado.

"Precios justos" y "Menos burocracia" son algunos de los lemas que se han podido leer en las pancartas que sostenían los agricultores. Una vez que han llegado a las puertas del ministerio, un grueso de los manifestantes se ha quedado hasta bien entrada la tarde de este miércoles e incluso ha desafiado a quedarse. Finalmente, la organización ha desconvocado la concentración y ésta se ha ido aguando. "El movimiento que se ha iniciado de protestas, hasta que no haya respuestas reales, no debe pararse", ha expresado a la prensa el coordinador nacional de Unió de Pagesos, Joan Caball.

Medidas "maquillaje"

Lo cierto es que la veintena de medidas que anunció el ministro de Agricultura, Pesca y Ganadería, Luis Planas, la semana pasada no sirvieron para que los agricultores aflojaran el pulso con el gobierno español. Así, los principales sindicatos agrarios del Estado (Asaja, COAG y UPA) decidieron mantener sus movilizaciones para reclamar mejoras en el campo.

"Son medidas de maquillaje y no sirven para nada. Si esto es lo que propone el ministro, este ministro no puede durar ni un minuto más", ha asegurado el coordinador estatal de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, Luis Cortés. De hecho, para Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos –sindicato que para su representatividad carece de interlocución directa con el ministerio– han quedado fuera del paquete de medidas cuestiones como los daños que está provocando la fauna salvaje a algunas explotaciones agrarias y ganaderas, el refuerzo del diálogo con el sector y la ampliación de las ayudas por la crisis de precios y la sequía, entre otros.

El ministro Planas, que este miércoles ha intervenido durante la sesión de control en el Congreso de los Diputados, una intervención que ha tenido que suspender unos segundos al sufrir un pequeño mareo, ha vuelto a defender el apoyo del ejecutivo español hacia el campo: "No tenemos una varita mágica, pero sí los instrumentos para escuchar las peticiones y responder a las demandas del sector".