Automoción

El desconocido fabricante chino de baterías que preocupa a Estados Unidos

La china CATL alimenta vehículos eléctricos de marcas como Tesla, Volkswagen y BMW

ARA
2 min
Un coche eléctrico cargando la batería.

BarcelonaExiste una nueva línea de conflicto económico, todavía en estado embrionario, entre las dos superpotencias mundiales. Tiene que ver con la carrera mundial para almacenar la energía limpia necesaria para impulsar la transición verde y con una empresa china bastante desconocida: CATL, el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos del mundo.

Contemporary Amperex Technology Co. Limited (CATL) controla cerca de dos quintas partes del mercado mundial de baterías de vehículos eléctricos y ha alimentado a coches fabricados por marcas como Tesla, Volkswagen y BMW. No es una presencia anecdótica, pero hasta ahora había pasado desapercibida por el radar de la política estadounidense. Esto ha cambiado.

En febrero la empresa energética estadounidense Duke dijo que estaba eliminando progresivamente el uso de baterías de CATL, con el objetivo de sustituirlas por tecnología de un "proveedor nacional o de una nación aliada" , según explica el diario británico The Guardian. Lo cierto es que los legisladores ya habían expresado preocupación sobre el uso de baterías CATL en una base del cuerpo de los marinas en Camp Lejeune, en Carolina del Norte.

El gigante de la automoción Ford también ha sido criticado por hacer negocios con CATL: los legisladores han cuestionado un acuerdo de la marca con el fabricante chino para construir una fábrica en Michigan para producir baterías eléctricas de fosfato de hierro de litio de bajo coste para vehículos eléctricos. El vicepresidente del comité de inteligencia del Senado, Marco Rubio, dijo que esto llevaba "el mayor adversario geopolítico" de Estados Unidos en el corazón. En noviembre Ford redujo sus planes para la planta, reduciendo su capacidad un 40%.

"Esto no es algo de lo que se haya hablado o discutido por el gobierno de Estados Unidos. Nunca había habido ninguna provocación", dice el fundador de Sino Auto Insights, Tu Le, sobre la polémica con CATL, según recoge este medio británico. La presión crece sobre las empresas estadounidenses para que dejen de utilizar baterías chinas, un elemento que entra en choque con la necesidad que tienen de utilizarlas para poder ser competitivos, al menos hasta el 2030.

Detrás de este nuevo conflicto hay una cuestión bien conocida: existe el miedo a crear una dependencia tecnológica de China que pueda acabar convirtiéndose en una vulnerabilidad si se complican las relaciones entre las dos superpotencias. Y otra más fáctica: que las subvenciones fiscales del país para la tecnología verde acaben en manos de empresas chinas.

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