Banca

CaixaBank culmina sin sustos la integración informática de Bankia

El banco catalán ya tiene a los 7,6 millones de clientes provenientes de Bankia bajo su sistema e inicia 'de facto' una nueva era

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La icónica sede operativa de Bankia en Madrid vio cambiados sus logotipos el pasado marzo con motivo de la fusión.

Barcelona"La apli de Bankia no funciona. Maravillosa gestión de la fusión y encima en fin de semana". Esta queja de una usuaria en Twitter, escrita el sábado, es una de las contadísimas críticas que se pueden encontrar en las redes sociales en un fin de semana que CaixaBank tenía marcado en rojo desde hacía meses. Los reproches se pueden contar con una mano, en lo que es un éxito evidente: los posibles afectados eran los 7,6 millones de clientes de Bankia, que desde marzo, con la fusión, lo son de CaixaBank. Desde primera hora de la tarde de este domingo, estos millones de clientes han quedado bajo el abrigo del sistema tecnológico de CaixaBank, en un hito que se ha culminado un día antes de lo que estaba previsto.

La entidad catalana con sede en Valencia explicaba en un comunicado que la integración unifica "en una sola plataforma toda la información y la operativa de la entidad". Para hacerlo, se ha migrado un volumen de datos de 10,4 petabytes, que equivale a 45 veces la capacidad almacenada en Spotify o al peso de 1.800 millones de canciones en formato mp3 de alta calidad. Esta unificación de sistemas también implica que la entidad pasa a ofrecer un único catálogo de productos y servicios. Luis Javier Blas Agüeros, director de medios de CaixaBank, ha destacado que el proceso ha conseguido minimizar "el impacto para los clientes". De hecho, los problemas operativos previstos durante la migración ya se resolvieron este sábado y los clientes solo tuvieron problemas para usar Bizum y consultar su saldo desde las 15 horas del viernes hasta la tarde del sábado.

El delicado trabajo tecnológico del fin de semana implicará que desde este domingo el sistema de CaixaBank pasa a gestionar un volumen de hasta 29.000 transacciones por segundo y una red que une más de 16.000 servidores. Esta infraestructura tecnológica da servicio a los 21 millones de clientes del banco, de los cuales 10 millones son también clientes de los canales digitales. Fruto de la fusión, avanzada por el ARA en septiembre de 2020 y culminada a finales de marzo, la entidad catalana ha logrado un volumen de activos de 685.738 millones de euros, cosa que lo convierte en el banco minorista más grande de España. El grupo suma 21 millones de clientes y la red comercial más grande en España y Portugal (donde opera con BPI), con más de 6.000 oficinas y más de 15.000 cajeros automáticos.

Despidos y ventas cruzadas

El escenario de tipo de interés a mínimos históricos y la poca previsión de subidas a corto plazo ha aumentado en los últimos años los problemas de los bancos. Durante el confinamiento por la pandemia, el presidente de la Fundació La Caixa, Isidre Fainé, impulsó una operación que económicamente tenía dos grandes palancas para aumentar la rentabilidad de CaixaBank. La principal era la posibilidad de sumar 7,6 millones de clientes al negocio sin absorber a todos los trabajadores de Bankia. Después de una dura negociación, este año se acordó un ERO que afectó a 6.452 empleados, el segundo más grande que ha habido en una empresa catalana en la historia reciente y el más grande de la historia del sector financiero español.

La segunda vía para mejorar la rentabilidad del banco es el intento de vender más productos a los nuevos clientes procedentes de Bankia, en lo que se conoce como venta cruzada. Es precisamente para hacer este proceso que la entidad necesitaba la integración tecnológica. Fuentes de CaixaBank consultadas por este diario no pudieron cuantificar qué nuevos ingresos espera la entidad que dirige Gonzalo Gortázar por esta vía.

El otro dato importante una vez culminada la integración informática es el de los clientes que se han perdido, bien porque tuvieran algún vínculo emocional con Bankia o bien por algún problema en la operativa con CaixaBank. La entidad catalana no sabrá cuántos clientes ha perdido hasta dentro de unos meses, si bien en el sector se ha estimado tradicionalmente que en los procesos de adquisición de un banco se pierden entre un 5% y un 8% de clientes. Si este porcentaje se hiciera realidad en el caso de Bankia, esto podría suponer que un mínimo de 380.000 clientes han abandonado la entidad.

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