Energía

El cierre de las nucleares, muchos problemas y una oportunidad

Una decisión de este tipo encarecería todavía más la luz y aumentaría las emisiones de CO2

La torre de refrigeración del central nuclear de Asco
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BarcelonaForo Nuclear, la patronal de las centrales nucleares españolas, reaccionó con dureza al recorte de los beneficios caídos del cielo a las eléctricas que el gobierno español aprobó martes. “El proyecto de ley por el que se actúa sobre la retribución del CO₂ no emitido del mercado eléctrico, en los términos que está planteado, junto con la excesiva presión fiscal actual, abocaría al cese de la actividad de todo el parque nuclear”. Raso y corto, una amenaza de cierre.

Pero los expertos del sector lo ven bastante difícil. Primero, porque para cerrar las centrales atómicas hace falta permiso del gobierno español y de la empresa que opera el sistema, Red Eléctrica. Además, en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PINIEC), remitido a Bruselas, se establece el calendario de cierre, entre 2027 y 2035. Los expertos coinciden en señalar que prescindir ahora de la energía nuclear abocaría a un precio de la electricidad todavía más alto, porque se tendría que generar más energía en ciclos combinados de gas (un combustible que ha multiplicado por 12 su precio el último año) y, de paso, aumentarían las emisiones de CO₂, con dos consecuencias: más contaminación y un encarecimiento de la luz todavía superior, porque los derechos de emisión han doblado su precio el último año.

La respuesta a las eléctricas de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, fue muy clara: no se pueden cerrar las nucleares sin permiso. Y la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, en una conferencia en Ingenieros Industriales de Catalunya, lo remachó: no se pueden cerrar centrales nucleares ni reducir la carga sin el visto bueno del operador y que el Consejo de Seguridad Nuclear lo determine. “El calendario de descargas no se puede hacer de manera aleatoria, porque hay que garantizar al territorio la seguridad del suministro. Es una estructura crítica del país”, aseguró.

L'energia elèctrica a Catalunya

El ingeniero y experto en temas energéticos Pep Puig lo tiene claro. “La potencia instalada de ciclos combinados y cogeneración que hay es suficiente”, explica, a pesar de que reconoce que esto obligaría a consumir más gas para la generación eléctrica. Pero Puig también ve una parte positiva: “El cierre de las nucleares podría ser un incentivo para incrementar la inversión en renovables”.

El presidente de la comisión de energía de Ingenieros Industriales de Catalunya, Josep Maria Montagut, destaca que hay un aspecto fundamental para no cerrar las nucleares: el apoyo del sistema. Las nucleares producen de manera continua –a diferencia de las renovables, que dependen del viento o del sol– y garantizan el suministro continuado. Montagut apunta que para poder cerrar las nucleares haría falta un sistema de almacenamiento de las renovables. Un sistema que, en la actualidad, pasa por la hidráulica de bombeo. Bruselas ve con buenos ojos este tipo de central, que consiste en tener dos embalses en dos cotas diferentes. En los momentos de pico de demanda produce electricidad como cualquier otra central, pero en horas valle se aprovecha la energía sobrante del sistema para volver a bombear el agua al embalse superior.

Según Montagut, “la solución para apoyar a la eólica y la fotovoltaica es el bombeo”, pero habría que definir antes del verano qué inversiones se tendrían que hacer. Además, también apuesta por las interconexiones, a pesar de que hace falta también mucha inversión, como demuestra la experiencia de este verano cuando un problema en la red francesa provocó un apagón general en toda España. “Estamos colgando de un hilo”, asegura.

Rentabilidad de las centrales

Jueves los responsables de las nucleares de Iberdrola y Endesa fueron al Congreso y rebajaron el tono. A pesar de todo, Iberdrola apuntó que en 2024 la generación nuclear podría dejar de ser viable. En cualquier caso, los responsables de las compañías aseguran que, para que las nucleares sean rentables, el precio mínimo del MWh tendría que ser de entre 57 y 60 euros. 

Pero lo cierto es que las tres nucleares catalanas (Ascó Y, Ascó II y Vandellòs II) –propiedad de Endesa (85,4%) e Iberdrola (14,6%)– recuperaron la rentabilidad en 2018, tras las pérdidas de 17,7 millones de 2017. En 2018 ganaron casi 21 millones; en 2019 el beneficio se ensartó en más de 42 millones, y en 2020, a pesar de la pandemia, ganaron 24 millones, con un precio del MWh en el mercado mayorista muy inferior que el actual, de 33,96 €/MWh de media anual.

Las cifras
  • 54% Es el peso de la nuclear en la generación en Catalunya. En todo el Estado es el 23%.
  • 57 € Es el precio por MWh que piden las eléctricas para las nucleares.
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