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“Florentino Pérez entendió que no mandan los que ganan elecciones sino los que financian campañas”

El periodista Fonsi Loaiza, popular en las redes por sus choques con la extrema derecha, ha escrito varios libros sobre la corrupción en España

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Fonsi Loaiza.

En 1984 Florentino Pérez, actual presidente del Real Madrid y de la constructora ACS, se alió con Miquel Roca para impulsar el Partido Reformista Democrático, con el que se presentaría dos años después a las elecciones generales. La cosa no fue bien –la formación, de la que Florentino era secretario general, no alcanzó el 1% de los votos–, pero el empresario tenía otros planes.

Fonsi Loaiza (San Fernando, Cádiz, 1990) es periodista y, además de ser uno de los arietes contra la extrema derecha más populares en las redes sociales, ha escrito diversos libros críticos con las estructuras de poder en España. En Florentino Pérez, el poder de la palco (2022, Akal), que ya va por su octava edición, relata el ascenso meteórico del empresario madrileño, que se hizo un nombre ocupando cargos intermedios en el Ayuntamiento de Madrid antes de irrumpir en el negocio de la construcción, y qué lecciones sacó de su fracaso electoral: “Fue muy inteligente al darse cuenta de que no mandan los que ganan las elecciones, sino los que financian las campañas y saben presionar a los gobiernos”.

Su poder se ha ido gestando, según Loaiza, desde el palco del Real Madrid, club que ha presidido durante 20 años en dos etapas: "Él vive de las adjudicaciones públicas, y pensemos que en un partido del Madrid puede haber siete ministros en el palco. Ha sabido llevarse bien tanto con el PP como con el PSOE, y los logros del Madrid le han ayudado a mostrarse como un ser superior". Loaiza también recuerda que la trayectoria empresarial de Florentino empezó a despegar en Catalunya, cuando adquirió la constructora Padrós, de Badalona, y le relaciona con las adjudicaciones públicas del 3%: “Él mismo ha explicado que antes de ser presidente del Real Madrid iba a todos los mítines de CiU, y empieza a crecer a través de estas licitaciones”.

La dureza de sus denuncias y la exposición a las redes marcan el día a día de Loaiza –“recibo amenazas de muerte de la extrema derecha casi todos los días”–, y también acumula gran cantidad de demandas –“Florentino Pérez, curiosamente, nunca me ha demandado; el récord lo tienen Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros, y ahora se ha añadido Juan Carlos Girauta”–, aunque asegura que sólo ha sido condenado una vez: “Fue por injurias a la policía, cuando denuncié la muerte de un mantero que había sido perseguido por la policía. Es muy triste que se persigan tanto las injurias a la policía o a la corona, y no las injurias a los maestros o a los médicos, por poner un ejemplo. Se trata de imponer el silencio”.

En su último libro publicado, Sospitosos habituals. Corrupció a l'Estat espanyol (2024, Tigre de Paper), Loaiza arremete contra los que define como los pilares de la oligarquía española: la monarquía, la Iglesia, las fuerzas policiales, los partidos políticos, el Ibex, la justicia y los medios de comunicación, aunque los choques más evidentes los suele tener con la extrema derecha más radical, como el que representa el europarlamentario Alvise Pérez: “Algunos medios de comunicación han creado el caldo de cultivo para que crezca este populismo cañí que en algunos aspectos nos recuerda a Jesús Gil. Si nos fijamos, Alvise logró sus mejores resultados en la Costa del Sol”. De hecho, en El poder de la palco explica que el expresidente del Atlético de Madrid fue también uno de los inspiradores y consejeros de confianza de Florentino en sus inicios.

Loaiza soñaba con ser periodista deportivo desde pequeño, “hasta que vi lo que había detrás del fútbol. Cuando durante la Transición los partidos de extrema derecha perdieron fuerza, muchos de sus seguidores encontraron espacio en el fútbol: Lorenzo Sanz, que trabajaba con Blas Piñar; José María del Nido; el propio Javier Tebas, que ha reconocido que militaba en Fuerza Nueva... No es casualidad que el fútbol haya sido un bastión de la homofobia y del machismo.”

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