Banca

¿En qué te afecta la opa en el Sabadell

La posible desaparición de la entidad catalana tendría un enorme impacto en empresas y ciudadanos

Las Oficinas centrales del Banco de Sabadell en Sant Cugat del Vallés
23/09/2024
6 min

BarcelonaCerca de 200.000 accionistas del Banc Sabadell pueden verse abocados a tomar una decisión en los próximos meses: la de decir si venden sus acciones al BBVA a cambio de títulos de la entidad de origen vasco. Si el 50,01% del accionariado está de acuerdo, el centenario banco de origen vallesano desaparecerá y pasará a formar parte de un superbanco que estaría entre los diez mayores de Europa.

Pero lo cierto es que la importancia del Sabadell va mucho más allá de los 200.000 accionistas minoritarios y los institucionales invertidos. Su impacto afecta al conjunto de la economía catalana y española, dejando notarse en el día a día de los ciudadanos. Estos son algunos ejemplos.

Empresas sin red

En entornos económicos a menudo se habla de los bancos como "hospitales de las empresas". Hay que tener en cuenta que, cuando una empresa quiebra, esto puede responder a un desequilibrio en su balance oa las pérdidas reiteradas que nadie quiere secar. Pero también existen casos de muertes de empresas completamente solventes y rentables que caen por una necesidad puntual de financiación. Es en este sentido que la desaparición de un banco es una muy mala noticia para el conjunto del tejido empresarial, una situación que también comparten los autónomos.

La historia económica de nuestro país tiene un ejemplo muy reciente. Durante la Gran Recesión, agravada en España por el boom inmobiliario, la desconfianza entre bancos hizo que las entidades dejaran de prestar dinero a clientes y empresas para reforzar sus balances dañados.

Dos oficinas del Banc de Sabadell y del BBVA, una junto a otra, en la rambla de Poblenou, en Barcelona

Aquello no sólo afectó a los ingresos de la banca; sobre todo, supuso un verdadero desastre para la economía productiva, que vio cómo miles de empresas cerraban porque no podían encontrar financiación para hacer frente a necesidades puntuales de tesorería. El cierre de empresas disparó el paro, lo que derrumbó el consumo; todo pintó el fresco de la mayor crisis económica que ha vivido España desde la Guerra Civil.

La desaparición de cualquier gran banco es grave, pero lo es especialmente en un mercado tan concentrado como el español, y más aún cuando la entidad que puede desaparecer es el Banc Sabadell, fundado en 1881 y con una trayectoria de mucha relación con las empresas. De hecho, la entidad trabaja con la mitad de las pymes de España, y con dos de cada tres pequeñas y medianas empresas en Cataluña. Los cálculos del sector son doblemente esclarecedores: las pymes con menos de 10 millones de facturación trabajan de media con 2,8 bancos, y las que facturan más de 10 millones trabajan de media con 3,7 bancos. En ambos casos, la desaparición de un banco reduciría drásticamente las alternativas.

En el sector financiero insisten en un ejemplo: si una empresa que tiene una póliza por un millón de euros con una entidad y otra póliza de un millón de euros en otra, si ambas entidades se fusionan pierde una de las dos pólizas por una cuestión de diversificación de riesgos.

Esta situación sería especialmente negativa en Cataluña (primer exportador de España), pero también en otras comunidades como la Comunidad Valenciana y el conjunto del levante español. ¿Qué supondría la desaparición de un banco en un mercado en el que desde el 2008 hasta ahora hemos pasado de 62 entidades a una docena, con sólo cuatro grandes? Hay distintos cálculos al respecto. La patronal Pimec calculó recientemente, a partir de la media de reducción de crédito que se ha producido en las tres últimas fusiones en España, que la caída del crédito disponible sería de un 8%, lo que equivaldría a 54.000 millones. euros menos. La Cámara, por boca de su presidente, Josep Santacreu, ha insistido: "La principal fuente de preocupación es el presumible riesgo de disminución de la oferta de crédito derivada de una mayor concentración bancaria". Sin embargo, Carlos Torres, presidente del BBVA, insistía esta semana en que el crédito no solo no disminuirá, sino que crecerá. "¿Qué sentido tendría por nosotros que no fuera así?", se preguntaba en un acto en Esade.

Peores servicios financieros

Administraciones de todos los colores, patronales y sindicatos han salido en bloque contra esa OPA. La razón principal es que, en términos de competencia, los ciudadanos tendrán menos dónde elegir. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha rechazado la operación apuntando a que "no beneficia en nada a la competencia" y que "de concentración ya es suficiente con el sistema financiero", además de apuntar que "perjudica a la inclusión financiera". El organismo catalán de la competencia, la ACCO, lamenta por boca de su presidente, Roger Loppacher, que la situación es "oligopolística" y que Catalunya sería la comunidad más afectada por la fusión.

¿En qué sufren los ciudadanos la alta concentración de entidades en el sector financiero? La lógica económica indica que, a menor competencia, mayor capacidad de las empresas para subir precios y dar peor servicio. Por lo que respecta al servicio, una consecuencia directa de la crisis financiera es que se han perdido 120.000 empleos y se han cerrado miles de oficinas. De 2008 a 2022, en España se pasó de más de 45.000 oficinas a escasamente 16.000, una caída del 60%. Esto ha propiciado un intenso debate sobre las necesidades de inclusión financiera de determinados colectivos, especialmente los de la gente mayor y los de las zonas rurales. Los cálculos de Pimec son que, si la fusión sigue adelante, el BBVA cerraría entre 883 y 589 oficinas. La misma entidad reconoció que prevé cerrar hasta 300 oficinas en tres años.

Josep Oliu y Carlos Torres en una imagen de julio de 2024 en Madrid

Y, en cuanto a los precios, recientemente en el Estado ha habido un ejemplo palmario del daño que puede hacer una concentración excesiva de entidades. En 2022 y 2023 se produjo una subida abrupta de tipos, y un encarecimiento del dinero que puso difíciles las cosas a los clientes hipotecados. Los precios de los préstamos subieron rápidamente hasta el 5%, pero los bancos sólo pagaban un 1,4% por los depósitos de los clientes. Según Morgan Stanley, los bancos españoles sólo trasladaron a los depósitos el 35% del encarecimiento, muy por debajo de la banca francesa (43%), italiana (47%) o belga (66%). El Banco de España también constató esta tacañería de las entidades españolas a la hora de pagar los depósitos, lejos de sus grandes socios europeos y sólo al nivel de Italia.

Adiós a otro despacho de poder

Cataluña no tiene ningún ministro de Economía ni de Hacienda desde el año 1933. Son 91 años y muchos economistas atribuyen esta anomalía (en este tiempo ha habido 18 madrileños, diez andaluces o siete gallegos) el histórico agravio catalán en materia de financiación. De hecho, en algunos de los principales despachos de la economía catalana existe el convencimiento de que, dado que el mundo público es hostil a los altos cargos catalanes, es necesario hacer una apuesta por el mundo privado y la empresa para tomar decisiones y poder ser influyentes en el ámbito económico.

El del Banc Sabadell es uno de los últimos grandes despachos de poder que quedan en Catalunya. Al margen de la magnitud de la empresa, los bancos tienen influencia en otros muchos ámbitos y Josep Oliu tiene un lugar, por esta razón, en el gotha de los catalanes más poderosos. En el 2017, tras una operación de Estado en la que se implicó desde el rey Felipe VI hasta el presidente Rajoy y distintos ministros, 20 de las 100 grandes empresas catalanas (entre ellas el Sabadell) sacaron la sede social de Catalunya, en una decisión que en muchos casos fue muy cosmética porque sus operativas se mantuvieron en el Principado.

Pero la desaparición de un banco como el Sabadell no sería cosmética, como acreditó el final de Unnim y CatalunyaCaixa, y sería una pérdida clara de influencia para el conjunto de Catalunya a favor de Madrid y en parte de Euskadi.

Menos trabajo, peor trabajo

Cataluña tiene un déficit histórico de empresas realmente grandes. Banco Sabadell, con un total de 19.000 trabajadores, es una de las cinco principales compañías del país. Los expertos explican que las grandes empresas son necesarias porque tienen mayor músculo para invertir en innovación y porque sus condiciones laborales son mejores que las de las pymes.

Si el Banc Sabadell fuera absorbido por el BBVA se produciría un recorte de plantilla que en estos momentos es difícil de cuantificar. Los sindicatos UGT y CCOO, que también rechazan la opa, cuantificaron recientemente el tijeretazo: según sus cálculos, los trabajadores afectados serían entre 7.600 y 10.500.

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