La bebida catalana que reduce la fatiga con minerales del Océano Pacífico

Hace tres años, Santiago Mier, actual director general de Ocean52, dejó su carrera de más de 16 años en la multinacional Danone para embarcarse en su propio proyecto de bebidas saludables. Junto a los otros dos socios fundadores, Jean Jacques Fredj -exvicepresidente de Cadbury Schweppes en Europa- y José María Cobo -exresponsable de marketing de salud de Coca-Cola-, decidieron sacar al mercado No Plastic Water, la primera agua mineral no envasada en plástico, sino en aluminio. El nombre de la empresa, Ocean52, refleja también su voluntad sostenible: la compañía destina el 52% de sus beneficios a iniciativas para la protección de los mares y océanos.

Para desarrollar el proyecto, pionero en el sector de las bebidas, Ocean52 reunió a expertos del fondo marino para buscar elementos de los océanos que pudieran beneficiar la salud humana y ser incorporados en nuevos productos. "En la investigación reunimos desde científicos hasta nadadores, y nos llamaron la atención los minerales del océano profundo", explica Mier.

Estos minerales, extraídos de aguas de más de 600 metros de profundidad del Océano Pacífico, se comprimen hasta 60 veces para ser transportados y añadidos al agua que se comercializa en Cataluña. Según Mier, estos minerales, como el magnesio, tienen diversas propiedades, como la reducción del cansancio, y son plenamente compatibles con el agua de manantial.

Para minimizar su impacto medioambiental, Ocean52 devuelve al mar cuyo agua extrae los minerales y, además, se decanta por envasar sus bebidas sólo con vidrio o aluminio. Según Ocean52, optan por el aluminio “porque les asegura una recuperación del 99% de los residuos”.

Actualmente, la compañía comercializa hasta tres productos diferentes: agua mineral, agua con gas para hoteles y restauración, y un refresco deportivo llamado Ocean Recovery. En estos tres años la empresa ha vendido cerca de un millón de unidades y afirma haber multiplicado por diez sus beneficios en 2018 respecto al año anterior.

A pesar de tener la base principal en Barcelona, ​​Ocean52 ha abierto recientemente una nueva sede en la costa atlántica francesa, en Hossegor, lugar escogido por “la estrecha relación del territorio con el mar” gracias a la industria de los deportes acuáticos. Como explica Mier, la apertura de la sede francesa responde a la voluntad de internacionalizar a la compañía y prevé, a corto plazo, cuadruplicar el nivel de negocio en el extranjero.