Moda

Las bolsas que parecen suecas pero que nacieron en un rodaje barcelonés

La firma catalana Ölend facturó 15 M€ el pasado año y exporta el 95% de sus ventas

Una de las bolsas grandes que hace Öland.
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Adriana Dumon y Fran Ríos se conocieron trabajando en un rodaje en Barcelona, ​​mientras ella aún terminaba su trabajo final de carrera. Ambos venían del audiovisual y no habían tenido ningún contacto profesional con la moda. Pero la curiosidad por todo lo creativo hizo que de golpe se encontraran cosiendo mochilas a mano en la sala de estar de su piso en la capital catalana. De esta escena hace ya más de trece años y ese taller casero improvisado se ha convertido en una marca que el año pasado facturó 15 millones de euros vendiendo bolsos y accesorios minimalistas en todo el mundo.

¿Cómo han llegado hasta aquí? Dumon vivió un tiempo en Londres y cuando Ríos la visitaba "alucinábamos con las piezas que encontrábamos". Fue entonces cuando empezaron a pensar en sacar adelante una firma que tomara elementos de este diseño más moderno, pero a un precio más asequible. "La verdad es que hemos pasado por todas las fases", explica la cofundadora de Ölend, un nombre inspirado en una isla sueca, que a menudo alimenta la confusión de que se trata de una empresa de moda escandinava en lugar de catalana. A ellos se sumó como impulsor e inversor uno de los amigos de la infancia de Ríos, Antonio Longás, exfutbolista aragonés que llegó a debutar con el primer equipo del Real Zaragoza y el filial del Barça y que buscaba entrar en un proyecto empresarial más allá del deporte.

De coser ellos mismos las primeras mochilas —Dumon compartió en el 2013 en su Instagram un prototipo realizado con varias telas— pasaron a contactar con costureros autónomos, a montar su propio taller y ahora cuentan con un proveedor que trabaja con varios fabricantes. De hecho, le conocieron porque su pareja había comprado una de sus bolsas, "le encantó y se puso en contacto". "Es muy cómodo porque entiende nuestras necesidades y cualidades y puede aconsejarnos y encontrar el mejor proveedor para cada diseño", explica la cofundadora de Ölend.

Aún así, la compañía ha tenido que dar un paso atrás en cuanto a la producción de proximidad, admite, ante las dificultades para encontrar proveedores en un sector que vive en retroceso desde las últimas décadas en nuestra casa. "Durante diez años producimos en España, pero nos resultaba imposible encontrar talleres con la experiencia y calidad que requerían los materiales técnicos que utilizamos. Era muy limitador", asegura Dumon. Su bolsa más icónica, Ona, puede convertirse en mochila y está hecha de un tipo de nylon ligero que repele el agua. De todas formas, la empresaria insiste en que la firma aún mantiene una producción "responsable y sostenible". Al principio se centraron mucho en las bolsas y mochilas, pero están a punto de lanzar su primera gabardina y también han intentado vender sombreros, neceseres y llaveros.

A pesar de haber nacido en Barcelona, ​​España sólo representa el 5% de las ventas de Ölend y el grueso de sus ingresos está muy repartido entre varios mercados. "Estamos muy orgullosos de tener a Japón como el país más importante porque son un público muy exigente y uno de nuestros preferidos, personalmente y también como fuente de inspiración de nuestros diseños", comenta Dumon. Sus bolsas de lona de estética minimalista —están pensadas para el día a día y tienen colores muy diversos— también se han hecho un hueco entre los modelitos de consumidores de Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos y Alemania.

Tienda propia

En los últimos años, la estrategia de la empresa se ha centrado en situarse en tiendas de referencia en sus mercados clave y hoy, además de su web, los accesorios de Ölend se pueden encontrar en establecimientos como los grandes almacenes parisinos Le Bon Marché, las galerías Lafayette y las tiendas Merci; la cadena neerlandesa de alta gama De Bijenkorf, y la italiana Rinascente. "Además, hemos empezado a estudiar en serio abrir nuestra primera tienda física. Es un reto, pero creemos que tiene mucho sentido y nos ilusiona mucho", adelanta Dumon.

El año pasado la firma logró una facturación de 15 millones de euros y este año tienen el objetivo de acercarse a los 20 millones. "Tras trece años de trabajo, podemos decir con orgullo que el proyecto es rentable", dice la cofundadora. Lo ha conseguido con un equipo bastante limitado -"como una pequeña familia"- de siete trabajadores, aunque Dumon admite que han externalizado muchas tareas. "Hay perfiles muy válidos que trabajan externamente para varias marcas. Poco a poco vamos buscando nuevos perfiles para crecer", comenta.

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