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La familia italiana detrás de Nutella, Kinder y Ferrero-Rocher: ¿quién creó estas marcas?

La escasez de cacao impulsó su crema rica en avellanas

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26/11/2025
3 min

Alba es una pequeña ciudad del corazón del Piamonte, en Italia. Está rodeada de colinas suaves, viñedos interminables y campos de avellanos. Hoy es conocida mundialmente por la trufa blanca y sus vinos, pero en los años cuarenta era sobre todo un pueblo de posguerra que se aferraba a los oficios tradicionales. Fue en este escenario, en un edificio de la vía Rattazzi, donde el maestro pastelero Pietro Ferrero abrió en 1942 un pequeño obrador de dulces. Trabajaba casi a escondidas, probando, ajustando y perfeccionando una receta que venía de lejos: la crema gianduia, nacida en Turín a inicios del siglo XIX como respuesta a la escasez de cacao. Lo que Ferrero buscaba era una versión propia, más ligera en cacao pero rica en avellanas, mezclada con azúcar y lo suficientemente estable para untarla sobre el pan. En 1946, esa pasta se convirtió en el primer producto oficial de su obrador. El éxito fue inmediato: era bueno y asequible.

El hallazgo fue el antecedente directo de la actual Nutella. Aquella humilde pasta, nacida de una época de escasez y de ingenio, acabaría siendo el punto de partida de un imperio familiar que hoy es un gigante global de la confitería. Más de ocho décadas después, el Grupo Ferrero es una multinacional presente en más de 170 países, con una cuarentena de plantas de producción y un catálogo de marcas icónicas, como Nutella, Kinder, Ferrero Rocher, Tic Tac o Mon Chéri. Pese a esta dimensión colosal, la empresa sigue en manos de la familia fundadora, ahora ya en la tercera generación. "La tradición es como un arco: cuanto más se tensa la cuerda, más lejos podemos arrojar las flechas de la modernidad y la innovación", explica poéticamente Giovanni Ferrero, actual presidente ejecutivo del grupo.

La expansión de los Ferrero

La fuerza de esa primera receta impulsó un crecimiento que, en pocos años, desbordó los límites de Alba. En la década de los cincuenta, la familia ya entendió que el futuro no sería sólo local. En 1956, Ferrero abrió su primera fábrica en el extranjero, en Stadtallendorf (Alemania), un gesto poco habitual para una empresa italiana de la época. Poco después, Francia se convirtió en el segundo gran centro productivo de la familia y, desde allí, la marca dio el salto definitivo en toda Europa.

Esta estrategia, impulsada por Michele Ferrero –hijo del Pietro y verdadero artífice de la Ferrero moderna– combinaba dos ideas sencillas pero decisivas: innovación constante en producto y adaptación a los gustos de cada país. Así nacieron novedades que hoy forman parte de la memoria colectiva europea: la Nutella en bote de cristal (1964), el Kinder Chocolate (1968), las pastillas Tic Tac (1969) o el mítico Kinder Sorpresa (1974). Cada lanzamiento consolidaba una forma de trabajar que convertía la creatividad familiar en superventas globales. A finales de los setenta, Ferrero ya producía en Italia, Alemania, Francia y Bélgica, y había aterrizado con fuerza en Estados Unidos.

El gran salto: el bombón Ferrero

El gran salto global de los Ferrero llegó en los ochenta con un producto capaz de convertir el lujo en un gesto cotidiano: el Ferrero Rocher. Creado en 1982, este bombón dorado –una avellana entera, crema de cacao y una cobertura de chocolate crocante– condensaba el ADN que quería transmitir la marca: calidad, apariencia sofisticada y un precio asequible. Su fulgurante éxito, reforzado por campañas de publicidad icónicas, situó a Ferrero en una nueva liga internacional y consolidó su liderazgo en el segmento de los bombones.

A mediados de los ochenta, los hijos de Michele Ferrero –Pietro y Giovanni– se incorporaron formalmente a la dirección del grupo. Ambos habían crecido entre fábricas, recetas y viajes comerciales. Juntos aceleraron el crecimiento de Ferrero en mercados como Estados Unidos, Latinoamérica y Asia, al tiempo que profesionalizaron aún más la gestión de un negocio que crecía de forma exponencial: el grupo ya producía millones de unidades de Rocher, Tic Tac y Kinder, y abría plantas a ritmo constante, de Polonia a Brasil, de Canadá a Aust.

En el 2011, la muerte súbita de Pietro Ferrero con 47 años mientras iba en bicicleta por Suráfrica sacudió al grupo y dejó a Giovanni al frente de todo el imperio. Con un estilo discreto y hermético, ha pilotado desde entonces una empresa que factura más de 15.000 millones de euros anuales y emplea a más de 45.000 personas.

Las fechas clave
  • 1942

    Pietro Ferrero abre el primer obrador en la vía Rattazzi de Alba.

  • 1946

    Nace la Pasta Gianduja, antecedente directo de Nutella.

  • 1956

    Ferrero abre su primera fábrica en el extranjero, en Stadtallendorf (Alemania).

  • 1964

    Se lanza la Nutella en bote de cristal.

  • 1968

    Llega al mercado el Kinder Chocolate.

  • 1969

    Nacen las pastillas Tic Tac.

  • 1974

    Se crea el Kinder Sorpresa

  • 1982

    Sale al mercado el Ferrero-Rocher, que se convierte en un fenómeno global.

  • Años 80

    Pietro y Giovanni Ferrero se incorporan a la dirección del grupo.

  • 2011

    Muere repentinamente Pietro Ferrero durante un viaje a Sudáfrica.

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