La parte mala de la bajada de tipos
El abaratamiento del dinero afectará negativamente a los productos de ahorro más seguros
Después de muchos meses anunciando que los tipos de interés van a bajar, durante el verano han empezado a reducirse. Ésta es sólo la primera de las múltiples caídas que vendrán, eso sí, de forma sostenida en el tiempo. Que los tipos bajen implica un ahorro para la financiación, pero, a su vez, una mala noticia para los productos de inversión más seguros.
El principal efecto que encontrarán las familias es la reducción de la cuota de las hipotecas variables. Las caídas del Euribor, que ronda el 3%, permiten ahorrar unos 1.000 euros en intereses anuales respecto al año pasado. Pero todas aquellas familias que durante este período de tipos altos hayan cambiado la hipoteca a fija no verán reducida su cuota.
El gobierno central, en pleno pánico de alza de tipos, facilitó que las hipotecas variables pasaran a fijos eliminando los gastos y comisiones asociadas, lo que, en mi opinión, fue un grave error; ahora, si los clientes quisieran volver a pasarla a variable deberían pagar alrededor de unos 1.500 euros.
De la misma forma, los intereses de los nuevos préstamos que podamos pedir serán menores. Sin embargo, no cambiarán los préstamos que hayamos contratado durante los últimos años. Un préstamo personal, a diferencia de una hipoteca, carece de un interés variable.
Por otro lado, los productos de inversión más conservadores que podemos encontrar son los depósitos y deuda de los estados. En ambos casos, la retribución que recibiremos por nuestro capital será menor. Sin embargo, en ningún caso puede sorprendernos. La curva de tipos estaba invertida: el año pasado se pagaban más intereses a corto plazo que a medio y largo plazo. Hoy estamos en ese medio plazo. Los grandes bancos ya ofrecen depósitos a un año por debajo del 1%: por 10.000 euros, recibes 100 euros en un año y pagas 19 impuestos. Hará un par de años en recibías entre el doble y el triple.