MODA

El pionero catalán de las mascarillas de diseño

K de Maskarilla se creó y empezó a vender este tipo de prenda dos semanas después de que estallara la pandemia en nuestra casa

Pau Rumbo
2 min
El pionero catalán de las mascarillas de diseño

Lejos queda el tiempo en el que las mascarillas sólo se veían en los quirófanos, en los laboratorios o en imágenes de calles de China y Japón. La pandemia del cóvid-19 ha impuesto del todo el uso de estos trozos de tela. Como hay que convivir, por alguna razón, quizás ligada al talante mediterráneo, se han puesto de moda las mascarillas ilustradas. Josep Martí es uno de los numerosos empresarios que han lanzado una línea de mascarillas con diseños originales, la ha bautizado con el nombre de K de Maskarilla y tiene su sede en Sant Just Desvern. Pero su mérito es la velocidad con la que puso en marcha el negocio, y más teniendo en cuenta su inexperiencia en el sector textil.

Martí, que viene del mundo inmobiliario, asegura que en pleno confinamiento pensó que las mascarillas habían venido para quedarse: “Desgraciadamente, tendremos que convivir”, tuvo claro desde el principio. Entonces recordó su viaje de boda a Japón. En las noticias vio que el país estaba pendiente de compras masivas de mascarillas y otros artículos de China. Con todos estos elementos hirviéndole en la cabeza, tuvo claro que tenía que emprender. Le acompañarían en esta aventura dos socias que vienen de la comunicación.

El primer paso era buscar una fábrica, algo difícil en pleno confinamiento. Argumentando motivos laborales pudo visitar algunas. Les envió los diseños iniciales para que empezaran a producirlos, mientras creaban la marca y abrían la tienda online, que empezó a funcionar el 1 de abril. Hacía sólo dos semanas de la declaración del estado de alarma. La primera remesa se vendió todo el primer día de ponerse a la venta ya partir de entonces se han esforzado por cubrir la demanda. "Hemos tardado dos meses en ponernos al día" y enviar todos los pedidos, reconoce. Lo que mejor les ha funcionado a la hora de promocionarse, explica Martí, es el boca a boca. Han intentado dejar al cliente contento con un servicio postventa "personalizado". Incluso han llegado a llamar a clientes que les habían comprado cajas de filtros junto con la prenda para avisarles de que no hacían falta, porque las mascarillas ya llevaban y que, si querían, les devolvían el dinero. Además, han invertido en posicionar bien la web en Google con técnicas SEO.

Con una inversión inicial de sólo 6.000 euros han llegado a picos de ventas semanales de unos 5.000 euros. En todo este tiempo han lanzado cuatro modelos de mascarillas y varios diseños. Su mercado principal es España pero actualmente ya vienen a Italia, Alemania, Reino Unido y Francia.

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