Un tesoro barcelonés bajo tierra
Atrezzo Artigau custodia y alquila miles de objetos del siglo XIX hasta los años ochenta
BarcelonaUn privilegio, entrar en casa de Artigau es un privilegio. El almacén de alquiler deatrezo para el espectáculo y las artes visuales, en la calle de Manso número 1, es un tesoro barcelonés, un lugar que cuesta explicar y no hacer corto. Pura magia, podríamos decir, sin miedo al azucaramiento. Porque magia es poder tocar el pasado a través de los miles y miles de objetos –desde el siglo XIX hasta los años ochenta– que custodian las paredes, los techos y las infinitas baldas y baldas de un sótano del Eixample. Seiscientos metros cúbicos de acumulación de memoria, de tiempo encarnado en radios, armaduras, vajillas, ceniceros, botellas, cestos, juguetes, esculturas, cuadros, libros, espadas y todo, absolutamente todo, lo que uno pueda imaginar.
La familia Artigau regenta el negocio desde que a mediados del siglo XIX fue fundado por el bisabuelo del bisabuelo del Roc, quien hoy lo manda, justo un año después de la pérdida de su padre, Jordi, para quien sólo tiene palabras de cariño y agradecimiento. Las mismas que dedica a todos aquellos profesionales del mundo de la dirección artística que le han acogido, entendido y confortado durante los últimos meses. Tiene 24 años y hace ya casi diez que está zambullido al 100%, hoy como continuador familiar y único trabajador de la casa. Alucinante. Sólo puede entenderse en el momento en que comprendes que esto para ellos ha sido siempre mucho más que un trabajo, ha sido su vida. Roc recibe los proyectos, aconseja, asesora, hace la lista del material pedido, lo presupuesta, la fotografía, lo limpia o restaura si es necesario, lo embala y lo deja listo para recoger. Tiene en mente todo lo que hay en el almacén y donde está situado, una exigencia mental impresionante que sólo se explica por la pasión y entrega de quien tiene claro que esto es inseparable de la propia vida.
Productoras de cine y series y compañías de teatro son los principales clientes de Artigau: "Nosotros guardamos y ellos hacen el arte". Me impresiona esta reflexión, aprendida e interiorizada sin duda gracias a la maestría de mi padre, figura fundamental a lo largo de décadas de trabajo –desde los 14 años– y dedicación en la ordenación y catalogación de todo el material que custodian. ¿Qué vale alquilar tres días una espada? 36 euros. Los precios dependen de la calidad de los objetos alquilados, de su antigüedad y valor, también de la cantidad de productos demandada y del tiempo de alquiler.
¿Cuántos objetos tienen? ¿Una aproximación de inventario? Imposible saberlo. A Jordi le gustaba decir que 10.000, pero basta con dar una vuelta y observar un poco para ver enseguida que son muchísimos más. La zona de los candelabros, la vajilla, la cristalería y el menaje de mesa. La sala de música, con todo tipo de instrumentos, pero también las maquetas de barcos. La sala oriental, con teteras, jarrones, catximbes, etc. Los bancos y mesas. Los yunques, cuerdas y objetos de hierro forjado. Las lámparas, de toda época y tamaño. Gibrellas, botijos, tinas y jarrones. Timones colgados. En la entrada, los relojes de pared. En varias aldabas, los despertadores. La sala de los juguetes, los truenos dorados y los renacuajos antiguos, auténticas piezas de coleccionismo. La sala de cobre, esculturas, bustos, tallas, imágenes religiosas, máscaras de gas, cascos de guerra. Las maletas, tinteros, escrituras, máquinas de escribir, orinales y archivadores. Botellas de todo tipo, libros, revistas, probetas. La zona del mimbre y los caballetes. Ahora ya se hacen pocas compras, el espacio es como un tetris, y el reto es la conservación y protección de la humedad.
"Es un mundo de fantasía y misticismo"
"Estoy aquí desde que tengo memoria", evoca Roc. "Es un mundo de fantasía y misticismo". De pequeño, las bicicletas que cuelgan del techo le parecía que volaban, como en ET,y le daban miedo los cráneos colgados en la pared de la escalera que baja. También el lugar de los animales disecados. "— de su padre, del que absorbió la pasión por la historia, pero también por el trato con la gente, por subir y bajar —la exigencia física es notable—, embalar, escuchar, documentarse... Gente que le trae objetos y él les da una nueva vida. serie. El 47, Merlín, Pulseras rojas, La que se avecina... Incontables películas, series y obras de teatro. También anuncios, pero ahora menos.
Más de un siglo y medio custodiando los objetos que los barceloneses han exiliado de su casa. La hacienda Artigau, bajo tierra, resguarda la ciudad.