Velas de succión: el sueño de Cousteau que revoluciona el transporte marítimo
La empresa náutica bound4blue fabrica un widget que reduce las emisiones contaminantes

La empresa náutica bound4blue es una compañía enfocada en la energía eólica aplicada en el sector marítimo. Concretamente, se dedica a la producción de sistemas automatizados de propulsión asistida por el viento, conocidos como eSAIL. Este sistema consiste en velas de succión de estructura elíptica con un ventilador en el interior, que se asemejan a un ala de avión colocada de forma vertical a bordo de un barco. Estas velas generan entre seis y siete veces más fuerza que una convencional y permiten reducir el uso del motor y liberar la propulsión de la fuerza del mismo, compensando el empuje hacia adelante de la embarcación con el sistema. Todo ello permite ahorrar combustible y reducir las emisiones de gases contaminantes.
"El momento de la propulsión por el viento es ahora", explica Dana Camps, jefe de marketing de bound4blue. El transporte marítimo es el sector que más contamina en el mundo con un 3% de las emisiones globales: "Y si sigue creciendo, el 2050 sería un 10%", apunta la directiva. Diferentes organizaciones, como la International Maritime Organization, están aplicando regulaciones para reducir este impacto debido al cambio climático con el objetivo de alcanzar las cero emisiones en 2050. Por este motivo, la empresa ofrece un sistema para barcos de grandes dimensiones que permite cumplir la regulación presente y futura y se espera que en 2027 sus CO 000000000000000000000000000000 00
La compañía destaca la colocación autónoma de sus velas, el bajo mantenimiento y la amortización de la inversión por las empresas en cinco años. Tienen tres modelos de velas: el más pequeño alcanza los 12 metros de altura, el siguiente a los 18 y el mayor a los 36. El primer barco que equiparon fue un barco pesquero gallego con velas de 12 metros en 2021, el segundo llegó en 2022 con un barco teatral de la Fura dels Baus, uno en el 20 a 20 Armateurs (con Airbus como noliejador). Este año también se han instalado velas de succión en empresas como Odfjell y Eastern Pacific Shipping y bound4blue, ya tiene acuerdos comerciales firmados con Maersk Tankers, Marflet, Louis Dreyfus Company y otras corporaciones internacionales, en contratos valorados en cerca de 18 millones de euros. El sistema es adecuado para graneleros, quimiqueros, cargueros, gaseros, cargueros generales, ferrys y cruceros.
bound4blue se fundó en 2014: tiene su sede en Cantabria y oficinas en Barcelona y Singapur. Fue creada por tres ingenieros aeronáuticos, José Miguel Bermúdez, Cristina Aleixendri y David Ferrer, y la organización fue seleccionada por el proyecto de incubación de la Agencia Espacial Europea y Barcelona Activa en la fase inicial. Aunque actualmente la empresa dispone de 60 empleados con perfiles de ingenieros, técnicos, analistas de datos y profesionales del negocio, se espera que a finales de año acabe con cerca de 100 trabajadores. Además, la empresa ha recibido premios como Seatrade Maritime Awards y Motorship Awards, que no habrían sido posibles sin las diferentes inyecciones de capital recibidas, como los 22,4 millones de euros para impulsar su proyecto durante una ronda de financiación en 2023.
La empresa tiene planes de futuro para entrar en el mercado de barcos de nueva creación, es decir, embarcaciones ya ideadas desde un principio con la incorporación de estas velas para que se puedan escoger las zonas óptimas para poner los sistemas y sea lo más rentable posible. La directora de marketing asegura que el mercado náutico también va en esa dirección y afirma que "en los próximos diez años, dos tercios de la flota mundial tendrá que renovarse". Ya en la fase de comercialización del producto, la empresa cuenta con una fábrica de un proveedor en Aranda de Duero (Burgos, cerca de Madrid) y se plantea añadir una planta de producción en China para poder realizar un escalaje en el mercado asiático.
El sistema está inspirado en las investigaciones de 1980 sobre esta tecnología lideradas por Jacques Cousteau y su equipo, que contaba con Lucien Malavard y Bertrand Charrier, actual asesor de bound4blue. En ese momento ya se quería buscar una forma para que la industria marítima no fuera tan contaminante, pero no existían los incentivos que hay ahora para impulsar un cambio.