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La venganza de un abad a un obispo: el desconocido origen del Aperol

El protagonista del rifirrafe, Giuseppe Barbieri, era un personaje excéntrico, de carácter fuerte, masón y liberal

EUREKA WEB
09/07/2025
3 min

Tomarse un Aperol Spritz en la terraza del Hotel Majestic, en medio del paseo de Gràcia de Barcelona, ​​vale 20 euros. Pedir esta bebida naranja en el chiringuito Nui Beach, en la playa de Calella, en cuesta 9. En el bar de cócteles Blackberry, de Lleida ciudad, la copa sale a 7,50. Hace tiempo que el Aperol Spritz se ha abierto paso a las cartas de los bares y restaurantes catalanes. Está de moda y, por eso, el precio fluctúa tanto de un sitio a otro.

Es un aperitivo alcohólico elaborado con dos partes de cava o vino espumoso, combinado con dos partes de Aperol y un chorrito de soda. Pero sobre todo es elegante y distintivo. Al menos, ésta es la imagen que el grupo Campari se ha encargado de cultivar a través de la publicidad.

La filial española de la marca italiana, que tiene su sede en Barcelona, ​​lleva años facturando más de 30 millones de euros anuales vendiendo, sobre todo, su marca estrella: el Aperol. En todo el mundo, en 2023 la bebida generó más de 2.900 millones de euros. Ahora bien, ¿cuál es su origen y cuántos años lleva en el mercado?

Una disputa clerical

El consumo de Aperol en Cataluña empezó a extenderse hace dos décadas Fue, justamente, cuando el grupo Campari invirtió 150 millones de euros para comprar la empresa Barbero 1891, un grupo histórico irlandés de bebidas alcohólicas Hasta ese momento, el Aperol sólo se consumía. anuales.

Sin embargo, los directivos de Campari tenían claro que la fórmula podía hacer furor por todas partes, porque es de baja graduación de alcohol y refrescante, dos de las tendencias de consumo que apuntaban al alza. Sólo necesitó posicionarla bien publicitariamente para conseguir que, entre 2004 y 2019, las ventas del Aperol crecieran cada año un 16,5% de media. Poco a poco, la bebida fue arraigando en Estados Unidos, pero también en países como España, Alemania, Francia y Austria.

Sin embargo, el origen de este brebaje que mueve millones está en una insólita disputa clerical entre un abad y un obispo. Para entenderlo todo, debemos situarnos a finales del siglo XVIII, en Venecia. El protagonista, el abad Giuseppe Barbieri. Era un personaje excéntrico, de carácter fuerte, masón, liberal y muy amigo de Ugo Foscolo, uno de los escritores clave del romanticismo italiano y considerado el padre de la novela italiana moderna. Barbieri estaba deslumbrado por la promesa de libertad y progreso que veía en la figura de Napoleón.

Ahora bien, cuando el líder francés cedió la República de Venecia al Imperio Austrohúngaro en 1797, lo vivió como una traición. Con el apoyo austríaco, la Iglesia fue recuperando poder, pero los ideales de Barbieri no encajaban en absoluto con el modelo conservador del obispo de Padua. Por eso, el obispo le prohibió ser abad de la abadía de Praglia alegando motivos políticos.

Para vengarse de la decisión, reveló a su sobrino las recetas de los licores que destilaban los monjes benedictinos. Con el recetario monástico bajo el brazo, el sobrino montó la primera fábrica de bebidas alcohólicas en 1805.

El hallazgo del Aperol

La empresa fue pasando de padres a hijos. En 1918, el negocio estaba regentado por dos hermanos: Luigi y Silvio Barbieri. Durante la Primera Guerra Mundial, Luigi tuvo que pasar por quirófano para que le extirparan un pulmón.

Durante la recuperación, en plena primavera, cada día paseaba tranquilamente por la montaña y recolectaba flores, hierbas y bayas. En casa, mataba el tiempo picándolas y hirviéndolas. Hasta que le salió un licor muy ligero y con buen sabor. Compartió el hallazgo con Silvio y, juntos, lo incorporaron al catálogo. Por el nombre, se inspiraron en la palabra francesa apéro, que en la jerga de la Belle Époque quería decir aperitivo. Registraron la fórmula -que es secreta- en Padua.

En la década de 1950, la empresa pasó a manos de los descendientes de los dos hermanos, que gestionaron el negocio con pericia: las ventas de Aperol fueron creciendo. En 1980 ya habían tocado techo en Italia y aceptaron una oferta de compra del grupo Seagram, que empezó a exportar tímidamente la bebida. Sin embargo, en 1991 Aperol pasó a manos de la irlandesa Barbero 1891. Sin embargo, no fue hasta 2003 que, con la compra por parte del grupo Campari, el Aperol ganó popularidad —y ventas— en todo el mundo.

Los datos clave
  • 1797

    Napoleón cede la República de Venecia al Imperio Austrohúngaro. El obispo cierra las puertas de la abadía de Praglia al abad Barbieri por motivos políticos.

  • 1805

    Giuseppe Barbieri se venga: revela a su sobrino las recetas de los licores benedictinos y funda la primera fábrica de bebidas alcohólicas.

  • 1918

    Durante la Primera Guerra Mundial, Luigi Barbieri pierde un pulmón y, durante la convalecencia, experimenta con hierbas y crea un licor ligero.

  • 1950

    La empresa pasa a manos de los descendientes y el Aperol se consolida en Italia gracias a la publicidad y al fenómeno del spritz.

  • 1980

    La marca llega a su techo de crecimiento en el mercado italiano y es vendida al grupo canadiense Seagram.

  • 1991

    Aperol pasa a manos de la compañía irlandesa Barbero 1891.

  • 2003

    El grupo Campari adquiere Aperol por 150 millones de euros e inicia su expansión internacional.

  • 2023

    A nivel global, Aperol genera más de 2.900 millones de euros en ventas. En España, la filial con sede en Barcelona factura más de 30 millones anuales.

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