Precios

La energía disparada, causa principal de la inflación en Europa

El encarecimiento energético puede representar más de la mitad de las subidas del IPC en varios países de la UE

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Tubos de la estación de interconexión de gasoductos entre Polonia y Eslovaquia, a la población polaca de Strachocina..

BarcelonaLa energía es el principal motor de las escaladas generalizadas de precios, especialmente en Europa. Según datos de los principales organismos económicos internacionales, el encarecimiento de los bienes energéticos –es decir, gas natural, electricidad y derivados del petróleo, como los carburantes– representan el grueso de la inflación que afecta las economías desarrolladas.

La energía, la causa principal de la inflación
Tasa interanual de crecimiento de la energía, la alimentación y el resto de productos de consumo, en porcentaje

El peso de los productos energéticos en el cesto de consumo de las familias está entre el 5% y el 15% del total, dependiendo del país, de acuerdo con un documento de trabajo del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado el mes pasado. Es decir, de cada 100 euros que gasta una familia cada mes en bienes y servicios de consumo –desde ropa y comida hasta ocio y cultura–, entre 5 y 15 euros se dedican a combustibles, gas y luz. Sin embargo, la escalada inflacionaria ha sido de tal magnitud que ha afectado en gran manera el IPC, el indicador que mide las subidas de los precios de consumo.

El crecimiento de los precios por países
Tasa interanual de crecimiento del IPC en julio del 2022, en porcentaje

"A pesar de estas modestas proporciones, debido al rápido aumento de los precios, los productos energéticos representaron aproximadamente la mitad de las tasas de inflación del IPC de mayo del 2022", apunta el documento del FMI. Esta contribución de la energía en el total de la inflación "superó los tres puntos porcentuales en la mayoría de países" y, en casos como los tres bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Grecia, Rumanía, Bélgica y los Países Bajos, fue "superior en los cinco puntos porcentuales", añade el informe.

Así, por ejemplo, en los Países Bajos, el mayo pasado el coste de la vida aumentó un 8,8% respecto al mismo mes del 2021. De estos 8,8 puntos, pues, más de cinco se debían únicamente al encarecimiento de la energía.

Los datos, de hecho, hablan por sí solos. Los países más afectados por el impacto del conflicto sobre los costes energéticos son los bálticos, con tasas de inflación en julio superiores al 21%, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE, el organismo que agrupa las principales economías desarrolladas del mundo). El coste de la energía para las familias en Estonia se ha disparado hasta un 87,1% en un año, mientras que en Letonia el incremento es del 70,6%. Por comparación, en España, fue de un 41,4%, una cifra también muy alta pero lejos de los niveles de los bálticos.

Primero cuellos de botella, después la guerra

La tendencia al alza de los precios empezó a finales del 2021, pero a un ritmo mucho más moderado que actualmente. Inicialmente, la inflación afectó más a Estados Unidos que a la Unión Europea, puesto que el primer país tuvo una recuperación de la sacudida causada por la pandemia más rápida que el Viejo Continente, en buena parte porque tanto su banco central como, sobre todo, su gobierno aplicaron estímulos más fuertes que a los estados de la UE.

El año pasado la inflación fue causada también por los problemas de suministro, sobre todo de primeras materias y bienes industriales intermedios, y por el colapso logístico de puertos clave para el comercio global, que provocaron cuellos de botella y escasez de algunos productos, lo cual disparó los costes. Ahora bien, con los meses, esta cuestión se ha ido resolviendo, con la excepción de China, donde la política de covid cero ha provocado el cierre temporal de ciertas industrias y de puertos, como el de Shanghái.

Ahora bien, a pesar del encarecimiento de la energía durante el año pasado debido a la reactivación de la actividad en todo el mundo, el coste se disparó a partir de la guerra en Ucrania, el 24 de febrero. Rusia es uno de los principales proveedores de gas natural y petróleo en la UE y el conflicto ha provocado un alza de precios, tanto por los cortes de suministro que ha aplicado el Kremlin sobre varios estados europeos en represalia por su apoyo a Kiev, como por las sanciones aplicadas por Occidente contra el régimen de Vladímir Putin.

"El incremento inicial de los precios energéticos fue impulsado principalmente por la recuperación de la demanda después del levantamiento de las restricciones posteriores a la primera ola de la pandemia", recuerda el Banco Central Europeo en un artículo en su boletín económico de junio. El texto añade que a partir del 2021 la oferta de bienes energéticos se vio perjudicada, un hecho que "se agravó a principios del 2022 por la invasión rusa de Ucrania", que cogió las reservas de gas europeas "a niveles históricamente bajos".

El sistema de subastas aumenta el precio

Además, el coste de la electricidad también ha sumado puntos a las tasas de inflación debido al sistema marginalista de subastas mayoristas en vigor ena la UE, un hecho que se manifiesta en una "estrecha relación entre los precios del gas natural y de la electricidad", según el artículo del FMI. El sistema europeo pone a la luz el precio del sistema de producción más caro, que acostumbra a ser el gas, por lo cual un encarecimiento de esta materia primera repercute directamente en el recibo de la luz.

Esta relación entre el coste del gas y el de la electricidad es más estrecha todavía en estados como España, Portugal, Italia, Irlanda y el Reino Unido –es decir, penínsulas o islas–, que tienen "una dependencia más alta del gas natural" en la generación eléctrica e "interconexiones eléctricas relativamente más limitadas" con terceros países, según el FMI.

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