Energía

Una central térmica en Inglaterra recibe 8.500 M€ en subsidios pese a producir el 3% de las emisiones del Reino Unido

La planta de Drax reabre el debate sobre la sostenibilidad de las plantas de biomasa

ARA
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Una imagen de la central de Drax en Drax, en el norte de Inglaterra

BarcelonaLa central térmica de Drax, en el norte de Inglaterra, es una de las fuentes de energía más importantes del Reino Unido, pero también es una fuente de emisiones y debate público. La instalación emitió un 3% de todo el dióxido de carbono (CO2) producido en 2023 en el país, pero al mismo tiempo ha recibido más de 7.000 millones de libras esterlinas (unos 8.300 millones de euros) en subsidios a las renovables desde el 2012.

La razón por la que la central térmica que es el principal emisor de gases de efecto invernadero del país pueda recibir dinero público para favorecer el sector de la energía renovable se debe a que el combustible de la planta es la biomasa, explica el diario británico The Guardian. Este combustible se considera limpio porque proviene de los árboles, por lo que el CO2 que se emite quemándolo en la central para generar electricidad está compensado, aunque sea en parte, por lo que han absorbido anteriormente los árboles de los que proviene.

Pero grupos ecologistas ponen en duda que el saldo entre el que emite la planta de Drax y el impacto positivo sobre las emisiones de la biomasa sea realmente positivo para reducir el total de emisiones. El debate se ha intensificado además mientras el gobierno británico decide si expande hasta finales de la década una rebaja impositiva en la central térmica de 500 millones de libras (592 millones de euros).

Uno de los puntos calientes del debate es que la central utilizó el año pasado más de 6 millones de toneladas de pellets de madera provenientes de una masa forestal de 12 millones de toneladas, una cifra que sobrepasa en un millón de toneladas la cosecha de madera total en Gran Bretaña. Así, un 80% de los pellets utilizados en Drax provienen del extranjero, sobre todo de Canadá, Estados Unidos, Letonia y Estonia, según la empresa propietaria de la central, producidos con madera de bosques "gestionados sosteniblemente" y hechos con materiales tales como recortes de madera y serrín fruto de la fabricación de muebles. Sin embargo, más de una quinta parte de estos pellets también provienen de árboles vírgenes que, según Drax, producen una madera que no sirve para cerrajerías ni otras aplicaciones y que se convertiría en un residuo.

Dudas sobre la biomasa

Según The Guardian, que ha analizado las emisiones y la biomasa, la central térmica no es una fuente de energía limpia o renovable. La primera razón es que hay que añadir la impronta de carbono que representa transportar buena parte de los pellets desde otro país (o incluso continente), pero sobre todo porque cada vez hay más científicos que ponen en duda que la biomasa tenga un impacto atmosférico tan positivo como dicen sus defensores. El rotativo británico menciona un estudio del consejo asesor de las Academias Europeas de Ciencias que dice que faltan entre treinta y cincuenta años para que la biomasa compense las emisiones que causa consumirla para producir electricidad.

Además, la oficina de auditorías del gobierno británico encontró en una investigación de este verano que el gobierno no había podido demostrar que la biomasa cumple la normativa de sostenibilidad británica, mientras que el regulador energético del Reino Unido va admitir que Drax tiene unos procedimientos de control y gobernanza "débiles" que pone en duda sus informes sobre la biomasa que utiliza. Esto supuso una multa de 25 millones de libras en la central.

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