Los precios de los carburantes esquivan (por ahora) las tensiones internacionales
El precio medio de la gasolina y el diesel en el Estado sigue por debajo de la media europea
MadridA mediados de junio los precios de los carburantes daban un susto. Aunque hasta entonces habían parecido resistir al conflicto, el ataque de Israel a Irán ese mes presionó al alza el coste del petróleo por la amenaza del cierre del estrecho de Ormuz y, en consecuencia, también el de la gasolina y el diésel, que en la penúltima semana de junio subieron un 0,4%. En concreto, el 19 de junio, pocos días después de la escalada del conflicto, el precio medio del litro de diesel se situaba en los 1,364 euros, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), mientras que en el caso de la gasolina lo hacía en 1,463 euros.
El repunte, como suele ser habitual, llegó con retraso –el precio del petróleo no se traslada de forma inmediata a las gasolineras–, pero además coincidió con el arranque de la primera operación salida del verano, entre finales de junio y principios de julio, y que suele traducirse en un encarecimiento a la hora de la hora de general. Pero este agosto ambos combustibles han dado una tregua. Desde hace tres semanas, la tendencia ha sido a la baja hasta el punto de que tanto la gasolina como el diésel se encauzan a cerrar el mes registrando nuevos mínimos.
En concreto, esta segunda semana de agosto, el precio medio del litro de diésel ha descendido hasta los 1,414 euros, según datos delBoletín Petrolero de la Unión Europea actualizadas este jueves. Esto supone el nivel más bajo desde la tercera semana de junio, justo antes del inicio de vacaciones por parte de muchas familias y cuando la ofensiva de Israel en Irán ya había ido en aumento. A su vez, el precio medio del litro de gasolina cayó por cuarta semana consecutiva y se situó en los 1,479 euros, un nivel que tampoco se veía desde junio. Respecto a la semana pasada, supone un abaratamiento de un 0,7% en el caso del diesel y de un 0,27% en el caso de la gasolina.
En cuanto al conjunto de este 2025, la gasolina acumula una bajada del precio de un 3%, mientras que en el caso del diesel es de un 2%. Pero que el descenso sea superior en la gasolina no ha trastornado la tónica habitual en la que el precio del diesel está por debajo del primer combustible. De hecho, sólo en el año en que estalló la invasión rusa en Ucrania, el precio del gasóleo fue más caro que el precio de la gasolina por primera vez en la historia de España. Esto ocurrió en marzo de 2022, aunque después la situación se mantuvo desde agosto de 2022 hasta febrero de 2023, coincidiendo con el primer año del inicio del conflicto.
El impacto de la guerra fue mayor en el caso del gasóleo porque algunos países de la UE, especialmente Alemania, no sólo importaban muy crudo de Rusia, sino también gasóleo ya refinado. Esto provocó escasez de diesel en el mercado europeo, ya que para producir gasóleo es necesario tener una capacidad de refinamiento que algunos estados no disponen –no es el caso de España, que sí la tiene– y también contar con un petróleo de alta calidad.
Los precios en España, más económicos
Con el nivel de precios de esta tercera semana de agosto, el precio de la gasolina en España se mantiene por debajo de la media de la Unión Europea, que se sitúa en 1,612 euros el litro. Pero también el precio medio del diesel es inferior. Mientras en España se sitúa en los 1,414 euros, en la Unión Europea lo hace en los 1,55 euros.
Hasta ahora, los analistas han previsto que si los conflictos entre Rusia y Ucrania y entre Israel e Irán no van a más, el precio del petróleo se mantendrá estable. En cualquier caso, si por algo se está caracterizando este 2025 es por la fuerte volatilidad en la cotización del llamado oro negro como consecuencia, precisamente, de las tensiones internacionales.
En concreto, el consenso del mercado es que el precio del petróleo del Brent, de referencia para Europa, se mantenga en torno a los 65 dólares el barril. Pese a la inestabilidad geopolítica, en este equilibrio del precio han jugado a favor los recortes de suministro por parte de la OPEP+, aunque este verano ha vuelto a abrir el grifo, y que fueron contrarrestados por niveles de producción históricamente altos de Estados Unidos. Además, la cotización actual es lo suficientemente alta como para permitir a los principales países exportadores de petróleo alcanzar el equilibrio fiscal de sus cuentas. A este hecho se suma también que no existe peligro de desabastecimiento, al menos de momento.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los precios que se registran de los carburantes (la gasolina y el diésel) no sólo dependen de la evolución del crudo, sino que tienen una cotización específica, independiente de la del petróleo, además del impacto de los impuestos, el coste de la materia prima y la logística, así como los márgenes brutos.