Energía

Las rentas bajas reducen el gasto en gasolina y las altas gastan más

Un estudio de CaixaBank Research demuestra el diferente comportamiento ante la crisis según la renta

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22021402FM ECONOMÍA  Gasolinera  fotos de la gasolinera  de la calle Arago subida de los precios de los carburantes gasolina y gasóleo  Barcelona 14 02 2022 Foto Francesc Melcion Diario ahora

BarcelonaEl fuerte encarecimiento de los carburantes, especialmente desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero, no afecta igual a todas las familias del Estado. Así lo constata un estudio de CaixaBank Research, que ha comparado el gasto en gasolina o gasóleo de los mismos usuarios en 2019 –el último ejercicio antes de la pandemia– y en 2022. “Una variación de precios no afecta igual a todo el mundo”, concluye el autor del estudio, el economista Josep Mestres Domènech.

Consumo en gasolineras por deciles de gasto mensual
Variación 2019-2022 en porcentaje

El estudio, basado en el gasto en carburantes hecho con tarjetas bancarias de CaixaBank –que es la entidad española con más tarjetas en circulación– demuestra claramente que los que en 2019 tenían un gasto más baja en carburantes ahora son los que lo han recortado. En el lado contrario, los consumidores que dos años atrás tenían un gasto superior en carburantes, ahora gastan mucho más.

El estudio compara solo el gasto en carburantes y su autor reconoce que este comportamiento está "muy correlacionado con la renta”, es decir, que los que tienen un gasto menor y ahora lo han rebajado coinciden en gran parte con los que tienen ingresos más bajos, mientras que los que se han permitido aumentar su gasto en carburantes son los que tienen rentas más altas.

El estudio divide a los compradores de carburantes, en función de su gasto, en deciles (es decir, en grupos que suponen el 10% del total). Pues bien, el decil de más en medio –estadísticamente llamado mediano– en julio aumentó un 13,2% el gasto en carburantes en comparación con el mismo mes de 2019. Durante todo el primer trimestre de 2022 su gasto fue un 12,8% superior a la del mismo trimestre de 2019.

El aumento del gasto creció todavía más en los deciles más altos (un 17,1% más en el 60 y un 25,7% más en el 90 en julio de 2022 en comparación con julio de 2019. La conclusión es clara: los que gastaron más en carburante en 2019 tuvieron más capacidad de aumentar el gasto en 2022, cuando los precios habían subido a máximos.

Al revés, quien menos gastó en 2019 en carburantes fue quien más se estrechó el cinturón en 2022. El decil 10, es decir, el 10% de los consumidores que hacían menos gasto en carburantes, son los que más redujeron la compra en 2022. En concreto, en julio de 2022 gastaron un 21% menos que el mismo mes del año 2019.

La conclusión del estudio es que los que gastaron más en 2019 aumentaron más el gasto en 2022 por dos razones posibles. Por un lado, porque por la razón que sea, en muchos casos de trabajo, no pueden dejar de hacer viajes en coche, pero también porque por su situación económica tienen más capacidad de absorber las fuertes subidas de precio.

En cambio, los que hacían un gasto más exiguo en 2019 la rebajaron todavía más en 2022, bien reduciendo el número de desplazamientos, o bien sustituyendo los viajes en vehículo propio por desplazamientos en transporte público.

Bonificación de 20 céntimos

A pesar de que el autor del estudio no valora la subvención de al menos 20 céntimos por litro de carburante que decretó el gobierno a finales de marzo ante el encarecimiento de la gasolina y el gasóleo, el estudio demuestra que los que más gastaban antes de la crisis energética ahora todavía hacen un gasto mayor, mientras que los que hacían menos gasto, que son en gran parte los que se tendrían que beneficiar más de la medida, son quienes más lo han reducido. “Los que tienen menos margen de gasto parece que ajustan más lo que gastan”, explica el autor del estudio.

“La reacción [de cada grupo] ante la subida de precios es muy diferente”, concluye Mestres Doménech, para quien “cualquier ayuda a los hogares más necesitados es buena”. El economista explica que la comparación con en 2019 se ha hecho porque, si se hiciera con los dos años previos, con la pandemia del covid, “los resultados quedarían distorsionados”, teniendo en cuenta que tanto en 2020 como en 2021 había restricciones a la movilidad y que también se produjo un cambio de comportamiento de los ciudadanos en los desplazamientos.

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