BarcelonaSi no sois millennials recordaréis las siglas RSC, que correspondían a responsabilidad social corporativa, ahora ya en desuso. La nueva moda empresarial son otras siglas: ESG (medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza, en inglés). Las grandes empresas cada vez le prestan más atención pero, a diferencia de la RSC, esta vez parece que va de verdad. “La RSC se llevaba desde el departamento de marketing. Ahora, en cambio, el ESG es un cambio del business as usual: las empresas se piensan desde la sostenibilidad”, resume Vanessa Pérez, socia de Cuatrecasas, durante un acto organizado por el ARA y Naturgy sobre esta cuestión.
“La estrategia de sostenibilidad tiene que venir de los accionistas y tiene que ir de arriba abajo”, añade Núria Rodríguez, directora de medio ambiente y sostenibilidad de Naturgy. Según Rodríguez, es cierto que todas las transformaciones tienen un coste -esta también-, pero “el debate sobre si el ESG es un coste o una inversión ya está superado”.
Un tercer invitado ha sido Albert Riera, director de relaciones institucionales de La Fageda, que explica que su empresa sigue la ESG desde su fundación, pero sin saberlo. La Fageda tiene 100 trabajadores donde su competencia “tendría 10” y, aún así, sale adelante: “Salimos adelante, tenemos un margen y creamos valor”.
El mundo corporativo
El gran cambio que se divisa es que la sostenibilidad dejará de ser una cosa de empresas nicho para pasar a ser la norma. “Detrás de las entidades financieras hay fondos [de inversión] que las están obligando a propiciar estos cambios”, dice Pérez, que avisa de que las nuevas generaciones son todavía “más exigentes”. Pero Riera avisa de que quizás no será tan sencillo, y para hacerlo cita a Tolstoi: “Mucha gente quiere cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiarse a sí mismo”.