Faus y Aragonès, esgrima con corbata

El presidente del Círculo y el de la Generalitat protagonizan la primera jornada de la reunión anual de la institución

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Pere Aragonès y Salvador Illa, hablando en presencia de Ada Colau y Marc Puig. Al fondo, Jordi Hereu.

La reunión del Círculo de Economía es especial este año. El covid ya parece definitivamente olvidado, vuelven los apretones de manos y las mascarillas son casi inexistentes. Pero no es esto: es especial porque en dos meses habrá elecciones reales para ser presidente del Círculo y esto no había pasado nunca. Los dos candidatos anunciados, Jaume Guardiola y Rosa Cañadas, llegan para escuchar la conferencia inaugural y, en una sala de actas con capacidad para 475 personas, acaban sentándose en la segunda fila, separados por solo dos sillas.

Antes de la conferencia, mientras se espera la llegada del president Aragonès, el conseller de empresa, Roger Torrent, y su secretario de empresa, Albert Castellanos, le hacen la pinza a Marc Puig. El presidente del grupo perfumer y del Instituto de Empresa Familiar ha sido muy crítico con la Generalitat (esta semana ha dicho que el gobierno catalán "no apoya a la empresa familiar"). Palabras mayores. "Ayudo a levantar la voz", se excusa Puig, siempre impecablemente vestido. Acaban emplazándose para comer pronto.

Consensos hasta cierto punto

El presidente del Círculo, Javier Faus, da la bienvenida a Pere Aragonès proclamando que los empresarios quieren "consensos", pero hasta cierto punto y le reclama "coraje para aplicar las políticas necesarias". "El gobierno tiene que escuchar a todo el mundo, pero finalmente tiene que liderar, asumiendo que no gustará a todo el mundo", reitera. Y da un dato: desde 2000, el PIB per cápita catalán ha crecido un 42%, o un 1,8% anual. Faus parece decir que es un síntoma de estancamiento, pero afirma: "En ningún caso es un país en decadencia, pero sí que es un país que crece más en cantidad que en calidad".

Aragonès replica que él ha hecho apuestas valientes, y cita la mesa de diálogo, a pesar de saber que el Gobierno español "no le corresponde". Y cita Pegasus.

Uno de los grandes temas de día es el aeropuerto del Prat. Faus reclama a Aragonès que apoye a la ampliación y él saca una respuesta claramente preparada: "Se debe abordar también el tema de la gestión del aeropuerto. Esto tendría que ser el paso previo". Traducido: si la Generalitat no puede participar en la gestión, tema cerrado. Pero cuando le preguntan por el posible alargamiento de la vida de las nucleares, Aragonès parece encontrarse a contrapié y se limita a decir que se espera "que no haga falta". Por el camino, Aragonés también pide al Estado que dé más margen de déficit a las comunidades a pesar de que el año pasado tan solo tuvo un déficit del 0,3%, una tercera parte del objetivo de referencia que dio el ministerio de Hacienda. Aragonés sale y un empresario de Dubái que asegura que hace veinte años que está aquí y habla catalán se hace una selfi con él y el presidente, que lo conoce, le pide la tarjeta. Se dedica a la intermediación de petróleo.

Colau, en campo contrario

La sesión posterior es la de la alcaldesa Ada Colau. El presidente del Sabadell, Josep Oliu, llega cuando está empezando (ha comido en casa). Colau juega claramente en campo contrario. El público del Círculo ha pasado de temer a Colau (2015) a ignorarla (2021) y, ahora, ningunearla. Ella lo sabe y muestra los datos de paro para demostrar que Barcelona está mejor que Madrid. "No tenemos que pecar de autocomplacencia, pero tampoco recibir lecciones", se defiende la alcaldesa, que rechaza ampliar el aeropuerto. Unas horas después, su primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, hará un alegato a favor de la ampliación y se llevará una ovación de la sala. Claramente, el PSC ha sabido conectar con las élites del Círculo (y otras organizaciones, como Foment del Treball) y lo demuestra desplegando a sus principales dirigentes, Salvador Illa incluido.

Una mesa redonda fascinante es la de energía. Por encima de todos destaca Josu Jon Imaz, exlíder del PNV y hoy consejero delegado de Repsol, que luce la Creu de Sant Jordi que le concedieron en 2006. Esquemáticamente. Aeropuerto: "En la próxima década tendremos aviones con combustible que no vendrá del petróleo y no emite CO2". Transición energética: "La tenemos que repensar. Se tiene que garantizar la sostenibilidad, el precio y la garantía de suministro, pero nos habíamos olvidado de las dos últimas". Coche eléctrico: "Nada garantiza que los coches de combustión contaminarán menos que el eléctrico si contamos lo que contamina hacer las baterías". Tecnologías: "Necesitaremos gas y petróleo durante décadas para hacer la ropa que llevamos o las sillas donde sentamos ahora".

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, le replica que "el gas es pasado y que el futuro es eléctrico". La réplica de Imaz: "¡Que nos lo digan el próximo invierno, Pepe!"

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