Tecnología

Intel abrirá en Barcelona un laboratorio de microchips de 400 millones de euros

El proyecto se instalará en el Barcelona Supercomputing Center con una plantilla de 300 trabajadores

ARA
2 min
Panorámica del Barcelona Supercomputing Center

BarcelonaLa compañía tecnológica Intel abrirá un laboratorio de diseño de microchips pionero en el Barcelona Supercomputing Center (BSC) que supondrá una inversión inicial, compartida con el gobierno español, de 400 millones de euros en un periodo de diez años, según ha adelantado este miércoles La Vanguardia. El nuevo laboratorio de procesadores RISC-V será realidad gracias al acuerdo conseguido con Intel en el marco del PERTE de los microchips, aprobado ayer por el ejecutivo y que cuenta con un presupuesto total de 12.250 millones de euros. 

Para poner en marcha el proyecto, la firma norteamericana y el Estado aportarán a partes iguales 20 millones de euros anuales en los próximos diez años. El laboratorio que se instalará en Barcelona es uno de los proyectos más importantes del PERTE de los microchips. El mismo presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, agradeció ayer en un tuit desde Davos (Suiza) que Intel haya elegido Barcelona para situar esta infraestructura: "Gracies, Pat Gelsinger [consejero delegado de Intel], por elegir España para el laboratorio pionero de procesadores RISC-V”.

El laboratorio se pondrá en marcha de forma inminente con la contratación inicial de 300 trabajadores y la previsión de ampliar el equipo a medio plazo. Las instalaciones se situarían en el edificio Nexus II, dentro del recinto del Campus Norte de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). En un tuit, la directora general de Industria de la Generalitat, Natàlia Mas Guix, se ha congratulado también de la inversión y ha asegurado que "Catalunya dispone de un tejido industrial y de investigación para acoger tanto proyectos de diseño de microchips como una fábrica de semiconductores".

La promesa de atraer una fábrica

Intel es una de las pocas compañías en el mundo que fabrican chips de última generación, además de la surcoreana Samsung –la primera en ingresos– o la taiwanesa TSMC. A pesar de que este proyecto se enmarca en el diseño de estos elementos, la iniciativa FabCat reivindica que Catalunya también podría aspirar a acoger una fábrica de semiconductores o chips. De hecho, parte del sector defiende que hay mercado más allá de los proyectos de última generación (microchips de menos de 5 nanómetros) y argumenta que el abanico de empresas candidatas para poner en marcha la inversión sería más amplio si se opta por la producción de chips más grandes.

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