Jacint Carafí: “Tengo el lujo de poder decir que no me interesan algunas marcas”
El chef y creador de contenido gastronómico explica su trayectoria profesional y cómo se relaciona con el dinero

El cocinero y chef privado Jacint Carafí prepara platos semanalmente para los 90.000 seguidores que tiene en Instagram. El creador de contenido creció en la bodega familiar de San Sadurní de Anoia (1994) en una casa donde estaban "cuidadosos" con el dinero. Con sólo doce años él ya trabajaba etiquetando las botellas de cava para ganarse una pequeña paga.
En un inicio, a Carafí le interesó el estudio del cuerpo humano: "Quería estudiar fisioterapia, pero cuando era joven no era muy buen estudiante, y vi que no iba a llegar". El primer contrato laboral fue también la primera experiencia gastronómica. Fue trabajando en un hotel: "En principio iba a hacer de todo, pero en la cocina faltaba más gente. Me gustó el ambiente que había y me lo pasé tan bien que me dije «esto es más divertido de lo que pensaba»".
"Sin darme cuenta, fui encadenando trabajillos en restaurantes y en bares", explica el cocinero en declaraciones alEmpresas. A los dieciocho años le fichó un equipo de hockey patines en Austria e incluso allí trabajaba en un restaurante. Del deporte no ganaba dinero, sólo le pagaban el alojamiento, y con sus trabajos podía costearse la vida. Más adelante fue a México y también trabajó en hoteles y como camarero.
"Llegó un punto que me di cuenta de que no había estudiado nada", así que con 24 años y con mucha experiencia en los fogones entró en la escuela de Hostelería de Girona y al salir entró en el mundo de las redes sociales. Primero para crear contenido gastronómico por Ametller Origen y después por cuenta propia: "Al principio tenía un poco de miedo porque salía de la cocina, de lo que me gustaba y sabía."
Actualmente, además de cocinar para su público a través de las redes sociales y promocionar productos, también es chef privado: "Me voy a casas de la gente y les ofrezco menús para grupos reducidos. Soy consciente de que en las redes hoy puedes estar arriba y mañana puedes estar abajo, que vengan unos meses en los que haya muchas marcas que quieran trabajar contigo, pero". Por eso, Carafí prefiere diversificar sus ingresos: "No quiero depender únicamente de algo que no es estable". Además, esto le permite ser selectivo y sólo hacer publicidad de aquellos productos que le gustan mucho: "Tengo el lujo de poder decir que no me interesan algunas marcas". El creador de contenido remarca que las campañas publicitarias en el mundo gastronómico no están tan bien pagadas como las de otros sectores como la moda.
Cuando empezó a tener seguidores, Carafí se hizo autónomo y, como "hay mucha cosa" que no entiende, cuenta con la ayuda de un gestor: "Hay cosas que me escapan, si no es mi campo, prefiero que algún profesional lo haga." Su pareja, Julia, también participa en el proyecto: "El tema vídeos lo llevamos los dos y me ayuda a contestar muchísimas cosas en Instagram. Yo estoy más por la parte creativa y gastronómica, para crear platos nuevos".
En la cocina a domicilio el precio fluctúa según el estilo de la comida: "Eres tú quien tienes que evaluar tu trabajo y el precio te lo pones tú. Si quieres hacer una sartén, el mercado es más económico, pero si montas una experiencia gastronómica con cuatro, cinco o seis platos, es más trabajo y mejor valorado." Además, esto tiene una vertiente personal: "Cuando entras en casa de alguien, conectas con las personas. Yo he hecho amistades".
En cuanto a la vivienda, Carafí se independizó con dieciocho años: "Nunca he tenido la posibilidad de comprar nada y nunca he recibido nada de herencia. Ahora estoy de alquiler y me encantaría comprar algún día. Pero de momento, todo está muy caro, continuaremos de alquiler". Respecto a las finanzas personales, el chef no se considera a una persona ahorradora: "Cuando estoy de vacaciones, no quiero dejar de hacer algo por el dinero. Yo he vivido la vida al máximo, pero sí es verdad que ahora lo miramos diferente e intentamos ahorrar, con el objetivo de poder comprar algo". Carafí nunca ha invertido el dinero ni nunca se ha comprado grandes cosas: "Cuando me hice autónomo, pude capitalizar el paro y lo invertí para comprar la furgoneta que tengo para servir a los caterings".
En un futuro le gustaría abrir un restaurante, un local o tener una marca: "Quiero ofrecer la cocina que me gusta, eso sería mágico". De hecho, se abrió la cuenta en el Instagram hace dos años pensando en el momento en que abriera un establecimiento.