Reino Unido

Reino Unido y el recorte de impuestos que no es tal

El gobierno de Sunak anuncia un descenso nominal del 2% en la cuota de la Seguridad Social para remontar a las encuestas, pero la carga fiscal total no baja

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Jeremy Hunt

LondresEl lunes el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, adelantó que habría rebaja de la carga fiscal. A la prensa fiel le faltó tiempo para decir que era lo que debían hacer los conservadores si quieren tener esperanza alguna de ganar las elecciones generales del próximo año –probablemente en octubre–, misión casi imposible, porque las encuestas les sitúan veinte puntos detrás de los laboristas. Después de casi 14 años en los poderes, la fatiga de materiales es evidente.

El estereotipo de la política británica dice que les tories bajan tasas y los laboristas las suben. Pero hace tiempo que la tradición se rompió. Desde principios de los 90, con gobiernos de ambos colores, el porcentaje total de impuestos en relación al PIB ha pasado del 30,4% (1990-91) al 32,4% (2009-10) y llegará al 37 ,7% al final del año fiscal 2028-2029, el período que abarca la actual previsión económica oficial, hecha por la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, entidad independiente que fiscaliza y evalúa las cuentas del Tesoro.

Que Sunak hablara de rebaja de impuestos, pues, implicaba un retorno a la supuesta normalidad, después de las medidas que su gobierno tuvo que imponer para hacer frente al endeudamiento del país, al impacto de la catastrófica gestión de la anterior primera ministra, Liz Truss, ya las ayudas para paliar el aumento del coste de la energía.

Realidad y ficción

Pero la realidad que presentó el miércoles el titular de Hacienda, Jeremy Hunt, dista mucho de las proclamas y titulares que quería transmitir el gobierno. Porque el grande hit con el que se presentaron el dúo Sunak-Hunt ante los parlamentarios y el electorado –la rebaja, a partir del 6 de enero del próximo año, de 2 puntos en la contribución a la cuota de la Seguridad Social de los trabajadores, del 12% al 10%– no se sostiene.

La razón es muy sencilla. Las modificaciones anunciadas devuelven menos de 1 libra de cada 4 que se han tasado mediante los cambios introducidos en la contribución a la Seguridad Social y en el impuesto sobre la renta. Pero en momentos de gran inflación (4,6%) se produce de facto una subida de la carga impositiva, porque los tramos del IRPF han quedado congelados y algunos sueldos se han actualizado para que no pierdan poder adquisitivo. Así, se calcula que un trabajador con un ingreso de 35.000 libras anuales acabará pagando 249 libras más en impuestos directos.

En este contexto, el martes por la noche, antes de que Hunt se presentara a los Comunes, el grupo Patriotic Millionarias llevó a cabo una acción para pedir al Tesoro que tasara más a los que tienen más dinero. Sobre la fachada del edificio del Tesoro y del Banco de Inglaterra proyectaron el siguiente texto: "Graba nuestra riqueza". La petición se entiende más cuando se explica, por ejemplo, que actualmente la contribución a la Seguridad Social es del 12% sobre ganancias entre 12.571 y 50.271 libras, y del 2% para cualquier cantidad superior. Cuantas más ganas, menos pagas, puede decirse.

Además del supuesto recorte de la tasa a la Seguridad Social, Hunt anunció el aumento de una libra a la hora para el salario mínimo, en este caso a partir de abril, situándolo en 11 ,44 para todos los trabajadores mayores de 21 años. En el mismo capítulo de anuncios preelectorales cabe situar el aumento del 8,6% de las pensiones –un público tradicionalmente cautivo de los conservadores– y el 6,7% para las personas que reciben algún tipo de ayuda.

Los juegos de manos hechos por el ministro del Tesoro tiene desventajas a largo plazo, sin embargo. Porque de acuerdo con la citada Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, las rebajas fiscales que promueve el gobierno –9.000 millones de libras en la Seguridad Social, por un lado, y 10.000 millones por la bonificación al 100% en las inversiones de empresas , a descontar del impuesto de sociedades– equivalen a los 19.000 millones de libras que se dejarán de invertir en los distintos departamentos ministeriales.

La OBR indica en la evaluación hecha de la previsión del Tesoro que "a pesar de un aumento de 4.100 millones anuales de media en el gasto público, una inflación más alta significa que el valor real equivale a 19.100 millones menos para 2027- 28". En otras palabras: unos servicios públicos colapsados, especialmente la sanidad pública, tendrán en los próximos años menos recursos. • Para una economía de baja productividad, y que crecerá más lentamente de lo esperado –el 0,7% el próximo año en lugar del 1,8% previsto– la noticia no es esperanzadora. Tampoco para un gobierno que en 2024 se juega la continuidad en Downing Street y que necesitará más que juegos de manos para convencer a los británicos de que tienen más dinero en los bolsillos.

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