Maria Xinxó: “Nunca me he sentido bien pagada”
La periodista repasa su trayectoria profesional y detalla qué relación mantiene con el dinero

La presentadora y locutora Maria Xinxó (1982) tocó el primer dinero saliendo de misa en el barrio de Gràcia de Sabadell, su ciudad natal: "De pequeña me encontré mil pesetas debajo de un coche y pensé «¡soco rica!»". Más tarde, a los 13 años, empezó a trabajar cuidando la hoy actriz Joana Vilapuig, y como canguro aprendió el valor del ahorro: "En lo único que me gastaba el dinero era en la Superpop".
Tras descartar el grado de farmacia, Xinxó optó por hacer periodismo: "En la universidad me lo pasé muy bien con mis compañeros, pero yo he aprendido en los medios locales, que es donde he crecido". Más adelante, hizo prácticas en RAC1: "Recuerdo el segundo día subirse al taxi volviendo hacia la redacción y pedirle al conductor, con una ilusión tremenda, sintonizar la radio para oírme". Luego "entró en la rueda" y fue encadenando distintos proyectos en diversos medios locales y nacionales. La joya de la corona, sin embargo, asegura que fue hacer Islandia: "Fue la época laboral más feliz, era un programa mágico. No entiendo que RAC1 decidiera prescindir de ellos."
El pasado julio dejó la radio: "Mi idea era ser autónoma. Y dejar de lado hacer un programa diario, porque es muy esclavo". Pero se le presentó la oportunidad de entrar en La Selva, el programa de tardes de TV3: "De entrada dije que no, pero al final pensé que me arrepentiría toda la vida, nunca había estado en la casa grande y era una buena oportunidad". Sin embargo, es autónoma: "Como es el primer año, pago 90 euros al mes, pero a la que me hagan pagar 300 euros quizás tendré que dejarlo, porque no me saldrá a cuenta".
En cuanto a la vivienda, Xinxó ha vivido siempre de alquiler: "Eres muy vulnerable cuando estás de alquiler, yo he tenido un propietario que no ha querido especular y el precio era ajustado". "Sin embargo, de un día para otro me dijo «necesito el piso, tienes que irte». Llevaba diez años viviendo allí. Para mí era mi casa y tenía que irme", explica la presentadora. Y sigue: "Vivía en un ático donde pagaba 700 euros, aunque acabé pagando 875 euros". Inicialmente, relata, no tenía ninguna intención de marcharse de Barcelona, pero no podía permitirse los precios: "Ni de alquiler ni mucho menos de compra. Así que, por amor, hacia Rubí".
Allí se ha comprado un piso de obra nueva con la pareja: "Es la forma en que hemos encontrado de podernos pagar el piso". "Pagamos ahora una parte, en unos meses, cuando hayan puesto el techo, pagaremos otra, y así", explica la periodista, que tiene margen para ir ahorrando entre las entregas. Cuando entren a vivir pedirán el préstamo: "La hipoteca me da miedo, estoy cagada. Tengo miedo de que no seamos capaces de pagarlo y de tener que pedir ayuda. Yo nunca he pedido dinero y es algo que hoy no quiero hacer".
50 euros de ahorro al mes
Hace años ya intentó comprarse un piso sola: "Valía 140.000 euros, pero no pude comprarlo porque no tenía la inversión inicial y trata de trabajar desde los trece años". "En mi vida he sido una mileurista, y cuesta mucho ahorrar", asegura Xinxó, quien dice que todo "lo que entra se va". "Nunca he tenido un crédito, ni deudas ni me he quedado nunca en números rojos porque he vigilado mucho. Siempre he tenido un rincón. Hace años me hice un plan de ahorro, sacando cincuenta euros cada mes, que es un valor pequeño y simbólico, pero es mejor que nada", asegura.
El momento económico más delicado fue cuando Xinxó lo dejó con la pareja con la que vivía: "Tuve que hacer números y reducir gastos porque no podía pagarme el piso con el sueldo que tenía en ese momento. Yo cobraba 1.308 euros al mes trabajando todo el día en 8TV, en 8 al día con [Josep] Cuní". De hecho, Xinxó denuncia los sueldos que se cobran en el sector de la comunicación: "Yo nunca me he sentido bien pagada, no creo que por las horas que le dedicas y por la responsabilidad que tienes esté bien. Mi mayor sueldo han sido 2.500 euros; para alguien será mucho dinero, pero es un trabajo que te hipoteca absolutamente todo el día". Y en varias ocasiones se ha tenido que apretar el cinturón. Además, la comunicadora defiende que en la escuela debería haber formación sobre finanzas: "Yo he echado de menos unas nociones básicas para ir por el mundo".