Hablemos de dinero

Marina Romero: “Con 32 años tuve que volver a casa mi madre”

La periodista explica al ARA su relación personal con el dinero

Marina Romero en el plató de MÉSnit
Júlia Riera Rovira
29/11/2025
3 min

BarcelonaLa periodista Marina Romero (Barcelona, ​​1985) ha crecido en una familia trabajadora. "No hemos tenido grandes lujos, pero sí unos valores vitales muy sólidos. Tener interés y curiosidad por las cosas y cuidar mucho a la gente", explica en declaraciones alEmpresas. Los padres le han transmitido la vocación de servicio público: "Yo me he acabado dedicando al periodismo porque he visto a mis padres entendiendo a la sociedad de una cierta manera: preocupándose por los demás y por el futuro". En casa siempre se leían las noticias y se debatía la actualidad: "Yo me enamoré de la radio y desde pequeña decidí que quería trabajar con ella".

Sus primeros trabajos como entrenadora y monitora le dieron sus primeros ahorros, que después del Erasmus en Holanda destinó a comprarse una bicicleta. Con ella se movía de casa en la radio de Sant Cugat, donde hacía de becaria sin cobrar. Así se adentró en el sector de la comunicación.

La actual presentadora del Más noche del 3Cat está cumpliendo su sueño, trabajar de lo que ha estudiado: "Soy muy feliz presentando el programa. Me gusta mucho lo que hago". Y cuando le preguntan por el futuro lo tiene muy claro: "Ser siempre tan feliz como soy con ese trabajo." "Todas las oportunidades laborales que me han venido han superado cualquier sueño que yo pudiera tener en la vida. Hay mucha gente que ha confiado en mí antes de que yo confiara en mí misma", asegura la presentadora, quien dice haber sufrido el síndrome de la impostora, la sensación de no merecer los propios éxitos.

Por otra parte, está tan satisfecha porque el de la comunicación es "un mundo superdifícil": "A mí me ha costado mucho. He pasado por muchos trabajos y he tenido contratos muy precarios". Además, la comunicadora entró en el mundo laboral cuando estallaba la crisis financiera, en el 2008: "De repente vi lo oportunidad que caían. Veía cómo el futuro se descabezaba".

Y no le ha sido fácil, porque con 32 años se quedó sin trabajo: "Tuve que volver a vivir en casa a mi madre porque me quedé sin ahorros. Pensé «yo no puedo vivir de eso»". "Tienes que estar en paro para entender qué significa estar en paro cuando lo que quieres es trabajar. Ves que la vida pasa y te preguntas por qué tú no te sales", explica Romero. De hecho, le costó encontrar un trabajo regular y "si pagaba un alquiler, no lo tenía para vivir". "Me enseñó mucho esta época. Ahora valoro mucho cada cosa que hago y me siento muy orgullosa de ser autosuficiente económicamente", añade.

Romero, en un inicio, pudo independizarse gracias a las políticas de Sant Cugat del Vallés: "Se ha hecho una apuesta muy grande por la vivienda pública y pude acceder a un piso de protección oficial durante 5 años. O sea que las políticas de protección oficial funcionan". Luego pudo alquilar un piso a unos conocidos a un precio asequible: "Recuerdo sufrir cuando llegaba una facturada de agua o de luz. Me preguntaba «¿cómo voy a pagarlo?»". Y después de volver a casa se independizó de nuevo, estuvo de alquiler hasta que el pasado agosto compró el piso donde vive actualmente: "Nunca imaginé que podría comprarme un piso, pero lo pude hacer gracias a los años que estuve en casa e hice un poco de cajón".

La presentadora disponía ya de una estabilidad económica con las oposiciones de TV3 aprobadas. Y aunque tenía el dinero de la entrada ahorrado no contaba con las arras: "Era imposible asumirlo todo. Mi tío Alberto me dejó el dinero, y en uno o dos meses se lo devolví. Tengo mi piso gracias a él". "Hoy en día viviría de alquiler si fuera asequible, pero los precios actuales son una barbaridad", explica. De hecho, Romero pagaba más de alquiler que lo que paga de hipoteca: "Pero el piso es del banco hasta que tenga más de 70 años".

En cuanto a finanzas personales, no es una persona de lujos: "Disfruto de las pequeñas cosas; por ejemplo, a mí me encanta dormir en una tienda de campaña en la montaña". En el ámbito bancario, se organiza con dos cuentas corrientes: "En uno recibo la nómina y pago la hipoteca, y el otro es el que me abrió mi abuelo, todavía lo guardo. No he querido cerrarlo por la nostalgia, aunque también lo utilizo". En este sentido, la periodista ha echado de menos educación financiera: "Deberíamos hablar más del dinero. Son muy importantes en el día a día de la gente. Yo, porque he tenido a mi hermano, que me ha asesorado; si no, soy el típico perfil que se lo comen".

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