Cataluña, quinta peor comunidad en brecha salarial de género
El 19,51% de diferencia en el Principado supera el 17,09% de la media estatal

Catalunya registra la quinta peor cifra del Estado en brecha salarial de género, con un 19,5%, superando la media estatal del 17%, según un estudio del Instituto de las Mujeres. Los hombres obtienen una ganancia media anual de 29.381,84 euros, mientras que la de las mujeres es de 24.359,82 euros, una diferencia de 5.022,02 euros.
El estudio destaca que la brecha salarial de género está presente en todas las comunidades autónomas y actividades económicas, pero es más acentuada en los grupos de mayor edad y en los más jóvenes, en el sector privado, en las jornadas a tiempo parcial y entre la población extranjera.
Entre 2012 y 2022 la diferencia salarial se redujo en 6,83 puntos: a este ritmo serían necesarios otros 25 años para alcanzar el objetivo de brecha cero en España.
Edad y nacionalidad
Con motivo del Día para la Igualdad Salarial, que se celebra el 22 de febrero para concienciar a la sociedad española sobre la persistencia de la diferencia salarial entre hombres y mujeres, el Instituto de las Mujeres ha publicado el monográfico La brecha salarial existe, que no te confundan para analizar esta realidad.
El estudio revela diferencias significativas por género en la brecha en función de la nacionalidad de los trabajadores: entre la población española es del 17,3%; en la UE, del 20,8%; entre la europea de fuera de la UE, del 33,7%; entre la americana, del 17%; y entre la africana, del 28,9%.
El informe señala la edad como un factor que también influye en la brecha, que es más pronunciada entre las personas de menos de 20 años (28,6%) y las de más de 65 (25,5%), mientras que la diferencia es menor en los rangos de edad de 25 a 29 años (4,8).
En el sector público se registra una brecha retributiva más baja que en el sector privado (8,4% frente al 13,4% en 2021). Las diferencias son más acusadas en las jornadas a tiempo parcial que en las jornadas a tiempo completo.
Diferencia entre comunidades
Los hombres ganan más que las mujeres en todas las comunidades autónomas del Estado, pero existen notables diferencias de brecha por territorio: las comunidades más igualitarias son Canarias (4,3%), Baleares (7,4%), Extremadura (10,9%), País Vasco (16,4%), Andalucía (17%)1 y País País. En la cola, con mayores valores de desigualdad salarial, están Murcia (20,1%), La Rioja (19,7%), Aragón (19,6%), Asturias (19,5%) y Cataluña (19,5%).
Actividad económica
Según el estudio, los hombres perciben mayores ingresos medios que las mujeres en casi todas las secciones de actividad económica, y las brechas retributivas más importantes se dan en las actividades administrativas (26,6%) y en las profesionales, científicas y técnicas (26%).
Además, mientras que el 24,8% de las mujeres perciben ganancias iguales o inferiores al salario mínimo interprofesional, entre los hombres este porcentaje no alcanza el 11%. Según datos de UGT Catalunya publicados el 14 de febrero, en Cataluña un 18,9% de las mujeres trabajan con este tipo de contrato, mientras que para los hombres la cifra se reduce hasta el 7,1%.
UGT aseguró que el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) era de "esencial importancia" para reducir la brecha. Aparte, también explicó que la desigualdad real en los salarios de hombres y mujeres se ha reducido en sólo 200 euros desde 2008.
Maternidad
El Instituto de las Mujeres también recuerda que la maternidad tiene un impacto negativo en la empleabilidad de las mujeres. La tasa de actividad de las mujeres entre los 24 y los 54 años es del 83,6% y la de los hombres del 91,6%. Además, las mujeres cogen el 88% de las excedencias y optan por el trabajo parcial para los cuidados en el 92,4% de los casos.
A estos datos hay que sumar, incide el Instituto, que las mujeres dedican 4 horas y 7 minutos diarias a las actividades de cuidados y tareas domésticas, frente a las menos de dos horas ocupadas por los hombres (1 hora y 54 minutos).
El documento señala que los convenios colectivos no están exentos de la reproducción de desigualdades a través de categorías profesionales feminizadas y masculinizadas, además de complementos salariales que generan discriminación indirecta. Por último, hace hincapié en que la socialización diferenciada en función del género provoca segregación horizontal del mercado de trabajo.