El verdadero problema del PSOE con el asesor de Sánchez
La capacidad de supervivencia del presidente español sólo puede compararse con su habilidad a la hora de rodearse de personas con comportamientos nada ejemplares. Tras Ábalos, Koldo y Cerdán, el foco se pone ahora en el asesor Francisco Salazar, sobre quien pesan dos acusaciones de acoso sexual por parte de dos militantes socialistas que trabajan en la Moncloa. El País lo da en un módulo menor de portada, pero los diarios de la derecha le dedican espacios generosísimos. El caso concreto les importa sólo, claro, en la medida en que pueden poner su relación con Sánchez en el titular, como hace elAbc cuando abre portada con una cita sin atribuir: "Del caso Salazar tampoco se enteró Sánchez".
Pero, más que la pésima capacidad del líder del PSOE para escoger un séquito que no parezca extraído de una mala copia de un filme de Berlanga, me llaman la atención otras frases leídas este viernes en la prensa: "Lastra y otras mujeres dirigentes exigen actuar", dice un subtítulo deEl Mundo. Y el editorial delAbc afirma: "La responsabilidad de que [las denuncias] no hayan tenido su curso es compartida entre la dirección del PSOE y las dirigentes, pasadas o actuales, que consintieron este tipo de pacto de silencio". Un momento, un momento. Por qué la culpa es deellas? ¿No lo es del conjunto de la organización, por no implementar bien unos protocolos que permitan a las mujeres mantener las babas ajenas no deseadas a raya? ElAbc las riñe y dice que podrían haber ido a la Fiscalía, a denunciar, en un gesto de ingenuidad o cinismo, porque estos casos –precisamente por su naturaleza– no son siempre fáciles de judicializar. Y sea como sea, exigir que sean sólo las mujeres las responsables de resolver las expansiones impropias de sus camaradas es el colmo de la humillación. Sitiadas y pagar la bebida.