Una Navidad (en principio) abastecida

Excepto problemas puntuales habituales cada año, el comercio encara la campaña de Navidad sin temores a una posible escasez de productos. Las empresas aseguran tener suficientes existencias para acabar el año y la preocupación se centra sobre todo en el encarecimiento de los costes de transporte y energía

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Imagen del Puerto de Barcelona, principal puerta de entrada de mercancías en Cataluña.

Barcelona“Hay un poco de alarmismo”. Así describe la campaña de Navidad Àlex Goñi, presidente de la sectorial de comercio de Pimec, la patronal catalana que agrupa a pequeñas y medianas empresas. El comercio inicia de aquí a pocos días el mes y medio de mayor intensidad del calendario –primero con el Black Friday y después con la carrera de fondo que pasa por el puente de la Purísima hasta llegar a Navidad y Reyes– con dudas y rumores sobre el fuerte encarecimiento de los productos y sobre desabastecimientos.

El sector, sin embargo, intenta tranquilizar a los consumidores con un mensaje sencillo: los problemas de desabastecimientos, transporte y logística no son nuevos, sino que “vienen de la primavera”, explica Alejandro Lozano, responsable de bienes tecnológicos, bricolaje y ferretería de Aecoc, la asociación española de grandes empresas de comercio y distribución. Las compañías, grandes y pequeñas, se han anticipado a los problemas acumulando stock desde hace meses, una práctica, por otro lado, ya habitual antes de la pandemia para encarar la Navidad con garantías. Una Navidad, pues, en teoría sin sorpresas, siempre que el coronavirus siga bajo control.

“Estamos abastecidos de casi todo”, dice Goñi, a pesar de admitir que los incrementos de precios del transporte “afectan a todos” los sectores del comercio, igual que el caos logístico a escala internacional. En este sentido, Lozano recuerda que el precio de un contenedor lleno ha pasado de los 1.500 a los 15.000 dólares en cuestión de pocos meses, un hecho que ha provocado un incremento importante de costes a las empresas que importan a Europa productos de Asia –como por ejemplo teléfonos o ropa–, sobre todo las multinacionales que dependen de estas cadenas logísticas.

Otro mecanismo de las multinacionales para evitar escasez de ciertos productos ha sido “abrir stock en Europa”, indica Lozano. Es decir, las empresas unifican el stock de todo el continente para evitar que un país se quede sin algún producto concreto.

Además de las dificultades logísticas, otro factor de preocupación son las subidas del precio del petróleo, que encarecen los combustibles y, por lo tanto, todavía más el transporte. A esto se suman las fuertes subidas del precio de la electricidad y del gas, que tienen repercusiones directas en los costes de fabricantes y comercios y que pueden acabar alterando los precios finales de los productos.

De momento, las cifras de inflación apuntan a que los cuellos de botella que sufre la industria en el ámbito global y el encarecimiento de la energía no han impactado mucho en los precios de bienes de consumo: los precios subieron un 5,8% interanual en octubre en España, pero si se descuenta la energía y la alimentación, el aumento es solo del 1,4%. “No habrá subidas de precios, pero quizás sí que habrá menos promociones”, explica el representante de Aecoc.

A pesar de las dificultades, en general los comerciantes comenzarán la campaña con cierto optimismo. Goñi asegura que la mayoría de estos problemas “son coyunturales y no estructurales”, por lo cual la preocupación es relativa. Y no detectan que los consumidores estén cambiando los hábitos respecto a otras campañas antes del estallido del covid. “El consumidor tiene ganas de gastar”, comenta Lozano. “Las ventas por Navidad cada año se han adelantado”, remacha Goñi. 

Esto es así especialmente desde que se ha consolidado el Black Friday en sectores como la electrónica o la moda, pero igualmente hay tradición de comprar otros productos con antelación durante las fiestas; por ejemplo, la comida. "La gente lo compra todo con tiempo” para poder planificar las celebraciones con más calma, añade el representante de Pimec.

Ahora bien, el optimismo no esconde que hay sectores mejor posicionados que otros para tener una campaña exitosa . Los que más se expongan a los riesgos internacionales tienen potencialmente más posibilidades de sufrir, pero las empresas han tenido margen para prepararse. 

Juguetes

Agotamiento habitual por Navidad de los productos más demandados

La época de más ventas para los fabricantes de juguetes llega este año marcada por rumores de desabastecimiento de algunos productos estrella. De hecho, algunas cadenas han parado temporalmente o han instaurado listas de espera para adquirir algún producto, sobre todo videoconsolas como la PlayStation. No obstante, las rupturas de stock en productos con mucha demanda no son extrañas en las fechas navideñas. 

Alimentación

El combustible, única variable que puede encarecer la comida

“No creo que tenga que haber ningún problema”, dice Goñi, sobre el abastecimiento de alimentos esta Navidad en los comercios. El sector teme por una subida de los costes del transporte y, en el caso de Catalunya, por una posible parada de las empresas transportistas estas semanas, pero no se ve afectado, en general, por las dificultades que atraviesan otros sectores para abastecerse.

Electrónica

Las existencias salvan uno de los sectores más afectados por la crisis

Igual que con los juguetes, la electrónica también tiene rumores de desabastecimiento a causa, entre otros factores, de la escasez de microchips, que ha afectado de pleno a la producción. Aun así, el sector no está preocupado, puesto que en principio los productos están garantizados y las empresas se abastecen con “datos históricos de ventas y estimaciones de crecimiento”, apunta Lozano.

Moda

Normalización y afectaciones por los problemas logísticos

Después de un 2020 de confinamientos y, por lo tanto, de mucho menos gasto en ropa, el sector de la moda recupera las ventas, tanto online –un canal que ayudó a mitigar el impacto de la pandemia– como sobre todo en tiendas presenciales. Si no hay nuevas oleadas de contagios que obliguen a aplicar nuevas restricciones, las tiendas de ropa, perfumería y otros productos de moda lograrán los niveles normales de ventas y llegarán a niveles cercanos a los del 2019.  

No obstante, el sector también se ve afectado por el caos logístico mundial. Las grandes cadenas del sector, en particular, producen el grueso de lo que venden en Europa en países del sudeste asiático. Los incrementos de los fletes, sin embargo, no deberían de influir mucho en los precios.  

Electrodomésticos

Subidas de precios, pero también de calidad de los productos

La premiumización es un fenómeno que afecta directamente a las empresas de electrodomésticos. El ejemplo más claro se ve en las cafeteras eléctricas, explica Lozano: durante el confinamiento, las familias pudieron gastar más en electrodomésticos y se "acostumbraron” a consumir más café en casa, por lo cual ahora están dispuestos a pagar más para tener una cafetera mejor que les dé un café mejor. Esto hace que los precios suban, pero porque la calidad de los productos también lo hace. Los comerciantes también notan este fenómeno en productos de cuidado e higiene personal, como por ejemplo depiladoras o máquinas de afeitar.

Bricolaje y hogar

Un año de normalización después de un 2020 con ventas récord

El 2020 las empresas especializadas en productos del hogar y de bricolaje batieron récords de facturación. Los largos confinamientos derivaron una parte importante del consumo familiar a estos productos, por lo cual el 2021 está siendo un año de ajuste.

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