La electricidad, el gas y los combustibles disparan la inflación al 5,5%

El IPC llega a los niveles más altos desde 2002 con un crecimiento intermensual del 2%

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Un contador de la luz doméstico.

BarcelonaLos precios de los bienes y servicios de consumo han seguido creciendo a fuerte ritmo este mes de octubre en España. El índice de precios al consumo (IPC), el indicador que mide la inflación en España, ha crecido al ritmo más fuerte desde 2008, con una subida entre septiembre y octubre del 2%, según datos avanzados del IPC publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En comparación con hace un año, la subida ha sido del 5,5%, la cifra más elevada desde como mínimo 2002. No obstante, hay que tener en cuenta que esta subida se debe en parte a lo que los economistas denominan efecto base, es decir, que los precios crecen mucho en relación con octubre del año pasado, porque a lo largo de 2020 se produjeron fuertes bajadas de precios fruto de las restricciones y los confinamientos, que redujeron la demanda. Con la recuperación de la actividad económica una vez ya han pasado los momentos más graves de la pandemia, los precios se normalizan y crecen muy deprisa en comparación con hace un año.

Tal como ya había pasado en meses anteriores, las principales causas de la subida son la electricidad, el gas y los combustibles, el coste de los cuales ha seguido aumentando este mes, según ha indicado el INE. A principios de octubre se volvieron a registrar récords en el mercado eléctrico, con precios superiores a los 288 euros por MWh, máximos nunca antes logrados y que repercuten directamente en la factura de los consumidores.

Así mismo, el precio del petróleo ha seguido escalando hasta situarse ya a niveles anteriores al estallido de la pandemia, con la consiguiente subida del precio de la gasolina y otros carburantes. En cuanto al gas natural, las tensiones geopolíticas entre Europa y Rusia –uno de los principales exportadores del mundo–, el incremento de demanda en China en detrimento del carbón y el corte de suministro de uno de los dos gasoductos que llevan gas desde Argelia a la península Ibérica han causado inestabilidad en el mercado y han provocado un encarecimiento.

El IPC subyacente también crece

La principal novedad respecto a los datos del IPC avanzado de octubre, sin embargo, se encuentra en el IPC subyacente, que es el indicador que calcula los incrementos de precios descontando justamente los precios de la energía y el transporte, más volátiles y dependientes de factores externos. La mala noticia para los consumidores es que sigue creciendo a un ritmo más elevado que los meses anteriores y llega a un 1,4% interanual –cuatro décimas más que la misma tasa registrada en septiembre–, a pesar de que en este caso hay que tener en cuenta también el llamado efecto base. A pesar del incremento, la cifra sigue por debajo del 2%, que es el objetivo a largo plazo para el Banco Central Europeo.

La inflación es ahora mismo uno de los principales quebraderos de cabeza de los bancos centrales y de los gobiernos, y se ve agravada también por la subida de precios de materias primas y componentes para la industria debido a problemas de suministro y transporte, así como por un exceso de demanda después de la pandemia que la producción no ha podido igualar, cosa que ha creado cierta escasez en algunos mercados. A pesar de esto, las autoridades monetarias insisten en que la inflación es temporal y que los precios volverán a niveles normales a principios del año que viene.

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